Rosalía, una mujer introvertida que se ve atravesada por una larga y negra sombra de saudade. Representante de todas las mujeres gallegas de su tiempo, se duele de la escasa vida que tienen los demás en ese país olvidado que era Galicia.
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,a los pies de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.
Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que zumba.
Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo,
para mí y en mi misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.
Morriña y saudade, dos palabras que están ligadas al alma de gallegos y portugueses que no tienen traducción en castellano porque nostalgia y añoranza, no trascienden la profundidad de sus sentimientos.Y, es que para poder explicarlas antes deben ser sentidas.
Es nostalgia pero también un sentimiento doloroso que nace dentro y que nunca termina de abandonarnos.
Una amargura siempre presente en la literatura gallega y en la música.
Rosalía de Castro, la trovadora de la morriña, la escritora del pueblo nos hace ver en sus poemas que la morriña no es exclusiva de la emigración gallega al exterior, ya que esta se puede sentir en la propia Galicia." De soidás morríase, na vila sospirando pola aldea" De soledades se moría, en la villa suspirando por la aldea"
No importa lo alejado del mundo en que se encuentre un gallego porque Galicia es donde él esté.
Miguel de Unamuno decía " Ha debido ser allí muy larga y muy entrañable la convivencia entre el hombre y la tierra; las lluvias lo han unido; se comprende lo doloroso del desgarrón al tener que desprenderse uno de ella y como ha de volver al cabo a comprar la tierriña "
-¡Ah!, no se comunican contigo, sin duda, los que vagan sin cesar en torno nuestro en invisible forma, o acaso no los entiendes; pero yo los siento, percibo y comprendo, aun cuando no pueda verlos. No sólo envueltos en las tinieblas los espíritus de los que fueron en el mundo vuelven a él, sino también entre las transparentes burbujas del agua cristalina, en las alas de la brisa o de la ráfaga tempestuosa; en los átomos que voltejean a través del rayo de sol que penetra en nuestra estancia por algún pequeño resquicio, y hasta en el eco de la campana que vibra con armoniosa cadencia conmoviendo el alma; en todo están, y giran a nuestro alrededor de continuo, viviendo con nosotros en la luz que nos alumbra, en el aire que respiramos.
El primer loco, Rosalía de Castro
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