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domingo, 9 de octubre de 2016

FEDERICO

Los celtas pensaban que algunos animales eran la reencarnación de seres que regresaban del mundo de los muertos. Los respetaban y se rodeaban de los que, por su comportamiento, podían representar un símbolo de los valores fundamentales de su cultura.

Pero de todos los animales, las aves, sin duda, eran las favoritas. Les impresionaba su vuelo, sus cantos y admiraban su forma de vivir sin sujeciones a la tierra y en absoluta libertad.

 Cuenta la leyenda que tener en tu entorno el símbolo de alguna de las aves sagradas de la Cultura Celta, atraerá el beneficio de lo que representa ese pájaro que en este caso, aleja la enfermedad.

El mirlo despide el día cantándole al atardecer y lo recibe de la misma manera al alba, antes incluso de que podamos apreciar la salida del sol anunciando su llegada. Por esta razón se cree que los mirlos son animales del otro mundo y se ha dicho siempre que despiertan a los muertos y tranquilizan a los vivos para que puedan conciliar el sueño. Se le atribuye la comunicación con los espíritus.

Son animales territoriales que viven cerca del hombre, establece su territorio durante el primer año de existencia y lo mantiene toda su vida, por tanto si un mirlo construye su nido cerca de casa establecerá un vínculo contigo, tan sólo hay que ser lo suficientemente capaz de establecerlo con él.

Así es que después de conocer todo esto, me pregunto, un poco desazonada, porqué ha desaparecido Federico. Miro por todo el jardín, observo los setos y los árboles y me pregunto que ha pasado. No aparece ninguno, con su pico amarillo-naranja, de canto agradable y melodioso, que formaba parte del jardín y de mi vida. Es como si se los hubiera tragado la tierra. Hace tiempo ya, que noto su ausencia, antes incluso de que comenzara el otoño. No le encuentro explicación por muchas vueltas que le doy.

Otros años a estas alturas y más adelante, en lo más duro del invierno, eran los primeros visitantes de mi jardín por la mañana. Y ya después, con la llegada de la primavera alegraban la vida con un concierto permanente desde el alba hasta el anochecer. Habían anidado en  el laurel del fondo, entre las hojas de la frondosa hiedra y también en los brazos de la magnolia. 
Pues... han desaparecido todos.
Me he enterado de que son monógamos, leales a la pareja hasta la muerte, cosa poco común en los tiempos que corren. El macho y la hembra comparten el trabajo; el mirlo aporta el material y la mirla, construye el nido amorosamente. No tienen muchos amigos. Son aves solitarias. Nunca van en bandadas.

Comen de todo y ... yo les dejaba, hasta me gustaba ver la huella profunda de su pico en las manzanas, las ciruelas, las fresas...
Nadie se ha percatado de su ausencia. Sin embargo, yo si.  Era mi amigo.




Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío
no habría escapado
Pero así,
habría dejado de ser pájaro
Y yo...

yo lo que amaba era un pájaro.

Mikel Laboa

lunes, 26 de septiembre de 2016

Benito Soto: El último pirata gallego. Los ladrones del mar

Con diez cañones por banda
Viento en popa, a toda vela.                   
No corta el mar si no vuela
 Un velero bergantín
Bajel pirata que llaman
Por su bravura el temido
En todo el mar conocido
Del uno al otro confín.
 .José Espronceda, contemporáneo de Benito Soto, compuso el célebre poema "La canción del pirata" en memoria y homenaje del forajido pontevedrés.. Dicen que Espronceda siempre se interesó por  Benito soto  al que le envolvía un halo de romanticismo y misterio.

Benito Soto era hijo de marinero: Un pirata al estilo clásico que cuentan las leyendas: valiente, agresivo, violento y sanguinario. Su historia es breve y tan solo duró cinco meses en una travesía desde el golfo de Guinea hasta la ría de Pontevedra. Se encuentra entre los piratas más famosos y sanguinarios de la historia junto con Barba Negra, Barbaroja, Frances Drake entre otros.

Un arrabal marinero  de Pontevedra le vio nacer allá por el año 1805; entonces la ciudad de Pontevedra había entrado en una larga decadencia después de ser una de las villas marineras más pujantes de Galicia y el norte de Portugal. 
Marinero desde edad muy temprana, llevó a cabo su trabajo en las costas de Galicia desempeñando diferentes cargos y variopintas funciones con su padre, algunas de ellas de dudosa legalidad. Estas actividades le llevaron a ser respetado entre los ambientes de los puertos donde se ejercía el contrabando.
Antes de llegar a los 20 años ya apuntaba maneras de pirata  atacando barcos  que se dedicaban a la trata de esclavos para robarles la mercancía.
Benito Soto se dedicó a surcar los mares destrozando todo lo que encontraba en su camino, especialmente barcos ingleses, convirtiéndose en un pirata temido en el Atlántico.
Su carrera como pirata continuó hasta atacar más de diez buques durante su viaje desde el sur de Africa hasta las islas de las Azores. Quería regresar a Galicia y vender sus tesoros para vivir de las ganancias en la zona de Cadiz.
Una gran cantidad de aventureros, pusieron rumbo a América, y se situaron sobre todo en el Caribe. Este era un lugar de paso obligado del comercio entre América y Europa. Poseían barcos veleros muy rápidos, ya que su misión era alcanzar y abordar a los grandes galeones cargados de mercancías que atravesaban el Atlántico concentrándose en el Caribe antes de iniciar su viaje a Europa.

