sábado, 11 de julio de 2015

Petroglifos: Presencia silenciosa grabada en las rocas


La creación artística, es sin duda, una expresión del interior del ser humano. El arte ha sido siempre uno de los principales medios de expresión, a través del cual, el ser humano, manifiesta sus ideas y sentimientos y la forma en como se relaciona con el mundo.
De la necesidad de expresar  sentimientos, emociones, experiencias, miedos... aparece, antes que la escritura, el arte como medio de expresión y comunicación.
Los pretroglifos son grabados de la época de la Edad del Bronce practicados en la roca y expuestos al aire libre. Son manifestaciones del arte más primitivo que, en Galicia, tienden a concentrarse en la provincia de Pontevedra. Su significado es difícil de de conocer ya que estas comunidades tenían una escala de valores muy diferente a la nuestra.
La mayor concentración de grabados rupestres de toda Europa se da en el parque arqueológico de Campo Lameiro en la Provincia de Pontevedra. Los motivos más repetidos en esta zona son combinaciones circulares, espirales, laberintos, ciervos, serpientes y caballos. 
Este parque tiene un total de 22 hectáreas de extensión; es un conjunto. al aire libre de arte rupestre, en el que se recogen 70 piedras  y rocas con petroglifos de gran valor arqueológico e histórico. En los montes de Campo Lameiro se encuentra una de las concentraciones más importantes en calidad y cantidad de grabados rupestres de toda Europa y está declarado Monumento Histórico Artístico desde 1974.
Son una presencia viva y silenciosa que se extiende por Galicia.





Existen otros petroglifos que hablan de la conexiones marítimas con el Mediterraneo del segundo milenio antes de Cristo. Estos pueblos de la Edad del Bronce, son herederos de los pueblos que llenaron esta tierra de mámoas o monumentos funerarios.

Los pretroglifos tienen esa tradición, de hecho, las cámaras de muchas de estas mámoas megalíticas están decoradas con motivos que van a aparecer después en los del aire libre.

Otra de las estaciónes arqueológicas  de arte rupestre, es la que se encuentra en "Outeiro dos Lameiros" en el  municipio de Baiona. Contiene el mayor mural de petroglifos de toda Galicia con una superficie vertical de 30 metros cuadrados y grabados con escenas de monta, elementos abstractos como el conocido "rodaballo" y figuras en forma de estrella y circulares, además de inscripciones en otras tantas piedras del entorno






 Así es que en su paso por el mundo, el hombre ha querido dejar siempre la huella de todo aquello que conforma su entorno,  manifestaciones de su destreza y pensamiento, vivencias y creencias, antes que apareciera la escritura. Son, en definitiva, el reflejo de la capacidad intelectual de la humanidad para abstraer y representar su realidad.
 La expresión artística ha estado siempre íntimamente ligada con la idea de comunicación; plasmar de  alguna manera los sentimientos, las experiencias, el dolor o la felicidad y, esto lo logra el arte en todas sus facetas. Expulsar del inconsciente hacia el exterior las cosas más profundas disfrazadas de otras cosas, logra un placer y un estado de catarsis en el ser que solo puede explicarse al realizar estas actividades artísticas, la inclusión de los aspectos individuales del artista en su obra, como ser humano único, hacen  la heterogeneidad del arte.











sábado, 4 de julio de 2015

¡FUEGO!

Hace rato que ha oscurecido y en estas noches de verano, que son amables, cálidas y hermosas, aparece siempre el fantasma del miedo al incendio. El aroma dulzón que se percibía en todo el jardín ha desaparecido y en su lugar, de repente, comienza a oler a humo y del cielo van cayendo copos oscuros que tiznan todo aquello cuanto tocan. Brillan en el aire cuando se ven bajar en su caída hasta el suelo, en su interior traen fuego acompañado de muerte. Todo ha enmudecido, los perros no ladran, olfatean el aire percibiendo el peligro.
Uno escudriña la oscuridad de la noche; se necesita saber de donde viene el viento y donde está el fuego. Los sentidos se agudizan, el peligro acecha y una sensación de vértigo, que marea, aparece. Estamos rodeados de árboles y lo peor de todo de maleza, mucha maleza. Hace algunos años, las campanas de la iglesia comenzaban a tocar con desesperación llamando a los vecinos para que acudieran a sofocar las llamas que corrían lamiendo laderas de montaña y fincas o casas que encontraban a su paso.

