Cuando llegan las doce de la noche una procesión de almas en pena se apodera de los caminos. Sus integrantes van envueltos con sudarios o sábanas blancas y descalzos. Esta siniestra estampa es acompañada por el tintineo de la luz de los candiles, velas o huesos ardiendo. Las luces no se ven, solo se percibe el olor de la cera que arde y de la Compaña. Solo se percibe el rumor del viento a su paso y un miedo desde luego comprensible.
- el portador de la cruz que recoge en la iglesia.
- el que lleva el caldero con el agua bendita y el hisopo.
-el que lleva una campana y el farolillo.
- el que lleva un peto de ánimas
- y finalmente el que lleva el estandarte.
En ocasiones van acompañados por lo que se llama " visión", que es un féretro llevado por los de la Compaña precediendo al que va a morir.
En ocasiones le acompaña un "vivo", que está condenado a vagar toda su vida con ellas a no ser que consiga deshacerse de la cruz pasándosela a otro vivo.
A veces destaca una figura espectral, alta y extremadamente delgada, con cara de esqueleto, la Estadea, que es quien posiblemente dirija la Compaña.
La Compaña es propia de los caminos de Galicia, Norte de Portugal y Asturias (la antigua Gallaecia).
Los difuntos de cada parroquia responden a la llamada del que lleva más tiempo enterrado; éste se levanta de la tumba, entra en la iglesia para coger lo que necesitan y, puntualmente, a las doce, se ponen a andar por los caminos. Algunas personas dicen que salen todos los días del año, otros que solo en las noches de determinadas fechas o días de la semana ( viernes y sábados) o algunos meses del año ( marzo, octubre y diciembre).
En Galicia existe un poder, o extraña facultad, que permite a ciertas personas ver a las almas en pena y por tanto a la Compaña. A esta cualidad se la conoce como " corpo aberto" ( cuerpo abierto ) y permite al que la tenga ver a las almas en pena.
Si se ve a la Compaña y esta no intenta contactar con el individuo, lo que logrará ver es una especie de preludio del funeral de un vecino que está próximo a morir.
El vivo lleva la cruz, encabeza la Compaña. Es hombre si el santo patrón de la parroquia es varón, y será mujer, si la patrona de la parroquia, es una santa. El portador de la cruz tiene que acudir siempre a la llamada de la Compaña y empezar puntualmente la marcha y tiene, además, la obligación de guardar silencio sobre su actividad nocturna, que es visitar las casas de los que están próximos a morir o les dejan también, si no, un ataúd en la puerta como aviso.
Ahora que el mayor peligro de encontrarse a la Compaña es sin duda si le acompaña un "vivo" y este intenta librarse de la cruz.
Para evitar cogerla debes saber que lo mejor:
- es llevar los brazos cruzados
- es tirarse al suelo y hacer el muerto, boca abajo.
- hacer un círculo con una cruz y quedarse dentro de él hasta que pase.
Pero desde luego lo mejor, es que te apartes de los caminos a esas horas de la noche. La Compaña no puede salirse de ellos. Asi que... huye.
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