Todo europeo soñaba con las riquezas del Nuevo Mundo.Y tanto el pueblo llano, como los señores con aspiraciones, hicieron sus proyectos para enriquecerse fácilmente. Unos financiaron expediciones, otros se embarcaron en ellas, pero fueron muchos los que partieron para el Nuevo Mundo con el sueño de la riqueza relativamente rápida como aspiración.
Fácilmente conseguían capturar barcos mercantes que acostumbraban a navegar solos, pero en la práctica capturar un Galeón con oro era casi un sueño, solo una pequeña parte de los Galeones Españoles con oro fueron capturados, ya que la norma era que navegasen en convoyes fuertemente escoltados por barcos de guerra. Muy pocos se atrevían a atacar de frente a un galeón de guerra Español.
Todo un mundo y una manera de vivir y morir. Un gran número de circunstancias, hicieron que muchas personas acabaran llevando una vida tan arriesgada y corta. Una vida dedicada al robo y a la violencia. No dependían de nadie, no tenían que rendir cuentas a nadie, pero tampoco tenían la protección de ningún país y eran perseguidos por todos aquellos cuyos barcos habían sido atacados.
Su método de lucha era fundamentalmente destruir el velamen del barco, impidiendo su capacidad de maniobra para a continuación realizar una abordaje y la victoria en la mayor parte de las ocasiones.


lunes, 29 de agosto de 2016

El Lobo




El lobo, en la mayor parte de Europa, es una especie protegida y en Galicia "se caza, pero solo se autorizan batidas en caso de que provoque daños" algo que no ocurre en los últimos años.
La caza masiva en la Edad Media se debió a motivos religiosos pues la iglesia siempre vinculó al lobo con la presencia del demonio. Unido a esto los ataques del animal al ganado llevó a la "fiebre" medieval de caza masiva"

Pocos animales tienen tan mala fama como el lobo.
El lobo al igual que el hombre, es un ser eminentemente social. Un alto porcentaje de su comportamiento está determinado por sus relaciones con otros miembros de su especie con los que forma manadas con el fin de obtener ventajas frente al medio en el que se encuentra con el fin de preservar su supervivencia.
 La principal actividad de la manada, la caza, se hace en grupo. Durante las cacerías el trabajo está perfectamente distribuido. El lobo es un animal en que la resistencia prima sobre la potencia, por esta razón la táctica de la caza consiste en  agotar a la presa, persiguiéndola hasta que su captura se hace posible. 
El control y la disciplina en la manada es fundamental para que la caza en equipo tenga éxito.


El parque natural de Castrelo do Val vive encaramado a más de mil metros de altitud, allí se  vuelve a la carballeira milenaria, a la fruta silvestre, al acebo. A la música de los pájaros escondidos entre la frondosidad del paisaje. Al reino del lobo, el ciervo, la cabra montesa, el jabalí...

Existe una policromía invernal provocada por los ríos que descienden rápidos de la montaña para conformar el bosque encantado al que se le llama "O Invernadeiro"
A medida que nos adentramos entre los frondosos árboles aparecen esos lugares secretos de Galicia habitados por hadas, druidas y meigas.
 Los árboles autóctonos trepan por la laderas de estos montes entre profundos valles formados por la erosión del agua y más allá, la cumbre de los antiguos glaciares y las "fervenzas" saltan libres buscando, desde el precipicio, el destino final en el río Cenza.
Los bosques son de robles, abedules, fresnos y álamos negros y entre ellos destacan las mimbreras de color ocre dorado separando las tierras.
El aullido de los lobos que puede escucharse a kilómetros de distancia en el silencio de la noche, produce escalofríos.
El aullido, es un reflejo de la calidad de las relaciones entre los miembros de la manada.
Los lobos aúllan para unir a su manada, atraer a su pareja, marcar el territorio, ahuyentar a los enemigos, dar una señal de alarma o comunicar su posición. Pero los lobos aúllan más cuando un compañero al que aprecian o un miembro poderoso de la manada se aleja del grupo.
Según parece el aullido no es una respuesta ante la separación de los allegados sino que se puede utilizar para mantener el contacto y para reunirse con otros.
A principios de la Edad Media, entre los celtas, el guerrero envidiaba a los lobos por su poder y atrevimiento. Algunos soldados galos, recubrían su casco con una cabeza de lobo después de comer su corazón. Pero el lobo es también un animal inteligente y paciente, capaz de esperar horas antes de atacar a su presa.
Los lobos empujados por el hombre llegan incluso a entrar en las ciudades y los pueblos. Muy rápidamente la imagen del lobo aparece como algo diabólico, llegando, en el siglo XII, la mera idea del lobo a aterrorizar al pueblo, su imagen de monstruo, de bestia, ha anclado en las mentalidades.
Nacen rápidamente oscuras leyendas contadas en las noches cerradas y oscuras de invierno.
La iglesia omnipresente en el mundo medieval, tiene una parte de responsabilidad en esta sombría imagen del lobo. El lobo no sería otro que el diablo, o su servidor que, devorando los cuerpos, se apropiaba de las almas.
En la iconografía cristiana, el lobo aparece como un símbolo de las fuerzas diabólicas que amenazan al rebaño de fieles representados por corderos. El lobo era, pues, para los cristianos, una amenaza tanto para su cuerpo como para su alma. Esta imagen de la pura e inocente oveja puesta en peligro por la sombra del lobo permanecerá por largo tiempo en nuestro inconsciente colectivo.
En los Misterios, obras representadas en las plazas de las catedrales, que encarnaban al diablo estaban recubiertos por una piel de lobo, reforzando la imagen popular del animal diabólico.
En la Edad Media, el lobo fue, pues, el chivo expiatorio del Maligno. Capturados en vida, algunas veces fueron juzgados y condenados a la hoguera. Las habladurías sobre los pactos con el Diablo, su presencia junto a las brujas que los cabalgaban para ir al aquelarre, sus ataques contra los niños asustados; son historias que se extendieron de pueblo en pueblo.
No obstante, los hombres lo temen por su fuerza, su resistencia o su inteligencia y no pueden evitar respetarlo y admirarlo.
Todas estas actitudes y prejuicios, deberían ser arrojadas de nuestras mentes gracias al conocimiento de lo que nos rodea. El valor de un ser racional no está en reclamar serlo, sino en ejercer como tal.
Otras culturas menos interesadas que la cristiana en mantener a las personas en la ignorancia y el miedo, han visto en el lobo un símbolo de la sociabilidad, la eficacia y la inteligencia. 

sábado, 6 de agosto de 2016

LA MALLA

Según nos adentramos en el verano, las noches se van alargando a medida que los días van haciendose más y más cortos, de tal manera, que a mediados de agosto dispondremos de más de 10 horas de oscuridad. El tiempo va apremiando para el trabajo de la malla, que al igual que la siega, es un trabajo duro; como los son casi todos los los trabajos del campo.


