jueves, 30 de enero de 2025

Mujeres gallegas espontaneadas


En el siglo XVIII las mujeres solteras que se quedaban embarazadas eran sometidas a un feroz control por parte de la sociedad. Las madres que no estaban casadas y tenían hijos eran rapadas, expulsadas de la ciudad y consideradas una amenaza para los vecinos. La fórmula que las autoridades diseñaron para cuantificar y vigilar a estas mujeres era una presentación oficial de su situación: quienes eran, quien  era el padre, información sobre el encuentro sexual y el juramento, en los casos en los que no había promesa  de matrimonio, de que se iban a mantener castas toda su vida.


 "Espontaneada" es una figura exclusiva del ordenamiento jurídico gallego que estuvo en vigor en la segunda mitad del siglo XVIII. Está fórmula fue inventada para preservar la virtud y evitar que la mujer soltera o viuda que hubiese quedado embarazada "reincidiera,," en la tentación de mantener relaciones sexuales.  


En los archivos de muchos municipios gallegos se guardan documentos que acreditan el requerimiento de "espontanearse" de algunas mujeres que no era más que la necesidad de declarar el embarazo o el alumbramiento. Era una forma de "protección" para la madre con un salvoconducto  del juez que les evitaba insultos, burlas o ataques de sus vecinos. 

La honestidad de la "espontaneada," así pues, quedaba bajo control.


La obligación de las mujeres gallegas solteras, viudas y embarazadas era presentarse a declarar su embarazo como medida de control por parte de las autoridades para evitar abortos y huérfanos. Al mismo tiempo se convertía en una medida de "protección "para las mujeres, pues desde ese momento en que se "espontaneaban" quedaban protegidas y no podían ser expulsadas del lugar ni encarceladas por este motivo. A cambio las autoridades se comprometían  a cuidarlas y protegerlas con un salvoconducto que evitaba  insultos, burlas y ataques de sus vecinos.



En el siglo XVIII  los hijos nacidos fuera del matrimonio en Galicia no eran ninguna rareza. No sé cuanto de espontaneo tenía este procedimiento pues aunque se presentasen ante una autoridad local que se habían quedado embarazadas y contar de quien y como había ocurrido, no era obligatorio, pero si no lo hacían, las llamaban a comparecer ante las autoridades cuando éstas se enteraban  de que esperaban un hijo y no estaban casadas. En la mayoría de los casos se presentaban voluntarias pero había un grupo a las que llamaban a comparecer ante las autoridades en cuanto se enteraban.



Esta documentación evidencia la existencia de una sexualidad extraconyugal que ha sido analizada desde otros puntos de vista, como son los estudios demográficos, en los que se resalta el número de hijos ilegítimos con respecto a otras zonas de España. De este modo podemos acercarnos a su realidad y escuchar, de forma indirecta sus voces. Voces de mujeres de condición humilde en todos los casos, que no sabían ni leer ni escribir y la mayoría, consintieron tener relaciones sexuales con hombres que les prometían matrimonio, pero que pocas veces cumplían la palabra dada.



Tal vez se puedan interpretar algunos casos en los que la mujer declare esta promesa para justificar relaciones libres y consentidas, de modo que el embarazo se aceptase socialmente por el hecho de mediar una promesa de matrimonio salvaguardando así parte de su honra y su imagen pública, pero la mayoría de los expedientes analizados muestran más bien situaciones de abusos de los hombres sobre las mujeres y  sobre su sexualidad  siempre sometida al control social 

Aunque esta práctica no se daba en otras zonas de España, si se conoce en otros lugares, también con normas derivadas del derecho romano, como Francia





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