Todavía en "furanchos", tascas y tabernas, podemos beber en Galicia un buen vino del Ribeiro en cuncas.
La cunca es una taza de cerámica blanca que se coge por el pie,con la mano abierta, como para acariciar el vino.
Hay buenos vinos en Galicia: suaves, con sabor a frutas y flores, con sabor a niebla y viento y...cuando bebes un vino de Ribeiro en una taberna gallega parece que te metes en la boca un "chisquiño" de esta tierra.
En estas tabernas el ambiente es suave, abunda la retranca y el buen humor, ese humor gallego fino y elegante que suelen tener los gallegos de tierra adentro y...si hay suerte y en ella se acomodan un grupo de amigos hasta se podrá escuchar alguna canción: quizás marinera, quizás ribeirana o también alguna llena de morriña.
El uso de la cunca para beber vino, se pierde en tiempos pasados y resulta difícil precisar su origen. Su uso, podría deberse a que el vino del Ribeiro contenía gran cantidad de gases volátiles que producían cefaleas y migrañas y la forma propia de la cunca favorecía su evaporación.
Siempre será el icono perfecto de una taberna gallega, una manera " xeitosa" de acariciar el vino.
En el interior de Galicia, existe una tierra donde el viñedo y el vino son una identidad y un sentimiento. Esta es la tierra del Ribeiro en la provincia de Orense, marcada por los valles que forman los ríos Miño, Avia y Arnoia , que le dan a esta zona un clima peculiar.
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Ribadavia, capital del Ribeiro, es una hermosa ciudad medieval que basaba su riqueza en el comercio del vino que producían sus campos.
El Ribeiro tinto, tiene un bonito vestido rojo intenso, violáceo, mucho cuerpo y acidez. Se bebe en la taza blanca y la mancha, con aromas a frutas rojas y negras.
Si el vino deja trazos en la cunca quiere decir que tiene fuerza y es bueno. Cuando solo falta un "chisquiño" de vino en la cunca, se hacían ligeros movimientos con la mano que la sostenía, haciendo girar el líquido hasta que se esparcía tiñendo de sangre la mayor parte del recipiente blanco.
.Cuanto mas pinta la cunca, mejor es el vino. Hay quien dice, que conviene formular un deseo, mientras que con la mano se revira el vino entintando la cunca y haciendo adivinanzas en el fondo que es donde habitan los sueños.
Poema de Alberto Cortez: El vino
"Sí señor... el vino puede sacar
cosas que el hombre se calla;
que deberían salir
cuando el hombre bebe agua.
Va buscando, pecho adentro,
por los silencios del alma
y les va poniendo voces
y los va haciendo palabras.
A veces saca una pena,
que por ser pena, es amarga;
sobre su palco de fuego,
la pone a bailar descalza.
Baila y bailando se crece,
hasta que el vino se acaba
y entonces, vuelve la pena
a ser silencio del alma.
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.
Cosas que queman por dentro,
cosas que pudren el alma
de los que bajan los ojos,
de los que esconden la cara.
El vino entonces, libera
la valentía encerrada
y los disfraza de machos,
como por arte de magia...
Y entonces, son bravucones,
hasta que el vino se acaba
pues del matón al cobarde,
solo media, la resaca.
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.
Cambia el prisma de las cosas
cuando más les hace falta
a los que llevan sus culpas
como una cruz a la espalda.
La puta se piensa pura,
como cuando era muchacha
y el cornudo regatea
la medida de sus astas.
Y todo tiene colores
de castidad, simulada,
pues siempre acaban el vino
los dos, en la misma cama.
El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.
Pero... ¡qué lindo es el vino!.
El que se bebe en la casa
del que está limpío por dentro
y tiene brillando el alma.
Que nunca le tiembla el pulso,
cuando pulsa una guitarra.
Que no le falta un amigo
ni noches para gastarlas.
Que cuando tiene un pecado,
siempre se nota en su cara...
Que bebe el vino por vino
y bebe el agua, por agua."
Muy bonito. El vino de las cuncas parecen que se sale de las fotos. El poema precioso. Enhorabuena
ResponderEliminarY que rico con una rapiña de pulpo al lado eh?
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