Es preciso que el sol caliente y caliente mucho, porque de otro modo los haces del cereal no se cortan bien  si están húmedos.

Tras la siega y días antes de la trilla o la malla, que es cuando se  separa el grano de la paja, se prepara la era. Es este un espacio de tierra limpia y firme , algunas veces empedrado que se cubre con una sábana o plástico donde se recoge el grano.



.
Esta tradición, que se mantuvo viva durante siglos, lleva camino de convertirse en historia en buena parte de Galicia, o si no también, en otro, de los muchos relatos que nos cuentan nuestros mayores, ya que, como  es sabido el granero de España está en los campos de Castilla.

Antiguamente, antes de que aparecieran las máquinas, y lo hiciesen todo: segar, extraer el grano, empaquetar la paja...Todo esto, se hacía manualmente, aunando esfuerzos y sudores...



A pesar de un sol abrasador y de una constante nube de polvo que hace difícil respirar, es necesario llevar camisas con mangas largas, ya que el polvo, las espigas y la propia paja se introduce en el cuerpo sudoroso, produciendo un desagradable picor.
El rato que se tiene para descansar después de comer, es casi imposible soportarlo pues multitud de insectos se ceban en los cuerpos sudorosos, atraídos hacia él, para picar a su antojo a los segadores. Sin embargo es tanta la necesidad de dormir que uno no se da cuenta del gran festín que se están dando hasta que una vez despiertos,  se ven y se sienten los abones que han dejado las picaduras. 
 La solidaridad social se completaba con comidas ofrecidas por los dueños del cereal, con juegos hasta bien tarde, para recomenzar la labor al día siguiente, de nuevo, bien temprano, almorzando al rayar el día.


En los documentos medievales, los "señores" exigían la entrega del cereal "limpio de polvo ypaja" para ser guardado, después en arcas de donde se van retirando en sacos para llevarlo almolino y realizar la molienda



Esto sucede en Galicia, donde no abunda el cereal y donde los campos, en  escasas ocasiones, se tiñen de amarillo y se engalanan pocas veces de las preciosas espigas del trigo. Sin embargo, sí se guarda en la memoria colectiva de nuestras aldeas y pueblos, la imagen de aquellas cuadrillas de gallegos que se acercaban por los caminos de tierra, cansados de tantos kilómetros acumulados en sus pies dispuestos a volcarse en la labor de la siega en los campos de Castilla.


Tenían fama de ser buenos trabajadores. Trabajaban de sol a sol y a veces de noche, a la luz de la luna, estimulados por el deseo de regresar pronto a casa.
Muchos no aguantaron el esfuerzo y a llí quedaron enterrados para siempre, en el suelo de Castilla, lejos de su hogar y de sus gentes.


Castellanos de Castilla,                     
 tratade ben ós galegos;                                                      
cando van, van como rosas,
cando vén, vén como negros.             
Cando foi, iba sorrindo;
cando veu, viña morrendo.
                Rosalía de Castro



jueves, 21 de julio de 2016

LETE: EL RÍO DEL OLVIDO


La memoria tiene mejor fama que el olvido. Admiramos la memoria porque es buena parte de la inteligencia y tememos al olvido, como desmemoria y como desafecto.

En tiempos de la romanización de la península Ibérica, Galicia estuvo y se mantuvo aislada durante mucho tiempo. No cabe duda que ser el "fin del mundo" ayudó a este aislamiento, también colaboró en esto el río Limia, que según cuenta la leyenda, quien lo atravesase perdería la memoria,.
Sin duda, conquistar Galicia teniendo que atravesar el río de olvido no era tarea fácil.

Pese a todo, Décimo Junio Bruto, Cónsul Romano encargado de la conquista del noroeste de la península Ibérica alcanzó la orilla del río Limia en el año 135 a. C.

Lete o Leteo, cuyo nombre significa "olvido" era una divinidad nacida del Éride ( La Discordia) y hermana de Hipno ( El Sueño) y Tánato ( La Muerte). Es uno de los ríos del Hades, en cuyas aguas tranquilas las almas de los muertos bebían el olvido de su vida terrestre.
Hades, asistido por demonios, reina en los infiernos sobre los muertos, siendo un amo despiadado que no permite a ninguno de sus súbditos  volver a la tierra . Un mundo rodeado por ríos de aguas lentas y estancadas, al cual se accede por una caverna.
El reino está rodeado por 4 ríos subterráneos, El Estige ( el río del odio) El Aqueronte ( el río de la aflicción), El Lete ( río del olvido) y el Pirifligetonte( el río del fuego). 
 Beber de sus aguas provocaba un olvido completo. Algunos griegos,  creían que se hacía beber de este río a las almas antes de reencarnarlas, de forma que no recordasen sus vidas pasadas.



