lunes, 23 de agosto de 2021

EXVOTOS: Una forma de plegaria. La más extraña forma de dar las gracias.

 Un exvoto es una ofrenda que las antiguas civilizaciones  hacían a sus dioses. Estas ofrendas se depositaban en santuarios o lugares de culto y podían consistir en figurillas que representaban personas, armas, alimentos...  Posteriormente y, como en multitud de ocasiones, el símbolo fue tomado por el catolicismo y el exvoto pasó a ser una ofrenda dejada a los dioses - de los que habían recibido un don o curación - como ofrenda y recuerdo. Pueden verse actualmente en centros de peregrinación todo tipo de cosas que representan el desafortunado hecho del que se habían recuperado.

La palabra exvoto proviene del Latin "ex voto" que significa " proveniente de un voto"; es decir, algo que se promete realizar al cumplirse o recibir un favor.

 Han estado presente en todas las culturas desde la antigüedad y toman diferentes formas dependiendo de las características religiosas.

Los exvotos de cera, también conocidos como " promesas de cera " son figuras representativas de distintas partes del cuerpo humano que se ofrecen a la Virgen, Santos o Cristos como pago a las peticiones que a menudo se les hace.

El exvoto debe ser público, es decir que debe dar a conocer el favor recibido, dejando de esta manera, constancia del hecho.

 Se hacen para ser expuestos en los altares, paredes y techos de las ermitas y santuarios para que todos los devotos puedan reconocer las actuaciones milagrosas. Debe, también, tener una relación con la persona que ha recibido el favor y el suceso portentoso que lo motiva. Así, describe el hecho milagroso y los datos personales del beneficiario. 

Puede ser una réplica del miembro o la parte del cuerpo sanada. En cualquier caso, la ofrenda del exvoto tiene un carácter de representación que la diferencia de otras ofrendas monetarias o lamparillas de aceite, las velas y más aún de las donaciones que van a ser consumidas. Se trata, pues, de dar a conocer de manera perpetua los poderes sobrenaturales de una determinada imagen.


Estas características explican la cantidad de formas que guardan los exvotos - réplicas de órganos y miembros en hojalata, plata o cera, aparatos ortopédicos, prótesis, objetos de uso personal - fotografías, cartas, cuadros y todo objeto relacionado con la situación que motivó la ofrenda.

El exvoto aparece como respuesta ante la angustia y el dolor humano. La solución se halla en la realización de ofrendas y sacrificios que intentan llamar la atención de la divinidad ante una situación personal que se considera por el individuo de más gravedad y digna de atención que ninguna otra.

El hábito cultural de ofrecer exvotos a las divinidades en el mundo se pierde en los orígenes de la humanidad. Son numerosas las evidencias arqueológicas halladas en toda la Península. Estas formas de relación de origen pre cristiano continúan una vez cristianizado el territorio  y llega hasta nuestros días habiendo dejado muestras tan destacadas como las lámparas, coronas y cruces visigodas.

Son tan antiguos como la religión misma. Nace de la necesidad que impera en el ser humano de establecer una relación con la divinidad, tan estrecha y particular como pueda, que se acentúa en momentos cruciales de la vida de las personas. Su éxito radica en que atiende una necesidad primaria del ser humano.        

                                                                                                           Exvotos de cera

Cuando los cauces habituales de comunicación con la divinidad se vuelven ineficaces y nos hallamos ante situaciones percibidas como especialmente graves, acudimos a estrechar las relaciones con el ser supremo a través de sacrificios, obligaciones y donaciones que nos imponemos como medio de llamar la atención de la divinidad.

 En definitiva, establecemos un pacto con ella, estrechando nuestra relación hasta convertirla en un contrato, convirtiéndose en una clara humanización del ser divino.

Se convierte, pues, en un diálogo íntimo y directo, sin intermediarios con esa divinidad, pues los exvotos no se ofrecen a Dios o a la Virgen de manera genérica si no a una imagen muy concreta protectora de una determinada comunidad.

Estamos ante una forma ancestral de relación entre los seres humanos y los  divinos. Una práctica viva que todavía podemos contemplar hoy.

Exvotos romanos

En tantos siglos los cambios han transformado profundamente la vida en todos los aspectos, sin embargo, seguimos usando, en los umbrales del tercer milenio, piezas increíblemente parecidas para publicitar nuestra angustiosa intimidad sobre el muro del santuario de la "virgencita" o santo patrón que ampara nuestra comunidad.



 Entrada dedicada a Javier Alvarez Balboa.

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