"Yo soy la doncella de la noche,
la dama de los corazones,
la señora de las mareas,
Yo soy la blanca luna entre las estrellas."
Cuenta la leyenda,que una noche ancestral, la Luna bajó a la tierra y se quedó enredada entre las ramas de un árbol. En ese momento apareció un lobo y comenzó a acariciarla con su hocico. Jugaron toda la noche, hasta que, al fin, ella volvió al cielo y el lobo al bosque.
En su huida, la Luna, le robó al lobo la sombra y desde entonces, dicen que él le aúlla para pedirle que se la devuelva.La Dama de la noche, la Señora de las mareas, la Diosa de las estrellas, son algunos de los nombres que se le ha dado a la luna desde tiempos que ya no se recuerdan.
Nace,crece, madura, envejece y vuelve a nacer. Es quizás por esto que podría ser simbolizada como la Esperanza. Es y ha sido siempre musa de poetas, escritores y amantes. Posee una magia y un poder especial que inspira, renueva y nutre el alma. Se sabe buena compañera de navegantes acompañando siempre a la noche hasta que llega el alba.
Ha inspirado más cuentos y poemas que cualquier astro. Ella es el aspecto complementario de la creación, representa la energía creadora donde se gesta la vida. Ella nos da el poder de la intuición, la magia, la adivinación y los sueños.
Ella descansa en el mar y cada amanecer la vemos bajar a sus aguas, sin embargo su amante es el sol y espera cada eclipse para fundirse con él. El mar siempre pendiente de la luna tiene sus encuentros, con ella, al margen del sol. Ella lo atre de tal manera que sus mareas suben y bajan; consigue que se tranquilice o se endurezca y su atracción dependerá de lo cerca o lejos que esté de él. Cada mañana, el mar, le consiente que se esconda en él y él la arrulla, la calma y la hace descansar.
El mundo antiguo está cubierto de magia, ritos y leyendas que revelan misterios sagrados que esconde la naturaleza.
Uno de los pueblos amantes de la Luna, fue el pueblo celta. Para los druidas- magos y sacerdotes celtas- la luna representaba el aspecto femenino de la naturaleza, la consideraban, simbólicamente, como la madre y esposa co-creadora del universo junto con el dios padre: el sol.
La luna cobró gran importancia en el mundo antiguo al ser la primera forma en la que el hombre podía leer el tiempo. Al observar los ciclos de la luna pudieron entender los cambios de la naturaleza, los ciclos de la mujer y los momentos de la cosecha.
Los celtas marcaron su vida con la luna, elaborando y siguiendo un calendario conformado por cuatro lunas llenas, a lo que nosotros conocemos como un año solar.
A diferencia de otras culturas en donde se relega el papel de la mujer a un segundo término, en la sociedad celta, que tenía una configuración matriarcal, el aspecto femenino es de suma importancia.
Hemos olvidado mirar al cielo y vamos cada vez alejándonos más del universo que nos rodea, empeñados en otros afanes sin darnos cuenta de que a nuestro alrededor se encuentra una belleza y una fuerza infinita.
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