Cuando los romanos llegaron a la región que llamaron Gallaecia, después de avanzar por frondosos bosques y ascender bajo la lluvia por rocosas montañas, el ejercito romano, se topó de repente con un río que descendía manso entre las quebradas de un valle. Todos los legionarios creyeron que era, nada menos, que el río del olvido: un río que convertiría a quien lo cruzase en un amnésico vagabundo, pues no reconocería su lengua materna ni su procedencia, ni si quiera a su familia, ni los nombres de sus compañeros. Absolutamente nada recordaría de su vida pasada.
En el año 138 a. C. el general romano Décimo Junio Bruto intentó deshacer el mito que dificultaba las campañas militares en la zona.
Y así, viendo que los legionarios se negaban a cruzar  aquel tranquilo río, el general Décimo Junio Bruto, decidió  cruzarlo y, desde la otra orilla, comenzó a llamar a sus soldados por el nombre, a recordarles las batallas que habían librado y, a convencerlos de que aquella corriente no era el fatídico río que imaginaban.

En Galicia, en Xinzo de Limia ( Orense) se celebra en Agosto  un evento que rememora la llegada de los romanos a estas tierras para conquistarlas.



    miércoles, 13 de julio de 2016

    El sendero perpetuo:el mirador del fin del mundo

    "Caminante, son tus huellas
    el  camino, y nada más;
    caminante no hay camino:
    se hace camino al andar.
    Al andar se hace el camino, 
    y, al volver la vista atrás,
     se ve la senda, que nunca,
    se ha de volver a pisar."

    Caminar significa descubrir nuevos horizontes en la vida, encontrar nuevos paisajes, nuevas gentes, nuevos lugares, nuevas reflexiones. Lo importante del camino es el mismo camino,  quedarán recuerdos de lo vivido, que nos ayudarán a comprender  y a no cometer los mismos errores.
    Todos hemos de recorrer nuestro camino con la incertidumbre de lo que habrá en él . No hay un destino que esté escrito, no hay nada que esté garantizado en la vida, no hay nada armado que nos espere, nosotros somos los que forjamos nuestro propio destino, golpe a golpe, verso a verso como decía Machado.
    Si hay una tierra española que albergue en su seno la fuerza de la primitiva energía telúrica, esa es Galicia. Una energía que se veneró mucho antes que al mismo Apóstol Santiago. Porque antes, la misma tierra era digna de veneración.
    Esa misma tierra ponía el límite a partir del cual comenzaba un nuevo reino: el mar y para que todo el mundo supiese donde comenzaba y terminaba cada reino, se hizo llamar al lugar Finis Térrea. La frontera entre el mundo terrenal y el espiritual ,allí, donde se originó todo y, a donde todo, termina por llegar.

    Hasta hace menos de mil años se tenía la creencia de que este lugar era el confín  del reino conocido. Más allá no había nada, solo mar. Si acaso  unas bestias monstruosas que vivían allí donde terminaba el océano y devoraban a todo aquel que osase navegar por el "Mare Tenebrosum". 
    Estas ideas desaparecieron con el paso del tiempo, no obstante, este lugar sigue rodeado de misterio, de leyendas y de creencias que lo convierten en un lugar lleno de misticismo. Sigue siendo el final de un camino tanto físico como espiritual. Y es que cuando desde el faro del cabo Finisterre se ve  fundir el sol con las aguas del océano es fácil comprender por qué en el pasado los celtas rendían culto al Astro rey en este lugar.

    La tradición obliga a quemar alguna prenda de ropa que se haya vestido durante las etapas del recorrido como símbolo de la renovación interior que todo peregrino sufre en el Camino de Santiago. Se quema lo viejo para dar cabida a lo nuevo. Porque Finisterre es un lugar de finales, pero también de comienzos.

     La llegada a la catedral de Santiago simboliza algo similar, ya que es el peregrino el que se abre a una nueva realidad espiritual, después de recorrer un camino que le ha ido revitalizando interiormente.
    El viajero, no es el mismo al terminar el viaje. Este viaje continua más allá de la ciudad de Santiago;muchos peregrinos ampliaban su ruta para ver este acontecimiento, para estremecerse al ver como el mar engullía al sol mientras observaban el espectáculo de las rocas batidas por enormes olas.

    Hubo un tiempo en la Península Ibérica en que los musulmanes dominaban prácticamente todo su territorio dejando arrinconados a los reinos cristianos en las zonas más norteñas del país.
    Cuando los cristianos europeos ven amenazada su fe por el avance del Islam, se afirman en ella, peregrinando hacia el recién descubierto Sepulcro de Santiago pues Europa ve peligrar su identidad y su cultura.
    Los caminos del antiguo Reino de Asturias fueron los pioneros en canalizar a los peregrinos a Santiago de Compostela. Así se fue formando esta vía como una vía medieval que creó una corriente jacobea internacional hacia los santuarios de Oviedo y Santiago de Compostela.
    Estos peregrinos venían por tierra desde Francia o, por mar y recalaban en los puertos de Cantabria y País Vasco, procedentes de Flandes, Inglaterra, Alemania y Escandinavia, entraban en Galicia por Ribadeo, Viveiro, Ferrol o La Coruña alcanzando su  puerto guiados por el haz de luz de la Torre de Hércules


    La peregrinación a Santiago podía ser voluntaria, pero también obligatoria, ya que podía ser impuesta como penitencia, desde un punto de vista religioso, o penal, desde el punto de vista civil.


    Nadie duda hoy en día de que el camino de Santiago que conocemos es una réplica de una antiquísima ruta de peregrinación que desde todos los lugares del mundo antiguo conducía hasta el país de Occidente o región del Ocaso.




    jueves, 16 de junio de 2016

    A SEÑORA DAS MAREAS


    "Yo soy la doncella de la noche,
    la dama de los corazones,
    la señora de las mareas,
    Yo soy la blanca luna entre las estrellas."

