domingo, 14 de junio de 2020

Himno del antiguo reino de galicia

El paisaje medieval gallego estuvo siempre dominado por el Castro, que fue, en definitiva, el comienzo de la vida organizada cuando Galicia estaba solo habitada por tribus galaicas.
Sobre los castros se elvaron torres, fortalezas y castillos medievales y, a la sombra de estos nacieron las pequeñas "leiras"; parcelas de tierra cultivada que hicieron posible la vida campesina.


La Edad Media transforma a Galicia; sobre ella, se alzan los señores feudales, absolutos dueños de provincias enteras. Son los Andrade, los Lemos, Pedro Madruga, los Altamira, los Trastámara... Se dedican a la caza, especialmente del jabalí y por supuesto a la guerra.

En esta época se agiganta la leyenda de Santiago Apóstol, entre la leyenda y la devoción se abren los caminos que desde Europa, atravesando las más altas montañas, llegan a Compostela. Llegan miles de peregrinos y así surgen los grandes monasterios, que serán los centros culturales de los días medievales de Galicia. Luego, los "Irmandiños" fuerzan la decadencia feudal y con su revolución se destruyen fortalezas desde las que se cometían todo tipo de atropellos contra campesinos indefensos y marineros .

 El antiguo reino de Galicia perduró a lo largo de 1400 años y jugó un relevante papel en algunos de los aspectos más sobresalientes de la historia de España, como por ejemplo, en La Reconquista con la expulsión de los árabes.La Edad Media fue, sin duda, una época de gran esplendor para el país.  Galicia fue el primer reino de Europa. Existió ya desde el siglo V y abarcaba desde el río Duero, hasta Cantabria y León. Ya la integración de Asturias en el reino de Galicia, se produce en el reinado de Alfonso I y  Ramiro I  en el siglo IX.
Uno de los aspectos determinantes para la consolidación del reino, fue la noticia del descubrimiento del sepulcro del apóstol en el monte Libredón y el papel que desempeñan las sedes episcopales y los monasterios.
A finales del siglo IX Alfonso III pretende mantener las tierras de Galicia bajo control mediante los nombramientos de herederos de la casa real para su gobierno, pero estas medidas no calmaron los conflictos entre los nobles gallegos y los monarcas astur-leoneses.
 
El reinado de Alfonso VI fue de vital importancia porque impuso las peregrinaciones a Santiago, aunque el culto al apóstol había comenzado mucho tiempo atrás. Es en este momento cuando Galicia pasa a tener su configuración actual y se inicia una de las etapas más brillantes de su historia.
 
Entrando ya en el siglo XIII la urbanización de Galicia comienza alrededor de dos ejes fundamentales: el camino de Santiago y la ruta de la costa permitiendo así la creación de núcleos comerciales gracias a las vías xacobeas  que permiten la creación de núcleos comerciales.
 
 Nacen poblaciones como Arzúa, Melide o Portomarín. Y puertos estratégicos como A Guarda, Noia, Baiona, Vigo, Muros,  Coruña, Betanzos o Viveiro
 
Este fenómeno urbano revitaliza ciudades episcopales como: Lugo, Ourense, Mondoñedo y Tui, a las que se suman Santiago, A Coruña y Betanzos como las siete capitales del reino de Galicia. Durante estos años las ciudades viven su época dorada.
 
Pero después de largas etapas de desarrollo cultural, social y económico el siglo XIV viene acompañado de hambruna, peste y miseria. Los conflictos entre la nobleza tuvieron consecuencia para toda la sociedad hasta el inevitable estallido de la Revolución Irmandiña en 1467.

En realidad el reino de Galicia existió durante catorce siglos.

lunes, 20 de abril de 2020

Toca silencio

Desde algún lugar una campana deja oír su tañido como un largo lamento, faros sonoros que han acompañado a caminantes, peregrinos y habitantes de pueblos y aldeas.


Chis...silencio..No hagas ruido
¿No lo oyes? Es la caracola del tiempo
el tic tac asesino de la vida.
Es el viento de la muerte que sopla
y te lleva sin remordimientos.


