miércoles, 23 de septiembre de 2020

Las aterradoras máscaras de la Peste negra II

 En  una de las épocas más oscuras de la humanidad pocas máscaras han llamado tanto la atención como las utilizadas durante el tiempo que duró la epidemia de la Peste negra . En ellas se mezcla lo siniestro y lo inquietante, despertándose quizás un miedo atávico a la propia muerte y, sobre todo a la enfermedad.

Las gente moría asustada, abandonada, dolida en el alma y en el cuerpo en una de las épocas más terribles. Pocas máscaras han llamado en ningún otro momento, tanta atención como las utilizadas durante las epidemias de la Peste negra.

Esta máscara formó parte del clásico atuendo del llamado <<Il dottore della Peste>>. Una vestimenta que más tarde , ha pasado a formar parte del atuendo tradicional de disfraces en el famoso Carnaval de Venecia.

Si volvemos atrás en el tiempo nos encontramos en una de las épocas más oscuras y más duras, allí donde la peste negra andaba con pies de gigante. Asoló Asia y Europa en varias ocasiones. Se sufrían graves hemorragias, fiebres y una muerte casi siempre inevitable. Los médicos en esta época se vieron obligados a idear una vestimenta especial para evitar contagios, pero no fue hasta  la segunda  epidemia- sucedida entre -1575 y 1577- cuando se empezaron a usar con más frecuencia este tipo de máscaras. En especial en Venecia donde había tenido su origen.

En aquel momento se creía aún que la enfermedad se transmitía por el aire y penetraba por los poros de la piel, por eso se establecieron las siguientes protecciones para << il dottore della Peste>>

Sombrero de ala ancha, gafas, guantes de cuero, un enorme abrigo encerado hasta los pies, una enorme vara para examinar al paciente sin necesidad de tocarlo y una máscara con forma de pico de ave, de tal forma que el impacto que recibía la gente enferma cuando el médico le visitaba era terrorífico.

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La máscara de los médicos de la Peste, era siempre alargada con un pico muy semejante al de las aves. La longitud era siempre la misma, la justa para mantener una prudente distancia del paciente y no respirar así su >>aliento envenenado>>.

En el interior del pico, se introducían elementos aromáticos, como mirra, láudano, alcanfor, hojas de menta, pétalos de rosa, clavos de olor... elementos que según los médicos, podían paliar la introducción de la enfermedad en las vías aéreas. La verdad es que muchos eran los médicos que terminaban infectándose ya que su eficacia como protección era escasa.

El dolor que acompañaba a la gente en aquellos días por la horrible enfermedad, era resguardado por un extraño personaje que se paseaba por las calles de las ciudades afectadas entre gritos de dolor y súplicas de los que padecían la enfermedad. Los familiares de los afectados, en su desesperación por ayudarles, buscaban ayuda de personas que pudieran proporcionar una cura.
Una figura que, sin duda, a través de su aspecto,  inspiraba un miedo atroz. Sin embargo, a pesar de su aspecto, el médico de la peste negra se convirtió en aquella época en la única persona capaz de infundir esperanza entre los afectados.
Eran personajes misteriosos tanto por su apariencia como por el significado de su presencia en la región. Se mantenían completamente alejados de los ciudadanos para evitar el posible contagio de la enfermedad que trataban. La curiosa máscara los mantenía alejados de los pacientes disminuyendo de esta manera el contagio directo. Estos doctores también asesoraban a los pacientes de como morir y afrontar ese miedo con el menor sufrimiento posible. Algo que no se contempla hoy en día.

2 comentarios:

  1. Te decía el otro día (y mira que me fastidia con jota -me joroba ;-)- repetir todo el tocho), pero te venía a decir más o menos que tienes toda la razón con lo de las máscaras de antaño, sobre todo si el enfermo tiene alucinaciones, pero se ve que hasta los diseñadores de la época eran crueles. Me da miedo pensar en la vida de esas épocas, en ir por ejemplo a un dentista o una mujer a un ginecólogo (cuya historia se remonta a 1800 a de C).

    En fin, que no hay más que leer a Molière para saber cómo se las gastaban aun siglos después.

    Cómo ha cambiado todo, los médicos en general siguen siendo una basura, pero al menos ahora hay medicamentos y máquinas que son las que realmente saben lo que tienes. Y respecto a la máscara, ahora se forma con los gestos del rostro, no ves el pico, pero te lo clavan igual mientras te enseñan una sonrisa.

    Un beso y una sonrisa sincera para ti (esto es, de las reales que no esperan nada a cambio)

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  2. +Otro beso para ti y muchísimas gracias por tus comentarios que alegran el blog.

    Besos.

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