    Cuenta la leyenda,que una noche ancestral, la Luna bajó a la tierra y se quedó enredada entre las ramas de un árbol. En ese momento apareció un lobo y comenzó a acariciarla con su hocico. Jugaron toda la noche, hasta que, al fin, ella volvió al cielo y el lobo al bosque.
    En su huida, la Luna, le robó al lobo la sombra y desde entonces, dicen que él le aúlla para pedirle que se la devuelva.
    La Dama de la noche, la Señora de las mareas, la Diosa de las estrellas, son algunos de los nombres que se le ha dado a la luna desde tiempos que ya no se recuerdan.
    Nace,crece, madura, envejece y vuelve a nacer. Es quizás por esto que podría ser simbolizada como la Esperanza. Es y ha sido siempre musa de poetas, escritores y amantes. Posee una magia y un poder especial que inspira, renueva y nutre el alma. Se sabe buena compañera de navegantes acompañando siempre a la noche hasta que llega el alba.
    Ha inspirado más cuentos y poemas que cualquier astro. Ella es el aspecto complementario de la creación, representa la energía creadora donde se gesta la vida. Ella nos da el poder de la intuición, la magia, la adivinación y los sueños.
    Ella descansa en el mar y cada amanecer la vemos bajar a sus aguas, sin embargo su amante es el sol y espera cada eclipse para fundirse con él. El mar siempre pendiente de la luna  tiene sus encuentros, con ella, al margen del sol. Ella lo atre de tal manera que sus mareas suben y bajan; consigue que se tranquilice o se endurezca y su atracción dependerá de lo cerca o lejos que esté de él. Cada mañana, el mar, le consiente que se esconda en él y él la arrulla, la calma y la hace descansar.
    El mundo antiguo está cubierto de magia, ritos y leyendas que revelan misterios sagrados que esconde la naturaleza.
    Uno de los pueblos amantes de la Luna, fue el pueblo celta. Para los druidas- magos y sacerdotes celtas- la luna representaba el aspecto femenino de la naturaleza, la consideraban, simbólicamente, como la madre y esposa co-creadora del universo junto con el dios padre: el sol.
    La luna cobró gran importancia en el mundo antiguo al ser la primera forma en la que el hombre podía leer el tiempo. Al observar los ciclos de la luna pudieron entender los cambios de la naturaleza, los ciclos de la mujer y los momentos de la cosecha.
    Los celtas marcaron su vida con la luna, elaborando y siguiendo un calendario conformado por cuatro lunas llenas, a lo que nosotros conocemos como un año solar.

    A diferencia de otras culturas en donde se relega el papel de la mujer a un segundo término, en la sociedad celta, que tenía una configuración matriarcal, el aspecto femenino es de suma importancia.

    Hemos olvidado mirar al cielo y vamos cada vez alejándonos más del universo que nos rodea, empeñados en otros afanes sin darnos cuenta de que a nuestro alrededor se encuentra una belleza y una fuerza infinita.






    miércoles, 13 de abril de 2016

    MISTERIOS EN LOS BOSQUES GALLEGOS


    Una zona de bosque espesa: es una fraga gallega en cuyo interior, la luz llega siempre tamizada por el ramaje donde predominan robles, castaños, acebos, espinos, laureles y madroños.
    Hay un tesoro en helechos; algunos de ellos provenientes de la época terciaria, cuando los dinosaurios aún dominaban la tierra; junto a ellos, a la sombra de los árboles crecen infinidad  de plantas y flores. Multitud de animales como el lobo, el corzo, la nutria, la marta etc conviven en él y el hombre deja de ser el protagonista de la vida del lugar










    La tarde, de repente, sin avisar, se vuelve gris. Apenas el sol es capaz de atravesar la niebla densa que ha extendido sus brazos por el bosque. Fantasmas caminan despacio y susurran al viento sus lamentos de soledad y pérdida, dejando que la vida de los muertos perdure en la memoria de los vivos Mientras, la magia late entre los musgos que tapizan cortezas de árboles centenarios y muros de piedra y aparece en los caminos serpenteando entre ellos y, en  las aguas, intuimos el alma encerrada entre  murmullos callados. 
    El propio bosque es protagonista; es el alma, la razón de ser de esta forma de vida, de estas creencias y de estas costumbres.
    El buho ulula en la oscuridad que se cierne alrededor; la noche le ampara, ese es su reino. Esa "brétema"casi perpetua que esconde  y arropa la esencia de una tierra, en la que hay más encantamientos que milagros, más tragedias de amor que traiciones y más humor que lágrimas.






    Y...


    "Esto ocurrió en aquellos años en que una gallina costaba dos pesetas y la fraga de Cecebre era más extensa y frondosa.


    Xan de Malvís apreció la inexistencia del bandido como una vacante que podía ser cubierta. Y se adjudicó la plaza"

    Fendetestas, es el apodo que adopta, y harto del duro trabajo del campo y de las escasas ganancias que le aporta la labor de la tierra, decide echarse al monte y convertirse en el ladrón de la fraga,

    El tiempo lo cambia todo y aquí también ha dejado la huella de su caminar, de tal manera, que la fraga de Cecebre, un precioso bosque de robles, ha cambiado  y sólo queda una pequeña parte de lo que fue y que cita Wenceslao Fernández en su novela "El bosque animado". Pero, de alguna manera, la vida continua y los seres del lugar se relacionan como antaño y casi me atrevería asegurar que el fantasma que pululaba entonces, una vez que la oscuridad de la noche se filtraba entre las ramas de los árboles y la luna se dibujaba en lo alto entre las nubes, sigue paseándose y espantando a todo aquél que, no sin temor, ha de atravesar el bosque de noche.

    La meiga Moucha, que conoce las plantas del bosque y el alma humana como si se tratara de un elemento más de la naturaleza prepara sus quehaceres, que es cosa que no se cuenta ni debe contarse  porque los verdaderos secretos de las meigas no deben ser desvelados.



    viernes, 22 de enero de 2016

    RESERVA DE LA BIOSFERA

    La reserva de la Biosfera es un título que otorga la Unesco a determinados hábitats para fomentar la integración del hombre y el medio ambiente.


