Sigo con esta preciosísima isla porque quedan muchos lugares escondidos que no se encuentran, si no los recorres con serenidad y paz porque es lo que ella te ofrece siempre que se la visita.
Rodeada de un agua verde azulada que hace contraste con el verde de su bosque está unida por un larguísimo puente de 400 metros de longitud, conservando su elegante estilo decimonónico.
Está enclavada en plena Ría de Arosa, la más grande de toda Galicia, en un lugar privilegiado de las Rías Bajas. Pertenece al ayuntamiento de O Grove, al que está unido por el gran puente, que se puede recorrer tanto a pie como en coche. Se construyó en el siglo XIX para unir la Península de O Grove con la isla y fue una construcción vital que marcó un antes y un después en la historia de la isla.
En aquel momento los balnearios ya se encontraban funcionando a pleno rendimiento y La Toja comenzaba a coger fama mucho más allá de las fronteras españolas.
La isla es sinónimo de relax, descanso y aguas termales. A principios del siglo XX era el destino preferido de la alta sociedad española. Personajes ilustres y los mismísimos reyes de España veraneaban en la isla de La Toja y disfrutaban de las beneficiosas propiedades de sus aguas.
Actualmente, existen en la Isla dos balnearios de aguas mineromedicinales: el Gran Hotel de La Toja y el Hotel Isla de la Toja. También, un balneario de talasoterapia que emplea agua del mar, el Hotel Louxo la Toja. Después, nos encontramos con uno de los templos más curiosos de España y uno de los monumentos que ver en la Isla.
Uno de los monumentos que ver es la Capilla de San Caralampio, aunque es más conocida de forma popular como la Capilla de las Conchas debido a su particular decoración exterior conformada con miles de conchas de vieiras.
La capilla original es del siglo XII pero no fue hasta el siglo XIX cuando se reconstruyó casi en su totalidad y se aprovechó para recubrirla con uno de los grandes símbolos del Camino de Santiago y de Galicia: las vieiras.
Cuenta la leyenda que los manantiales mineromedicinales de la isla de La Toja fueron descubiertos por casualidad cuando un lugareño dejó un burro enfermo en la isla a su suerte y cuando regresó pasado un tiempo lo encontró curado y feliz.
Sea cierta o no la historia, la verdad es que la isla se posicionó como un destino de turismo de salud y sus aguas termales se volvieron famosas. Tanto lo eran que sus sales y jabones llegaron a conseguir éxito internacional.
En la actualidad los productos de la marca ya no se fabrican - una pena.- Sin embargo, en el lugar de la antigua fábrica se encuentra la Tienda Museo isla de la Toja. La visita es perfecta para conocer la historia y el proceso de fabricación de los jabones.
Junto con los balnearios hace más de 100 años, la apertura del Casino en el año 1978 fue otra de las revoluciones en la Isla, ya que además fue el primer casino español y el espejo en el que se miraron los casinos posteriores en España.
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