En medio de tanto parloteo, de  tanta información, de tantos ruidos y sonidos que hacen parte del ambiente, se hace obligatoria una pausa en el camino para que entre el silencio.

 Y aún así, hay silencios que gritan, que duelen, que hieren y yo vago, como un fantoche, como alma en pena, como sombra sin ruido, como un  clamor desolado.

Y luego, llega el silencio, el silencio que apaga el brillo de las hojas, el silencio que hace que se escuche el titilar de las estrellas, parece que el aire se ausenta y apenas, muy apenas, se oyen los rumores del alma.
Están demasiado calladas, demasiado silenciosas, deberían tocar y tañer en un largo lamento que inundara calles, pueblos, prados y valles.
Nos hemos quedado demasiado huérfanos de ternura, de sabiduría, de templanza, de complicidad.
Se han ido, han dejado que se fueran sin despedirlos si quiera, aquellos  de mirada cansada, tierna, amorosa, en donde podíamos refugiarnos de la vida.
Dicen que los abuelos nunca mueren, se vuelven invisibles y duermen para siempre en nuestro corazón.

martes, 31 de marzo de 2020

Ser un niño de montaña

Ahora que se ha ido el invierno hay que volver otra vez a la gran montaña por la que discurren los cauces de los ríos capaces de crear los valles que dividen los dientes de la sierra para ver un paisaje diferente y para ver los misterios que se esconden en pequeños lugares desconocidos para el viajero común.


Lo mejor de la niñez siempre han sido los cuentos; cuentos escuchados de labios de los abuelos capaces de llevarte por lugares desconocidos y llenos de misterios.
La fortuna de escuchar historias y leyendas, al pie del fuego de una lareira, en una casa de esas con techo de pizarra que parecen colgarse en las laderas por las que trepan cien bosques diferentes, impregnará todos los recuerdos de una infancia feliz.
Cuando en aquel invierno  se me ocurrió pensar en lo fácil que hubiera sido  mi vida aquí, en este lugar al que no llegan los malos y la naturaleza contagia el bien al prójimo cercano, pensé que si hubiera sido un niño de aldea y crecido  como esos jóvenes no hubiera llegado a ser lo que ahora soy: cascarrabias, guerrillera sin ejército contra abusos, maltratos y crímenes de esta humanidad que se cometen cada día de nuestra cómoda existencia.

Tampoco me indignaría el mero avance del telediario y para nada me importarían eso politiqueiros que solo se preocupan de si mismos, montando repúblicas imposibles, elaborando presupuestos mal repartidos, haciendo pactos con el diablo o robando todo el dinero posible que pasa por sus manos.

Soy una egoísta que le hubiera gustado vivir esa grandiosidad habitada por unos pocos, junto al viejo perro de mirada fiel, junto al ganado harto de sabrosa hierba y los otros animales que  esconden su libertad en el bosque magnífico en el que crecen fantásticos árboles de origen incierto.

¿Despreciarías tú la oportunidad de escuchar el silencio del amanecer, solo interrumpido por canciones de pájaros, o el de los atardeceres, cuando únicamente se escuchan aullidos de lobo y graznidos de águila?

Pues yo no. Por eso he venido a pisar los caminos y a escuchar las historias que contaban los abuelos, sentados sobre la roca granítica que toca el suelo y recibiendo de cara el viento libre que curte los rostros.

Me contaron leyendas de hombres que enterraron vivos, de reinas que nunca reinaron en este mundo, de ángeles que liberaron a los cristianos del cautiverio romano...

Literatura popular, en suma, de profunda tradición oral en las familiares noches de los bellos inviernos de nieve y calma.

lunes, 2 de marzo de 2020

Esto es Galicia

     
                                   Soledad de ausencias, silencios de granito, murmullos de agua, sombras de carballeiras, susurros del viento, repiqueteo  de lluvia, siempre incansable, aroma de pinos, ulular de búhos en la noche.
Castillos, leyendas, meigas, magias y exorcismos. Morriñas, bosques encantados, alboradas y muiñeiras, romerías y santuarios.

