Miré alrededor del Nautilus, el fondo arenoso se veía nítido y claro. Dos miembros de la tripulación, vestidos con escafandras, se afanaban revisando toneles medio podridos y cajas reventadas entre los despojos. De las cajas y barriles se escapaban lingotes de oro y plata, cascadas de monedas y joyas que se esparcían por el suelo. Luego cargados del valioso botín, regresaban al Nautilus, depositaban en él su cargamento y volvían para continuar aquella pesca de plata y oro.
Entonces lo comprendí. Aquel era el escenario de la batalla del 22 de octubre de 1702 ( La batalla de Rande). Allí acudía el capitan Nemo, allí recogía los tesoros de los galeones hundidos para poder financiar expediciones por todos los mares del planeta."
El 18 de Febrero de 1868 el Nautilus, a mando del capitán Nemo entraba en la ría de Vigo,poniendo la proa hacia el estrecho de Rande con el objetivo de encontrar las riquezas que los galeones españoles de la Flota de la Plata habían ocultado en sus bodegas y en el fango del fondo del mar inmortalizando un pedazo de esta tierra, que llegó hasta la ría de Vigo navegando desde el Mediterraneo.
El 18 de Febrero de 1868 el Nautilus, a mando del capitán Nemo entraba en la ría de Vigo,poniendo la proa hacia el estrecho de Rande con el objetivo de encontrar las riquezas que los galeones españoles de la Flota de la Plata habían ocultado en sus bodegas y en el fango del fondo del mar inmortalizando un pedazo de esta tierra, que llegó hasta la ría de Vigo navegando desde el Mediterraneo.
Unos tesoros que supuestamente, se encontraban allí desde el año 1702, cuando en plena Guerra de Sucesión, la Flota de Indias, acompañada por navíos de guerra españoles y franceses, regresaba de América cargada de metales preciosos. Se refugió en la ensenada de San Simón, al final de la ría, para ser atacada y hundida por los aliados anglo holandeses.
El 15 de octubre de 1702 entró en la bahía de Vigo el cargamento más rico venido de América desde el descubrimiento. Diecinueve galeones españoles, escoltados por veintitrés barcos de guerra franceses, traían ciento ocho millones de piezas de plata, oro y otras mercancías preciosas destinadas a costear la Guerra de Sucesión en favor de Felipe V pero una serie de desafortunados acontecimientos llevó a la llamada la Flota de Oro a dar con sus huesos en el fondo de la ría.
La guerra y los piratas hicieron que los muchos tesoros acumulados durante siglos por aztecas e incas no alcanzaran nunca su destino y quedaron repartidos entre corsarios ingleses, holandeses y mercenarios franceses y, sobre todo entre el fango marino de la ría, en el estrecho de Rande, donde la bahía acerca sus costas en un profundo deseo de fundir sus orillas.
El más grande tesoro de la historia sólo es propiedad de los peces que lo contemplan y nadan entre las piezas de oro y plata mientras muchos aventureros sueñan con encontrar, algún día, el oro enterrado en estas aguas, donde descansan.
Suele estar solo, la gente pasa apresurada a su alrededor y ya nadie se para a contemplarle. Tampoco llama la atención el enorme pulpo sobre el que descansa. El capitan Nemo era un viejo lobo de mar,con el que se ha batido en muchas singladuras, su rostro está curtido por la libertad que concede el viento en alta mar. Un idealista al que el mundo de la superficie le da pavor. Sus ojos oscuros pueden abarcar una cuarta parte del horizonte; es valiente, orgulloso y enérgico, es un luchador, un disconforme, un idealista. Prefiere la reclusión, cree en la invención, en la imaginación, en el espíritu de curiosidad del ser humano y aborrece sus abusos y su crueldad.
Ama por encima todo la libertad. Es un apátrida cuyo reino eran los océanos de la Tierra y que pretendía vivir al margen de los gobiernos del mundo
Ama por encima todo la libertad. Es un apátrida cuyo reino eran los océanos de la Tierra y que pretendía vivir al margen de los gobiernos del mundo
La ría de Vigo se estrecha en Rande. Desde allí y mirando hacia los dos lados del puente se descubre una de las maravillas más grandes de esta tierra: la bahía de Vigo. Son sus atardeceres grandiosos, el mar se pinta de naranjas y amarillos mientras el sol se despide tras las aguas y una canción parece surgir desde el fondo como un viejo canto de sirenas atrayendo a marinos y navegantes en busca de uno de los tesoros más grandes de la historia.
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