Protegida del océano por las Islas Cíes, la ría de Vigo se abre por el norte en Cabo Home, rincón que impresiona en cualquier época del año, aunque en invierno su espectacular belleza se hace sentir más adentro cuando el mar desafiado por el viento silba y ruge entre las islas y azota con fuerza los acantilados volviéndolos ariscos y escarpados. Por el sur, en Cabo Silleiro, el faro se yergue desafiante oteando un mar que en calma refleja una enorme paz, sin embargo, de repente, puede volverse furioso ante la provocación del viento y agita sus aguas llenas de espumas blancas que amenazan con engullir todo aquello que se encuentre por delante.
Es, si no la más grande quizás, si, la más hermosa de todas las rías gallegas, si bien es verdad que contemplar cada una de ellas conforma un espectáculo inolvidable.
Es, si no la más grande quizás, si, la más hermosa de todas las rías gallegas, si bien es verdad que contemplar cada una de ellas conforma un espectáculo inolvidable.
Es el mayor tesoro de la ciudad, su pasado y su futuro.Se adentra en la tierra para mezclarse con el agua del río mientras las laderas de los montes van formando siluetas a lo largo de todo su recorrido.
Por donde quiera que nos asomemos nuestras islas se dejan ver donde la ría se abre a mar abierto, están siempre presentes en el corazón de los vigueses y nos sentimos orgullosos de ellas, son como nuestro símbolo de identidad. Hermosas como tres bastiones, guardan la entrada al viento del oeste y fueron siempre una zona de refugio para ingleses, holandeses y moriscos, sirviendo de apoyo a todos los navíos que navegaban por el atlántico.
Si el mar se retirase de la Ría de Vigo, un largo valle, dejaría al descubierto restos de buques, galeones, mercantes, submarinos y pesqueros que asomarían sus esqueletos sobre el lodo y la arena en donde se guardan leyendas e historias ocurridas en otros tiempos.
Dicen que trece embarcaciones están sumergidas en el fondo de la ensenada de la isla de San Simón hundidos en la batalla de Rande, librada en Octubre de 1702 entre una escuadra franco-española y una anglo-holandesa, allí donde la ría se estrecha, siguen sumergidas. Allí donde parece que pudieras alcanzar con tu mano la otra orilla y sus dos costas pudieran fundirse en un beso Allí donde la ría ofrece su espectacular belleza en cualquier atardecer.
Muy bien descrito. La foto de las islas, preciosa.
ResponderEliminarGracias Susiño. En cuanto a las islas y la ría, tú bien sabes de su belleza.
ResponderEliminarUn beso
Tan lejos y tan cerca al mismo tiempo gracias a tí.Un beso.
ResponderEliminarOjalá, Cruz, siga consiguiendo acercándotela tanto como la añoras.
ResponderEliminarUn beso