    Los Ancares, reserva de la biosfera: una frontera natural entre Galicia y la cuenca de El Bierzo. Una zona limpia, clara, hermosa, donde invita, al que allí se acerca, a sentirse en comunión con la naturaleza. Fue habitada por las tribus celtas que se refugiaron en las montañas huyendo de las legiones romanas construyendo castros en las tierras altas.


    La montaña brota en tonalidades infinitas de verde y lo más sorprendente de esta zona es, no tanto  las alturas, sino  los fuertes desniveles que existen; desde el encajonamiento de valles hundidos por debajo de los 300 metros hasta picos de casi los dos mil en pocos kilómetros

    Es una zona de gran altitud y por lo tanto muy aislada de núcleos de población, lo que ha permitido la supervivencia de tradiciones y la conservación, a lo largo de los siglos, de una arquitectura popular que ha desaparecido de otras zonas del norte de España.

    Se sube y se baja, retrocedes, giras y tuerces a la derecha y, a la izquierda y das vueltas por los bosques y preguntas, y... cada vez que preguntas más liado te parece que estás entre carreteras, corredoiras, pistas y caminos. Pero da lo mismo, ya encontrarás el castro celta, porque perderse aquí, merece la pena.

    Aquí el forastero puede descubrir lo que es la Ley del Kilómetro Gallego: perdido entre tanta carretera, que asciende y desciende se puede preguntar a algún abuelo que aparezca en el camino. ¿Cuantos kilómetros me quedan? si el paisano contesta "que tres o cuatro" faltan quince seguro, pero... ¡qué quince! Un festival de curvas ciegas llenas de gravilla y socavones donde podrían vivir familias enteras.
    A lo lejos van apareciendo las pallozas , esas construcciones circulares que han sobrevivido al paso de los tiempos entre el frío, el viento y la nieve. Pero, insisto, es un paisaje para perderse en él, siempre y cuando vaya uno bien aprovisionado para cualquier emergencia, pero los rodeos merecen la pena, porque el castro de Santa María ofrece un buen ejemplo de que en estas tierras dos mil años no son nada. Aquí las casas se han construido de la misma manera que desde tiempos de Julio Cesar.


    Las pallozas se construían con un muro de piedra muy grueso, sin más huecos que la puerta y algún ventanuco para no perder el calor del hogar. El techo se levantaba con vigas de roble y una cubierta de paja de centeno trenzada. No se abría un agujero para la chimenea: el humo se filtraba a través de la paja. En el interior, separados por tablones que solo llegaban a media altura, convivían personas y animales que proporcionaban calor en este invierno blanco enormemente frío.




    viernes, 8 de enero de 2016

    QUEICOA

    "Queicoa" significa en "Barallete", la lengua de los afiladores; héroe, luchador, ser mítico. Así les llamaban  a aquellos viejos afiladores que llevaban a sus espaldas muchos kilómetros y muchos caminos. Eran hombres curtidos de trabajar en el campo que un día decidieron hacer su gran viaje a ninguna parte con la compañía del girar de una rueda.
    Caminaban y soñaban. Si afilaban vivían y si paraban, morían

    Orense, es la tierra de los afiladores, de la "Ribeira Sacra", del "Entroido" y los "magostos" y por supuesto del licor café. A " Terra da chispa",que algunos traducen por tierra de audaces. Llamada así  por la cantidad de afiladores que poblaban estos lugares ya que el oficio consistía en afilar cuchillos y navajas así como todo tipo de herramientas y cuando esto se hacía saltaban chispas " no rebolo", piedra de afilar, que era en donde se afilaba.
    La rueda al afilar echa un chorrito de chispas. Este es el origen del apodo.
    Para anunciar su llegada suele emplear, el Chiflo, una pequeña flauta de Pan de cañas o plástico como silbato y la va haciendo sonar en sus tonalidades de grave a agudas y viceversa.
    El afilador es un campesino gallego que no puede vivir de la tierra, sin embargo, no le quedó otra alternativa que abandonar la aldea y recorrer las miles de callejuelas de países que fue visitando a lo largo de su vida.
    ¡ Que remedio! Hay que emigrar, como ahora y como en tantas ocasiones a lo largo de la historia de tantos países del mundo cuando la vida se hace dura e irrespirable.
    La provincia de Orense ha sido la cuna de estos hombres que recorrieron el mundo cargando a sus espaldas o empujando, una rueda de afilar.
    Tenían los afiladores  lenguaje propio, ya perdido en la actualidad. Este idioma particular se llama "barallete" y está basado en el gallego hablado en Orense que se encripta con la sustitución de palabras habituales por otras inventadas y sin ninguna conexión lingüística con ella. Era imposible para el que no perteneciera al gremio, entender la conversación. Hoy en día es un lenguaje para el recuerdo.


    En las aldeas orensanas quedan algunos viejos afiladores que en sus años mozos dieron la vuelta al mundo.

    La leyenda dice que la rueda de afilar fue inventada por un herrero. Es muy difícil de construir, requiere mucha paciencia y mucho arte, cosas estas también indispensables para ser un buen afilador. Es en el siglo XVII cuando aparecen los primeros. Hace, por tanto, trescientos años, que los afiladores orensanos andan dando vueltas por los caminos del mundo.


