En el templo de las estrellas, desde la Edad Media un enorme incensario, El Botafumeiro, es usado como instrumento de purificación de una catedral en la que se apiñaban multitud de peregrinos.
La catedral de Santiago permitía a los peregrinos dormir en el interior, lo que provocaba un olor muy desagradable. De ahí la necesidad de tener un incensario tan grande, con la idea de perfumar el templo y eliminar el mal olor que dejaban los peregrinos, cansados, sudorosos, desaseados y muchos de ellos enfermos.
La catedral de Santiago permitía a los peregrinos dormir en el interior, lo que provocaba un olor muy desagradable. De ahí la necesidad de tener un incensario tan grande, con la idea de perfumar el templo y eliminar el mal olor que dejaban los peregrinos, cansados, sudorosos, desaseados y muchos de ellos enfermos.
Tras la comunión, suena el Himno del Apóstol en el maravilloso órgano barroco de la catedral y entonces comienza su asombroso recorrido pendular frente al altar mayor para elevarse hasta casi rozar la bóveda.
Para ponerlo en movimiento se necesitan ocho hombres llamados " tiraboleiros", que lo traen de la biblioteca cargado de incienso y carbón. Tras atarlo a la maroma que pende frente al altar mayor, lo bombean tirando con fuerza y precisión cuando se halla en el punto más bajo de su recorrido. De esta forma, el Botafumeiro, en solo minuto y medio alcanza una velocidad de 68 kilómetros por hora.
Este incensario quiere simbolizar la verdadera actitud del creyente. Así como el humo del incienso sube hacia lo más alto de las naves del templo, así también las oraciones de los peregrinos deben alzarse hacia el corazón de Dios.
Por el camino de Santiago transitaron tanto religiosos como laicos, poderosos y humildes de un sinfín de pueblos y naciones.
Bajo el altar mayor de la catedral se muestra la urna que guarda los restos del apóstol Santiago y dos de sus discípulos.
De reducidas dimensiones, es el lugar más santo de la catedral, aunque no atrae las multitudes que se concentran tras el altar mayor, algo más arriba para dar el tradicional abrazo al Apóstol.
Cuantas almas bajaron estas escaleras que gastadas se muestran ahora al pasar de los siglos. Cuantas emociones, cuantas esperanzas, cuantas confesiones.
Cuantos peregrinos buscando el perdón en este santuario.
La tradición dice que el uso del incensario en la catedral de Santiago comenzó en el siglo XI y ha continuado a lo largo de los siglos como rito único en el mundo.
Este incensario quiere simbolizar la verdadera actitud del creyente. Así como el humo del incienso sube hacia lo más alto de las naves del templo, así también las oraciones de los peregrinos deben alzarse hacia el corazón de Dios.
Por el camino de Santiago transitaron tanto religiosos como laicos, poderosos y humildes de un sinfín de pueblos y naciones.
Bajo el altar mayor de la catedral se muestra la urna que guarda los restos del apóstol Santiago y dos de sus discípulos.
De reducidas dimensiones, es el lugar más santo de la catedral, aunque no atrae las multitudes que se concentran tras el altar mayor, algo más arriba para dar el tradicional abrazo al Apóstol.
Cuantas almas bajaron estas escaleras que gastadas se muestran ahora al pasar de los siglos. Cuantas emociones, cuantas esperanzas, cuantas confesiones.
Cuantos peregrinos buscando el perdón en este santuario.
La tradición dice que el uso del incensario en la catedral de Santiago comenzó en el siglo XI y ha continuado a lo largo de los siglos como rito único en el mundo.
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