martes, 30 de julio de 2019

PORTALÉN : La entrada al mundo de los muertos.

 Hasta el Monte do Seixo subían y suben, peregrinos de todo el noroeste peninsular para invocar los favores de las muchas deidades que aquí, si, aquí, habitan. Es una de las montañas sagradas más espectaculares y a la vez más desconocida de Galicia.
Este antiguo santuario en la cabecera del valle del río Lérez y del río Verdugo, era el centro del mundo de los pueblos celtas que poblaron estas tierras. Un lugar mítico y mágico de la Galicia encantada: el santuario perdido de los celtas.
A Porta do Alén o Portalén - complejo megalítico único de Europa- es la puerta dimensional al otro mundo, el lugar al que se acudía en el mes de noviembre para hablar con los muertos.
En noviembre se asciende poco apoco al monte do Seixo.
A medida que voy llegando a la cima, el frío y el viento hace, que cada vez, se haga más difícil el ascenso como tantas otras veces lo habían hecho, padres, abuelos y remotos antepasados.
Debo subir sola al encuentro de mis seres queridos.
En el último tramo,la cumbre del monte se hace algo más llana y atravieso varios grupos de piedras gigantescas. No sirve cualquier piedra, debo llegar a un enorme peñasco con una gran fisura, coronado por una piedra que probablemente haya sido colocada a propósito por los pueblos que habitaron estas tierras. Es Portalén ( Porta ao alén ), que significa puerta del más allá). Un curioso conjunto de piedras en el que según la tradición, se puede atravesar la barrera que separa el mundo de los vivos con el de los muertos.
Al llegar allí entre la vegetación silvestre, subo los peldaños irregulares, que como si alguien los hubiese tallado,  llevan a la "puerta" que separa los dos mundos.
Después de traspasar el hueco formado por tres piedras, debo depositar un trozo de pan, un poco de vino o una vela encendida como ofrenda para los que viven al otro lado.
La tradición dice que una vez cumplidos estos tres requisitos, puedo hacer una pregunta a los fallecidos y para oír la respuesta debo prestar atención al murmullo del viento, que entre las rocas, me silbará la respuesta.
Siento miedo y un gran respeto. Sé que cuando haya escuchado lo que vengo a buscar, lo que me dicen los que viven al otro lado de la vida, debo regresar pasando de nuevo por el hueco de Portalén, ya que si continuara mi viaje sin regresar sobre mis pasos, mi alma podría quedar para siempre atrapada en la tierra de los difuntos. Tampoco debo revelar a nadie lo que los fallecidos me han dicho al otro lado de la "puerta", de no ser así, quedaría afónica para siempre.


jueves, 25 de julio de 2019

O santo dos Croques: Un ritual prohibido

El Pórtico de la Gloria sigue siendo un lugar de referencia para todos: peregrinos y viajeros. A sus pies, y a la sombra del imponente parteluz, se encuentra de espaldas la escultura del que algunos llaman San Mateo, pero  en realidad es el arquitecto de la obra y quien nunca fue canonizado.

Llegar a la Plaza del Obradoiro y entrar en la Catedral de Santiago representa para cualquier romero : triunfo, redención, esperanza  y la culminación de un viaje que remataba con los rituales de meter los dedos de la mano en el pilar de mármol que simboliza el árbol genealógico de Jesús y darse cabezazos en la estatua del maestro Mateo.
Santiago catedral interior santo dos croquesActualmente estas costumbres forman parte del pasado.










Se trataba de una tradición fomentada por los estudiantes de la Universidad de Santiago.  No se sabe cual es el origen de este práctica aunque se dice que nació de los universitarios compostelanos que buscaban ayuda divina para sus exámenes
Hace más de cuatro siglos, al parecer, comenzaron a darse tres golpes con su cabeza sobre la imagen - y seguimos muchos años después tratando de recibir una inteligencia  y una sabiduría que en cualquier caso no poseíamos - conocidos en Galicia como Croques, con la cabeza del Maestro Mateo  para que les pasara su inteligencia y memoria durante la época de exámenes . Cuanto más fuerte fuera el golpe  mayor sería el efecto según la creencia entre ellos.
 En vista de que algunos turistas, peregrinos y visitantes siguieron dándose tres cabezazos contra los pilares y el hecho de que la frente  del arquitecto arrodillado seguía llenándose de grasa, tuvo que vetarse esta práctica. Todo, con el fin de guardar la integridad de las piezas y parar su deterioro, pero no cabe duda que el encanto de aquel ritual lleno de magia y esperanza, desapareció.
Es bien cierto que en muchas ocasiones la inteligencia y la memoria deseada ser recibida sería, de concederse, un auténtico milagro.
Vinculado o no a los estudiantes en su origen, la mayoría de los expertos coincide en considerar este ritual de origen compostelano, asumido posteriormente por peregrinos,  uno más de los ritos en la catedral.
El grado de mitificación de esta figura por el pueblo de Santiago llevó a que muchos se refiriesen a ella como San Mateo.

ritual santo dos croques manoEl ritual de introducir las yemas en uno de los pilares se remonta también a la época medieval y está relacionado con los primeros romeros. A su llegada después de tantas penurias, colocaban la mano en el pilar para apoyarse mientras contemplaban maravillados al Apóstol.
Posteriormente el acto consistía en colocar los cinco dedos de la mano derecha en otros tantos huecos que existen en la columna, a la vez que se pedían cinco deseos. Los más creyentes debían, además, rezar otros tantos padrenuestros para que las peticiones se cumplieran.

 Esto fue generando un desgate importante en la piedra de tal manera que actualmente este ritual ya no está permitido.

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