 La luna llena en el cielo estrellado, la niebla y sus jirones de algodón, el estruendo del mar batiéndose contra las rocas, su color, su aroma de sal, su llamada.
Escolleras, puertos abrigados en temporales, mujeres valientes de sal y de mar, hombres fuertes y generosos.
Tierras verdes, acantilados inmensos e intensos donde perder la vista en horizontes y sueños.

El océano Atlántico y el mar Cantábrico, juntos conforman el gran paisaje marino de este país: el del horizonte perdido en el infinito.

 El océano construye un mar de arena y el mar un océano de rocas esculpidas por las olas. Cuando calienta el sol, océano y mar reposan sobre el lomo arenoso de la playa interminable y acarician con suavidad la piedra salada para que irradie el blanco de espuma.





lunes, 17 de febrero de 2020

O entroido



"O Entroido" quiere significar, desde siempre, la vuelta del mundo al revés, la subversión, la ruptura de las convenciones sociales y el cambio de roles. Es celebrado en toda Europa desde épocas desconocidas. No se sabe con certeza cual es su origen, algunos piensan que viene de tradición celta, otros, en cambio, afirman que los comienzos de esta fiesta, se pueden encontrar en la adoración de Baco.


La tradición del Carnaval en Galicia se remonta a  siglos atrás, ya en el siglo XVIII hay documentos que recogen la celebración del Entroido en varios municipios gallegos, siendo Orense una de las provincias que demuestra mayor pasión y amor por estas fiestas y fue una de las pocas comunidades de España que continuó celebrándolos a pesar de su prohibición en la época de la dictadura, aunque de dos maneras bien distintas.
 
En la zona rural se celebraron en las aldeas, conservando así su riqueza cultural, mientras que en las urbanas se redujo únicamente a bailes de disfraces en sedes sociales.
Cualquiera puede participar en la fiesta, sólo hay un requisito: acudir disfrazado, de lo que sea, pero disfrazado, de lo contrario, acudir a la fiesta sin disfraz es extremadamente arriesgado, ya que los paisanos valoran la participación, particularmente en la provincia de Orense.
 
Los posibles castigos varían según la localidad y sus costumbres, van desde unos latigazos o porrazos o que le arrojen harina sola o harina mezclada  con hormigas hambrientas, rociadas con vinagre para excitarlas al máximo o se pasa por hacerle invitar al que no se disfraza a una ronda de vinos a los que si se disfrazan. Es la ley.
 
 Hay también otra ley que se cumple a rajatabla: la de los banquetes gastronómicos. Porque en Galicia O Entroido se acompaña siempre de buena mesa. Una cocina de suculentos platos, perfecta para reparar fuerzas que tiene como protagonista el cerdo y sus acompañantes los grelos, patatas, los garbanzos y de postre, "filloas"," orellas", "bica" y de remate un buen "licor café". El mejor del mundo.
 
El calendario del entroido varía dentro de las diferentes villas de Galicia, llegando en algunos casos, en la Galicia interior, a tener una duración de quince días, o incluso de más de un mes.
 
Galicia celebró y celebra el entroido porque constituye una auténtica expresión del sentir popular, es una fiesta llena símbolos, colorido, ceremonias rituales, disfraces y abundante comida. a pesar de la gran irritación que causaba en los poderes eclesiásticos y públicos que intentaron integrarla dentro de los esquemas que limitan las llamadas fiestas sociales, sin éxito.
 
 
El carnaval es, sin duda, la expresión festiva más rica de toda la cultura popular gallega. En torno a ella se desarrollan canciones, danzas, disfraces y máscaras de origen ancestral bajo las que el gallego habla de quien dio que hablar, critica a quien lo presiona, arremete contra el cacique  y denuncia a quien abusó de su poder y autoridad. Es el momento en el que el pueblo se burla de los poderosos e incluso de sí mismo por soportarlos.
 
Tras varios días de fiesta, de bailes, cantos, símbolos, ceremonias rituales, disfraces y comida, finalizan los carnavales con la muerte del entroido y la lectura de su testamento .- que recibe el nombre de sermón- en el que se relatan los sucesos de la localidad, se reprueba y se maldicen sin piedad las lacras sociales y se critican los defectos de las autoridades y representantes de la comunidad

 

 


 

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