lunes, 4 de mayo de 2015

Detrás de cada viaje:una vida. Detrás de cada vida: una historia

Hace unos días me encontré en medio de un grupo que hablaba de la inmigración  A medida que transcurrían los minutos, lo que iba escuchando, cada vez, me parecía más cruel, mas un sin sentido. Nosotros... ¡los gallegos!, que tenemos un historial de emigración tremenda.

A partir de 1960 la corriente migratoria, que se había dirigido desde principios de siglo a América, cambia de destino y se encamina hacia Europa. Nosotros, emigramos a muchos países del mundo, no solo a Hispano América, sino también a Europa: Francia, Alemania, Suiza, Bélgica, Inglaterra...entre otros, esos países eran el objetivo. Quedaban las familias rotas y desgarradas acompañándolas un sentimiento de incertidumbre y dolor que los marcaría para el resto de sus días.


 
El motivo más frecuente para los más de tres millones de españoles que emigraron a Latino américa en esa época, fue el económico: la búsqueda de empleo para huir del hambre, ya que en la Europa industrializada sobraba mano de obra y los pequeños campesinos no tenían acceso a las tierras. Muchos de aquellos que llegaron a suelo argentino lo hicieron con la misión de encontrar la forma de mantener a sus familias, que se quedaban en España.
El viaje en barco duraba cuarenta días en los que, pese a la fortuna que costaba el billete, el hacinamiento, la falta de limpieza, la comida escasa y el mareo eran el pan de cada día. Muchas veces se empeñaba todo para pagar un viaje.
Durante los primeros días, el Gobierno argentino daba asilo gratuito a los recién llegados en el Hotel de Inmigrantes y les pagaba un billete de tren para ir al destino donde tenían que ir a trabajar.


Tras un periplo que dura años, los inmigrantes llegan a Marruecos con la esperanza de llegar a Europa en una barca hinchable o saltando la valla. 






En estos países, la muerte se ha convertido, en un hecho cotidiano y banal. Ver morir de hambre a los niños, día tras día, es terrible. Enfermedades sin importancia en los países desarrollados, que pueden curarse fácilmente, son causa de numerosas muertes allí. Nosotros lo vemos en televisión, ellos se codean con la muerte a diario.

" Por la noche, mientras esperamos el momento oportuno para poder franquear el muro de separación, nos decimos adiós los unos a los otros porque en el fondo ninguno de nosotros sabe que tipo de cartucho utilizarán los militares que vigilan la alambrada o si uno de nosotros recibirá un tiro, tampoco en que parte del cuerpo. Tampoco sabemos como caeremos desde una alambrada de seis metros... y yo me pregunto ¿será hoy mi último día? Y durante este tiempo, pienso en los compañeros que ya han muerto en este intento y ¡ Siento desfallecer mi corazón! Pienso en mi familia, en mis amigos que siguen en África y ¡en mi futuro!  ¿que futuro?, ¡no tengo ninguno!. Me siento perdido...me siento inútil, inexistente, como sino tuviésemos valor a los ojos de este mundo; como si no fuésemos más que bestias, sólo  buenos para el holocausto y el sacrificio. Pero ¡eso es injusto! ¡Tengo que saltar la alambrada! ¡ Me doy cuenta que no tengo elección! Mientras tanto pienso en mi país, pienso en todas las riquezas naturales que tenemos. ¿ Qué riquezas me pregunto? ¡ Todo lo que hay en nuestros países nos pertenece!

Todos los días asistimos impotentes a nuestro expolio; quien osa abrir la boca recibe un tiro en la nuca. Por el contrario, Occidente nos regala armas y las matanzas continúan en nuestra tierra.
¿Por qué en lugar de ayudarnos se nos hunde cada día más? La miseria aumenta día a día en lugar de disminuir.
Nuestros hijos se encuentran condenados a vivir con los traumas de la miseria y bajo la amenaza incesante de las guerras¡. Estamos condenados a la miseria en los países en los que el oro, los diamantes, el cobre e incluso el petroleo fluyen a raudales.
Por eso,intentaré escalar el muro cuando el momento sea favorable. Nadie se preocupará de mi suerte.
No ha sido fácil dejar a nuestras familias, sin saber a donde vamos, si llegaremos o si podremos regresar. He desafiado todo tipo de dificultades y ahora me encuentro delante de este muro de separación que me impide decirles cara a cara mi dolor. Pero me queda la posibilidad de que al mirarme, lean ustedes a través de mis ojos todo lo que sufro.Vengo a pedirles que no apoyen este sistema con su silencio. estoy seguro de que si conocieran mi historia y la de mis compañeros no nos abandonarían sin ninguna posibilidad de sobrevivir.

Carta de un inmigrante africano a la sociedad española, desde el otro lado de la valla.

"Nos pasaran la cuenta"
Patxi Andión






Lista de 100 metros de largo con los nombres de las 17306 personas ahogadas en el Mediterráneo en el intento de emigrar.
La lista fue depositada en el suelo para que los diputados europeos se vean obligados a caminar sobre ella al entrar en el parlamento.
11/ 8/ 2015





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