"Dijo, pues, Dios, a Noé: he decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra"
Entonces, todas las tempestades y todos los vientos se desencadenaron en un mismo instante lloviendo sin tregua.
La narración del diluvio universal aparece en distintas culturas y en épocas relativamente próximas en el tiempo.
Puede considerarse como uno de los acontecimientos antiguos comunes a las distintas civilizaciones que han poblado nuestro planeta. Pero, con o sin pruebas de su veracidad, se sabe que estas civilizaciones antiguas conservaron la historia de una gran inundación que destruyó a sus antepasados, sabiendo que algunas de estas civilizaciones no tuvieron contacto alguno entre si.
Durante miles de años en forma de leyenda se ha pasado de padres a hijos hasta que civilizaciones más modernas lo escribieran en libros como la Biblia, escritos Babilónicos, Egipcios etc
Cuenta una de las muchas leyendas que existe sobre este lugar, que el nombre de Noia deriva de los descendientes de Noé, quien llegó aquí tras el Diluvio Universal y escondió su arca en el monte Barbanza, donde plantó sus primeras vides. El mito ha calado tanto en la zona que el escudo de la villa contiene la imagen del arca de Noé junto con la paloma y la rama de olivo.
"Ya se paran las lluvias, ya sale el cuervo.
Por ver si tras las aguas hay algo nuevo.
Un sitio habitable, un pequeño huerto...
Más la tierra no existe y el cuervo ha vuelto.
Y Noé reflexiona, pensando un momento:
Tal vez la paloma, se dice en silencio.
Busque y encuentre donde establecernos".
Aquí, en Galicia, no nos sorprende la lluvia, es más, estamos tan habituados a ella que cuando tarda en vistarnos la echamos hasta de menos aún cuando en ocasiones parece que va a durar eternamente o al menos esos cuarenta días y las cuarenta noches que duró el diluvio universal.
Desembarcó Noé en este lugar, según la leyenda, en esta bonita villa de Noia, situada al sur de la provincia de la Coruña y muy cerca de Santiago de Compostela. Su casco histórico esconde tesoros de la vida marinera y de la arquitectura tradicional que merece la pena descubrir. El escritor Otero Pedrayo la calificó como la mejor villa ojival gallega, por las construcciones góticas en su hermoso casco histórico. El tipismo de sus casas pescadoras se suma al encanto de la villa a la que se le ha llamado la pequeña Compostela.
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