martes, 30 de junio de 2020

Un viejo corazón

Hoy toca hacer limpieza  a fondo en el corazón. Tengo que reconocer que últimamente lo tengo bastante abandonado. Bastantes sueños que creí caducados hace tiempo, llaman a mi puerta con insistencia y yo no tengo ganas de abrirles.

Llevan aquí media vida olvidados en un rincón y sé que los he guardado durante más tiempo del necesario y sin embargo, como siempre me pasa, me cuesta deshacerme de ellos, por si me sirven alguna vez, ¡me digo!. Pero cuando me doy una vuelta por aquí, la nostalgia me lleva de la mano y con cuidado voy  desempolvando aquellos sueños que no por ser  antiguos, sé, lo sé,  no han quedado olvidados

He entrado a buscar un sueño y me he encontrado con un corazón cansado y también triste y apagado,  con recuerdos igual de tristes que llenan las estanterías, con desengaños arrumbados  que no dejan espacio para nada nuevo.

Así que he quitado esas cortinas hechas con tela de desánimo y derrotas que no dejan pasar la luz y voy a poner visillos, finos, transparentes, porque quiero llenar de luz este trastero llamado corazón
  He decidido abrir la ventana y dejar que entre la luz y el aire. Volveré mañana con el cesto del olvido y lo llenaré de cosas con colores nuevos.






4 comentarios:

  1. Qué bonito, Susi. Triste pero esperanzador. Nunca está de más dejar que la luz se pose en nuestros muebles; de esta manera, si están llenos de polvo, los podemos limpiar que seguro que lucen mucho más.

    Un beso.

    Y dudo mucho que a ti te falten colores. ;-)

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Sbm. Espero que tus sueños se cumplan también como los míos. Todos los tenemos y eso es lo que hace la vida más amable ya que lo importante es la lucha por conseguirlos independientemente de si lo logramos o no, pues eso es vivir.
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Bella prosa y acertada solución la que propones. No hay que conceder ni espacio ni memoria al desengaño, la decepción, el desánimo… Ni a las derrotas; mejor dicho, a éstas sí; las derrotas deben conservarse, no por rencor ni por ira, sino porque nos hacen grandes cuando sabemos levantarnos desde ellas. Es lo que le ocurre constantemente al bueno de don Quijote.

    Sigues haciendo maravillas con este blog.

    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias, Antonio. Me alegro mucho de encontrarte por aquí entre mis palabras y mis sueños. Algunos de ellos, un poco deteriorados, ya sabes, y...como Don Quijote, desencantada, pero no vencida seguiré cabalgando estas tierras. Quizás nos encontremos.
    Muchas gracias de nuevo.
    Un beso.
    Un beso

    ResponderEliminar

Relacionar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...