martes, 8 de marzo de 2016

En la memoria del tiempo

El pazo es un tipo de casa solariega gallega, de carácter señorial, normalmente ubicada en el campo, antiguamente residencia de nobles y reyes.
En tierras coruñesas, cercanas a la ría de Betanzos, se levanta el pazo de Meirás, una de las mejores
muestras de construcciones nobiliarias gallegas. Es un pazo señorial y a pesar de su aspecto medieval, es de finales del siglo XIX. La primera piedra se colocó en 1893 y está edificado sobre las ruinas de una antigua fortificación destruida por las tropas francesas durante la guerra de la independencia.

Emilia Pardo Bazán provenía de una acomodada y aristocrática familia gallega de tradición liberal que heredó un importante patrimonio por vía materna y paterna.. Su madre, Luisa Bazán, fue la que tuvo la idea de reconstruir la propiedad de Meirás.

 Doña Emilia lucha incansablemente por la emancipación social e intelectual de la mujer y denuncia constantemente la desigualdad educativa en función de los sexos.
Está considerada la mejor novelista española de siglo XIX y un de las escritoras más destacadas de nuestra historia literaria.
Pasaba, Doña Emilia, largas temporadas en el Pazo, especialmente en verano. Todo él está rodeado de una enorme finca con bosque y jardines en los que abundan cruceiros, fuentes y piezas arqueológicas.

Una vez terminada la guerra civil las nuevas autoridades franquistas, buscan un lugar donde agasajar al dictador; y con el fin de financiar la operación para hacerse con el Pazo constituyen una comisión que denominaron "Junta Provincial Pro Pazo del Caudillo".
 Todos ellos fueron ampliamente recompensados con títulos que otorgó Franco. Por ejemplo al banquero Pedro Barrrie de la Maza  se le concedió el título de conde de Fenosa  esto es,( Conde de las Fuerzas Eléctricas del Noroeste Sociedad Anónima).

La junta adquiere el Pazo y una extensión de terreno de algo más de tres hectáreas por 415.000 pts de la época. Sin embargo parece que nunca se llegó a ejecutar el pago en su totalidad y ni siquiera se le permitió a la familia de Emilia Pardo Bazán retirar los efectos personales.

La extensión del terreno original del Pazo no pareció suficiente a los miembros de la "Junta Pro Pazo del Caudillo" y decidieron ampliar en algo más del doble la extensión de la propiedad. Para ello tomaron directamente las leiras  que se encontraban más próximas al Pazo de Meirás e incluso alguna casa.

Muchos labradores fueron obligados bajo amenaza de muerte, a subir en camiones militares con el fin de formalizar en Betanzos, o en la misma sede del Banco Pastor de la Coruña ( propiedad de Pedro Barrie de la Maza), el cambio de titularidad de los edificios. Las fincas eran valoradas, en el mejor de los casos, a precios de miseria que los labradores tenían que aceptar por la extorsión a la que fueron sometidos.

La memoria es silenciada por el terror en el que vivieron estos propietarios de fincas. Testigos de la época y el momento declaran haber visto como unas 30 personas lloraban en el Banco Pastor al verse obligadas a deshacerse de los terrenos, que en la mayoría de los casos, eran también su medio de vida.
Para el financiamiento de las obras y demás gastos se editaron unos bonos de supuesta aportación voluntaria, pero lo cierto, era que las propias autoridades franquistas, eran las que fijaban las cantidades a aportar.




La recaudación por bonos "voluntarios" se intentó vender con éxito, pero fue un auténtico fracaso. La "Junta" precisaba dinero e idearon la manera de conseguir recursos, todos ellos basados en la extorsión y en el uso fraudulento del dinero público.

Hoy se sabe que el pazo de Meirás no fue un regalo del pueblo al dictador y consecuentemente a su familia. Se sabe que en los 37 veranos que Franco pasó en el Pazo, se expoliaron obras de arte bajo
extorsión, que hubo un incendio provocado para espoliar obras de arte que a día de hoy sigue sin esclarecerse.


Los delitos, los abusos, los asesinatos y las extorsiones y el dolor causado bajo este tipo de regímenes totalitarios jamás prescribe y se queda para siempre en la memoria del tiempo.

4 comentarios:

  1. Ahora solo queda que quede como patrimonio gallego.

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  2. Así debería ser pues es a los gallegos a los que se lo quitaron.
    Un beso

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  3. Los herederos de P. Bazan también vendieron forzados.Considero que a ellos y a los forzados a vender sus letras y casas,también hay que indemnizar, luego debe ser del pueblo. gallego y todo lo que se consiguió con malas mañas DEBE ser restituido antes

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  4. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Alfonso, en lo que hablas sobre restituir a las personas que fueron en su día expropiadas con malas artes y por la fuerza. Coincido, por tanto, en que deberían ser indemnizados primeramente y después devolver el Pazo al pueblo gallego, que es su autentico valedor y no el estado español.
    Gracias por tu comentario y tu visita.
    Un saludo

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