     Hoy está en vías de extinción este oficio que representa toda una cultura de trabajo y sacrificio.
    Ya no se oyen por las callejuelas del ancho mundo a estos hombres. La chispa está a punto de apagarse para siempre. Una chispa que saltaba de la rueda y era arrastrada bajo la lluvia y el viento.
    Orense tierra de afiladores y paragüeros, hombres que recorrieron el mundo llevando en su corazón su tierra, mucho ingenio y su chispa particular´


    "Hombres que son héroes desconocidos de novelas que no se escribieron"
                                                                        Florentino López Cuevillas ( antropólogo e historiador)















    lunes, 7 de diciembre de 2015

    Adiós al otoño

    Adiós al otoño. Se va, como tantos otros que ya se han ido. Es una estación melancólica a pesar de que toda ella estalla y se inunda de color. Es, sin duda, el tiempo que precede al sueño, el adiós a la vida, pero no cabe duda que es una despedida grandiosa. Y, lo es, aquí en Galicia si nos obsequia con días luminosos y claros sin  lluvia, como ha sido este que nos abandona.
    En Galicia, otoño, es sinónimo de magostos y sin duda la castaña es la triunfadora de esta época del año.
    Es preciosa, tiene una piel digna de las mejores reinas. De color tostado, brillante y suave, fruto de los enormes castiñeiros que pueblan Galicia.
     Ha estado protegida durante todo el verano por su capa espinosa, primero verde de suaves púas y a medida que el calor ha ido desapareciendo se ha tornado de amarillo ocre y al fin ha terminado por desprenderse del castaño para caer al suelo donde finalmente, su erizo, ya de color oscuro, se ha abierto por fin, ofreciéndonos su precioso y rico tesoro.
    El souto  es el lugar del castiñeiro, el árbol indispensable de  la aldea de media montaña, que sirvió de alimento en muchos hogares gallegos.

    Evocan siempre recuerdos, recuerdos de bolsillos calientes y de cara fría, de aromas a leña y a fruto tostado que las castañeras ofrecían en cualquier esquina de una plaza. Aquellos cucuruchos nos calentaban las manos y nos quemaban la boca porque eramos incapaces de esperar a que se enfriaran. Entre risas, íbamos corriendo la calle con las castañas calentitas y el frío de la noche pegado en el rostro.

    Quizá sea este un oficio tan antiguo como nuestra memoria nos permita recordar. Es inevitable asociar la llegada del otoño, con la aparición en las calles y plazas del castañero. Hace años vender castañas asadas en la calle, era oficio de mujeres.
    Solían ser mujeres curtidas por el frío helador, que en esos años era propio de los inviernos en gran parte del noroeste de España. Eran personajes entrañables y conocidas en los barrios y plazas. Con el paso de los años este oficio estuvo en decadencia llegando casi incluso a desaparecer en muchas ciudades.
    El hombre se alimentó de la castaña desde tiempos que ya ni podemos recordar. El castaño fue llamado por los romanos "el árbol del pan" pues se hacía harina de las castañas secas para alimentarse durante todo el año, formaban parte importante de la alimentación de los pueblos de montaña, hasta la llegada del maíz y la patata. En los cultos celtas, el castaño era venerado por sus druidas, junto al roble, el laurel y el tejo formando parte del bosque sagrado.

    Las castañas son la paz
    del hogar. Cosas de antaño.
    Crepitar de leños viejos,
    peregrinos descarriados.

    Federico García Lorca

    Y así, con esta luz dorada y con el aroma de la leña inundando el hogar otro otoño se va.




    miércoles, 2 de diciembre de 2015

    Percebeiros



    Los temporales comienzan refunfuñando entre las rocas rizando la superficie del agua, no obstante su ira va en aumento levantando olas que impiden, demasiado a menudo, salir a la mar.

    Estos hombres, aman su trabajo, aman el riesgo, aman el agua que les llena la boca de mar y sal y, con toda certeza si volvieran a nacer elegirían mil veces la dureza de un oficio que les permite vivir en íntima relación con la salvaje naturaleza y saben, que cuanto peor está la mar, mejor sabe el percebe.


    Habría que subirse a una de estas barcas de las que salen a diario desde los muelles para saber, que este trozo de costa es la zona más brava del litoral. Alejarse del pueblo, dejar atrás el faro de punta Candelaria para llegar hasta  A Gabeira.
    Allá abajo, San Andrés de Teixido, justo antes de que acabe la costa de Cedeira y empiece la que pertenece a Cariño.

    Llegan varias lanchas y allí cada cual se busca un punto de la roca de la que se cuelga y comienza a faenar. Poco a poco va subiendo la marea, el paisaje se va volviendo salvaje por momentos cuando el agua estalla contra las rocas. Mientras, los hombres van arañando las rocas sin dejar de mirar al frente, para estar atento a las olas que están dispuestas a golpearlos sin  piedad.
    Hay que apresurarse y estar bien atento para no resbalar por el acantilado. Han decidido acercarse a una roca difícil, de esas que a ellos les gustan, y avanzan entre las piedras como lagartijas.
    No les asusta morir en el mar pero sí les asusta quedar lesionados; a tener que depender de alguien, a no poder reptar entre las piedras. En una mano el gancho y la cabeza bien en alto, sin perder de vista la mar.
    Al mar no se le puede dar la espalda, hay que mirarlo siempre de frente, porque es muy traicionero.
    Utilizan un sonido seco que sale de la garganta para advertirse unos a otros del momento en que hay que dar un paso atrás para que no se les trague el agua que golpea con fuerza.

