lunes, 25 de octubre de 2021

CORSARIOS GALLEGOS

Durante los siglos XVIII y XIX, Galicia y sus marineros aterrorizaron al Océano Atlántico con barcos piratas. Ser corsario en España se convirtió en un gran negocio.

La crisis del comercio con las colonias de ultramar y las guerras con Inglaterra obligaron a buscar alternativas para generar ingresos. Así fue como comerciantes y empresarios de toda Galicia se embarcaron en la aventura de capturar buques mercantes enemigos amparados por la Patente de Corso que concedía su Majestad.


El "Audaz", "El Veloz" o "El Atrevido" fueron algunos de los nombres de buques corsarios que surcaron las rías gallegas y que convirtieron a Vigo y a Coruña en algunas de las bases corsarias más temidas de toda Europa.
Así fue como Galicia corsaria sembró el miedo y el terror en el Océano Atlántico.
Pero los corsarios no eran piratas, aunque se parecían mucho. Ambos se dedicaban a saquear barcos, sin embargo los piratas lo hacían violando las leyes para su propio beneficio, en tiempos de paz o de guerra o contra cualquier enemigo o nación.. En cambio los corsarios, lo hacían solo en tiempos de guerra y bajo el permiso de su país, concedido en una Patente de Corso. Es decir era legal y lo que  hacían era sabotear el tráfico marítimo de las naciones enemigas buscando debilitarlas. Era, la Patente de Corso, muy codiciada debido a los privilegios que concedía al armador que la poseía.

Los corsarios gallegos proliferaron gracias a la privilegiada situación geográfica de Galicia en la ruta comercial entre Inglaterra y Portugal. La mayoría eran comerciantes, empresarios y armadores de la época.
Navegando por el Atlántico contaban con una pequeña tripulación no mayor de 10 personas, mientras que los corsarios solían alcanzar 40. Era habitual además que fueran superiores en armamento, lo que provocaba que la mayoría de sus víctimas se rindieran sin dar batalla, lo que reducía las perdidas humanas y económicas.
Durante esta época en Galicia se llegaron a armar a 60 corsarios, capturando un total de 170 embarcaciones enemigas.
Vigo y Marín eran en aquel momento las mayores bases corsarias. En Vigo, quizá el corsario de todos los tiempos fue Buenaventura Marcó del Pont, que llegaría a ser el alcalde de la ciudad y defensor de una invasión británica a Vigo, reuniendo 800 hombres y varios cañones impidiendo que la flota inglesa de 50 navíos consiguiera desembarcar.

De todas las batallas que se sucedieron en las rías gallegas, la más épica fue la que ocurrió entre el corsario "Fortuna" con el carguero inglés "Friendhisp".
El buque gallego contaba con una tripulación de 25 hombres y como armamento un solo cañón. Su presa inglesa tenía 12. 
Durante una hora el buque inglés disparó toda su artillería contra el "Fortuna", logrando este esquivarla y contraatacando con su único cañón. Lo lógico sería haber desistido, pero cuando a un gallego se le mete algo entre ceja y ceja, mejor no interponerse. Así que el capitán del Fortuna dio una orden inesperada: ¡¡ABORDAJE!!
Al amanecer del día siguiente, la silueta de los dos barcos entrando en la ría de Vigo por las islas Cíes dejó boquiabiertos a sus paisanos. El pequeño "Fortuna" había apresado al gigante inglés.
Firmada la paz con los ingleses, el corsarismo acabó cediendo paso a paso a negocios más tranquilos contribuyendo, con su negocio, al auge de grandes ciudades como Vigo y la Coruña.

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