En torno a la festividad de Todos los Santos existe una costumbre en Galicia intimamente ligada al fuego: el magosto.
Cuentan las creencias antiguas que la castaña es símbolo del alma de los difuntos. Se creía que cada castaña comida era un alma liberada del purgatorio, que las almas acudían a la fiesta, por lo que se solía dejar el fuego encendido para que la ¨parroquia dos mortos¨ pudiese calentarse en las brasas de la hoguera.
El magosto más clásico es el de la juventud.Cuentan las creencias antiguas que la castaña es símbolo del alma de los difuntos. Se creía que cada castaña comida era un alma liberada del purgatorio, que las almas acudían a la fiesta, por lo que se solía dejar el fuego encendido para que la ¨parroquia dos mortos¨ pudiese calentarse en las brasas de la hoguera.
¨Neste era costume que os mozos puxesen o viño e as mozas as castañas, e que logo de que estas se cociñasen comezase a merenda cunhas cuncas de viño, case sempre novo.Coas últimas castañas os rapaces e rapazas xogaban a tisnarse.¨
Según las posibilidades, es habitual completar el festín con chorizos, vino joven, pan de trigo, maíz y centeno además de empanadas y aguardiente para la ¨queimada¨
Antiguamente, esta fecha marcaba el inicio de los ¨fiadeiros¨ o reuniones donde se hilaba el lino.
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