    .
    Nada es de nadie, todos se ayudan si llega el momento. Las historias tristes aparecen y vuelve la añoranza.





    domingo, 8 de noviembre de 2015

    O meu país: a terra mais amada


    Traducción: 
     Mi país es verde y nuboso
    Es melancólico y antiguo, es una tierra y un suelo.
    Mi país, labrador y marinero.
    Es un rincón sin tiempo que duerme perezoso



    Que se calienta en el hogar, allá en el robledal.
    Se echa a reír.
    Es una hoja en el viento, aliento y desaliento,
    Mi país, tejiendo su historia,
    Muiñeira y caminante, esconde su verdad.
    Mi país, saluda al mar abierto
    Escucha el barlovento y se pone a caminar
    En dirección a metas sin nombre, van filas de hombres
    Y sin fin
    Tristes campos de algún lugar, caminos para ninguna parte.
    Mi país
    Mi país en las noches de invernía
    Dibuja su agonía, en un viejo, en un chaval.
    Mi país de leyenda y maruxías
    Espera nuevos días marchando a vagar
    por las pendientes y herencias
    Nace y muere una esperanza en el porvenir
    Es una hoja en el viento, aliento y desaliento
    Mi país.



    Muchos son los pueblos galaicos que formaron  nuestras raíces, estas, que se hunden profundamente en nuestra tierra y que son nuestro origen más lejano en el tiempo. Eran los habitantes  de nuestros castros y los dueños de estas tierras fértiles donde el ganado pastaba libremente hasta que llegaron los celtas y se asentaron en el lugar.
    La tierra que más amamos tiene inviernos de nieve en sus montañas, es acariciada por la lluvia que empapando la tierra, la abre en un millón de fuentes. La surcan mil ríos y la bañan las aguas de un hermoso océano y un precioso mar.

    El paisaje es la estética de nuestra vida. De montaña, de valle, de costa, de mar, de río...Todos ellos se combinan y hacen de esta tierra un lugar maravilloso y armónico.

    Al final de cualquier sendero, siempre hay una cumbre desde donde el paisaje nos muestra toda su belleza; desde el profundo verde de los valles, donde los saltos de agua en libertad buscan su destino final ,desde el precipicio hasta los picos más escarpados que se alzan hacia el cielo rodeados de nieve.

    Abajo en los valles verdes, el cielo se viste de azul-gris y un tímido sol  se asoma entre las nubes y entre sombras de niebla, atraviesa la inmensidad de ese color verde que nos rodea. Al atardecer, el verde del prado se tiñe de oscuro, mientras aparece el silencio que precede a la luna.
    Luego. están los ríos, que los hay a cientos, siguiendo el paisaje y saltando por las laderas, buscan la serenidad de los cañones, en ellos beben los gatos monteses, el corzo, el jabalí la nutria y las ardillas que saltan de rama en rama buscando los pinos y las ricas nueces de los nogales.
    El bosque se viste de múltiples colores a partir de la primavera hasta que cae la última hoja en otoño.
    Amanece con bruma mansa que empapa la tierra y a través de ella se cuela un sol muy tímido que matiza todo lo que hay alrededor. Clarea, a veces, más allá de mediodía y por la tarde el cielo se vuelve de un gris plomizo de lluvia. Todo está animado en este bosque, el mismo que los celtas llamaron "Lubre" y lo convirtieron en un lugar sagrado.

    Luego están las rías, con sus mareas y sus atardeceres, con ese mar que te habla desde el fondo de su corazón y al que han vuelto muchos de nuestros jóvenes, ahora en estos tiempos difíciles, al mar de sus abuelos

    .


    Siete son las ciudades gallegas y siete sus símbolos y siete son los caminos jacobeos. Siete maneras de vivir y de soñar.



    No cabe duda que la magia de Galicia está en sus meigas y meigallos, en sus druidas y merlines, pero...también es mágica por naturaleza.



    Si. La magia está aquí por todas partes. En la tierra y en el agua, en el mar y en los ríos, en sus rúas y en sus piedras bañadas por el agua y por la luz de la luna. En este entorno natural donde suceden muchos de los milagros y se conceden muchos de lo sueños.








    sábado, 19 de septiembre de 2015

    Recogiendo colores



    Se acerca el otoño; una preciosa estación en la que los bosques de castaños, abedules y robles, además de los viñedos se pintan de todos los tonos del ocre, amarillo y granate.

    La Ribeira Sacra es todo un espectáculo de belleza. La neblina besa en las mañanas estas laderas, la brisa se levanta dócil y suavemente mece las hojas más livianas que haciendo giros en el aire caen pausadamente pintando el suelo de amarillos, ocres, granates y verdes 
    haciéndolo mullido y absorbiendo la riqueza que encierran sus hojas para darles el sueño de la muerte. 

    Se recogerán los erizos abiertos de los castaños mientras
    la uva mencía, por las pendientes, todavía con un tono morado, incrementará día a día, su aroma y  su azúcar hasta volverse casi negra. 

    El gavilán se aleja revoloteando, río abajo, hacia apacibles sotos que bordean el cenobio de Santa Cristina donde se conmueven de emoción las piedras, mientras los días menguan y las noches crecen.





    El vino de esta zona es  pura artesanía, es agradable al paladar y lleva en su aroma la brisa, el viento y el agua mezclado con el sol de estas tierras. Es un vino cuidado y mimado en un desnivel de terreno que puede alcanzar el 100%  convirtiendo a los bancales de las laderas de los ríos Miño y Sil en una paisaje espectacular.

    Es un espacio difícil de trabajar ya que

    la mayor parte del trabajo es manual y hombres y mujeres hacen equilibrios entre los estrechos bancales de piedra.

    En la vendimia, los racimos se cortan manualmente como no puede ser de otra manera y las cajas de uvas se cargan a las espaldas para llevarlas hasta los caminos; desde donde se trasladan en vehículos hasta las bodegas.

    Hay viñas a las que sólo se tiene acceso desde los ríos y entonces se transportan en barcas. Estos vinos se merecen más que ningún otro el calificativo de heroico por todas las dificultades que entraña su cultivo.

    Este viaje discurre por carreteras estrechas construidas entre laderas y bosques, que junto a los ríos Sil, Miño y Cabe fluye por gargantas o cañones de altos acantilados, conformando un paisaje único en la Ribeira Sacra. 

    .






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