Nin quero outro color: soio o teu intermitente"
Non quero outra imaxe, nin outra servidume
Ni mais fidelidade
Nin quero outra cantiga, nin quero outra paisaxe
Nin outra pertenza.
Tan soio tí, o meu mar, o meu oceáno. O meu Atlántico"
Hay que salir a faenar. Es la vida. La oscuridad de la noche funde el mar con la tierra en una negrura infinita que desasosiega. El olor a sal y a humedad se pegan a la piel dejando entumecidos los músculos por el viento frío que sopla del norte.
Mas tarde, el viento se levanta con fuerza, el mar está revuelto, mar de arbolada, las olas se elevan por encima de los hombres cayendo sobre ellos con una fuerza bestial; el barco se mueve tanto que cuesta agarrarse para no salir despedido por la borda, algunos no lo consiguen y desaparecen en el mar.
Las olas producidas por una tormenta en alta mar pueden alcanzar los 7 metros de altura, e incluso, bajo condiciones extremas pueden llegar incluso a los 15 y más.
Que dura es la vida en el mar, la poesia, la canción y el comentario nos lo enseñan. Muy bonito
ResponderEliminarMuy dura, es cierto,sin embargo hay hombres que no la cambiarían por nada.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Un beso
Meu avó dicía a mar non ten pelos onde amarrarse ,debe ser por iso que me encanta o mar pero visto desde a Terra. A canción de Patxi Andión preciosa, e non me lembro dela. Continua deleitándonos. Bicos
ResponderEliminarO mar é calmo, ás veces, ás veces salvaxe, pero en calquera caso, sempre imprevisible. Algúns mariñeiros dirían: como unha muller fermosa.
ResponderEliminarGrazas pola túa visita.
Un bico