Siempre ha sido difícil separarnos de aquello que amamos. Decir adiós no es fácil. Los adioses duelen, uno no quiere irse,¡hay tantas cosas que se quedan!. Lo mejor es no volverse y no ver como todo va desapareciendo en la lejanía.
De nuevo ha vuelto el fantasma de la emigración para llevarse a nuestros mozos y mozas.
El exilio es uno de los mayores temores que afrontan muchas personas. En alguna sociedades se proponía como una alternativa a la muerte.
El hombre queda desconectado de sus orígenes, vive a un ritmo que ya no es el suyo, persiguiendo un sueño y una meta, entre la niebla que produce la tristeza, la nostalgia, la añoranza y se convierte así en un extraño en su propio mundo.
Platón nos cuenta en la Defensa de Sócrates que, ya declarado culpable, el viejo maestro es invitado a elegir su propio castigo. Pero...
¿" Como podría vivir en otra tierra, privado de mis vecinos, entre gentes que no me conocen" ? " Y si no he podido ganarme vuestro afecto, a pesar de haber nacido y crecido entre vosotros, ¿Como puedo aspirar si quiera al resto de los ajenos?."
Para Sócrates el exilio es peor que la muerte.
¿Cómo es posible que alguien elija por propia voluntad, no presionado por la amenaza de un castigo irreversible, cortarse las raíces que lo atan a su historia?
El futuro se convierte en la única dimensión "habitable", un proyecto que ayuda a no volver la cabeza y llorar lo perdido. La vida se llena de metas aunque a veces no son más que tretas para engañar la soledad del extrañamiento Llevan en sus baúles la vieja cultura y la gratitud por la nueva vida que se han prometido.
Emigrantes a ratos, exiliados a veces, desarraigados siempre.
Y así, en silencio, pienso en ti, en ti dolor, en ti viejo amigo.
No, no pensé nunca que veríamos marchar a nuestros hijos y que eso aún causando tanto dolor, causaría menos que mirarles y ver su triste mirada llena de nada.
Muy triste la vida del emigrante. Su sueño permanente es el regreso. Muy bonito. Un beso
ResponderEliminarLa nostalgia, la morriña, la tristeza son sus compañeras permanentes hasta que pueden volver y, aquellos que no pueden, nunca la olvidarán.
ResponderEliminarUn beso