Todo esto se ha convertido en una funesta tradición que nos amarga con frecuencia en verano: los incendios trazan un paisaje de ceniza y desolación y destrozan nuestra riqueza natural.
La pregunta aparece siempre:¿Qué puede impulsar a un ser humano a actuar de esta manera? Pues, al parecer hay múltiples y diferentes causas que empujan a una persona a actuar o a dejar de hacerlo y estas son las motivaciones reguladoras de la conducta. La provocación de un incendio no se explica por la presencia de un trastorno disocial, un episodio maníaco o un trastorno antisocial de la personalidad, pues desde el momento en que una persona inicia un incendio ( intencionalmente) se convierte en un incendiario.
Incendiario o pirómano, podría parecer igual puesto que las consecuencias de sus conductas son iguales o semejantes, sin embargo la personalidad del pirómano está alterada de tal manera que le impide, al que sufre de este trastorno, diferenciar entre el bien y el mal hasta el punto de que encontrará gozo en el fuego que provoca y llega a observarlo de cerca sin descartar participar en su extinción, pero siempre desde un plano del protagonismo. El incendiario, en cambio, es alguien que provoca un incendio por algún tipo de interés y por ello, busca coartadas lejos de las llamas.
En cualquiera de los casos, ambos, pirómanos e incendiarios, serán castigados con penas de cárcel. Sin embargo sólo se condena a menos del 1% de los responsables de los incendios forestales en España.






domingo, 28 de junio de 2015

El Versalles Gallego: Pazo de Oca

Desde cualquier punto de Galicia, el camino que conduce hasta el Pazo de Oca va sembrado de verdes en las más diferentes tonalidades que alguien pueda imaginar. Se convierte en una exaltación de los sentidos pasear por esta tierra en cualquier época del año.

Los grises o azules, verdes, amarillos, dorados y rojos, entre castaños, robles y pinos, nos conducen, entre su aroma y verdor hasta el más precioso pazo que tiene Galicia.

El pazo de Oca, es un pazo señorial de estilo barroco situado en la parroquia de Oca, concello de A Estrada, cerca de Santiago. 

Actualmente pertenece a los duques de Medinaceli, y está considerado como uno de los mejores representantes de la arquitectura señorial de la Galicia del siglo XVIII, donde la piedra, el agua y la vegetación son los tres elementos fundamentales que crean este espacio sin igual. Se le conoce como el Versalles gallego por la belleza de sus jardines.






Paseando entre ellos, descubrimos lugares, que nos hacen viajar siglos atrás, en el tiempo, donde el murmullo del agua en las fuentes y estanques; el color de las camelias ,
los verdes de musgos y helechos, el aroma del azahar de naranjos en primavera o los paseos de los tilos, hacen que la estancia en este lugar se convierta en toda una experiencia de paz y armonía de gran belleza.

Por las canalizaciones de piedra discurren las aguas del río Mao hasta el Molino , donde se distribuyen para el riego.
En los estanques de sus jardines está representada la paz en la figura del pescador y, la de la bondad humana, en los dulces naranjos, navegando por aguas tranquilas hacia el cielo que representa la iglesia. En el otro estanque figuran representadas la maldad y la guerra por medio de cañones y fieras heráldicas, que navegan por aguas tumultuosas hacia un supuesto infierno, que se encuentra al terminar el estanque, donde el agua se pierde en la tierra.

Y así entre tilos, camelias, setos, balaustradas, veredas, puentes, hórreos y palomares podemos ir perdiéndonos en la historia de Galicia que difícilmente se entendería sin los pazos que comenzaron a construirse a finales del Siglo XV y principios del XVI y eran, característicos de la nobleza gallega rural.












lunes, 22 de junio de 2015

La noche de San Juan

La noche de San juan ha sido celebrada por toda la Humanidad desde hace siglos, en forma de mitos, danzas y rituales.

De todos los lugares, posiblemente Galicia es la que celebra de forma más especial, esta festividad.

Saltar una hoguera, alejar las fuerzas negativas a base de queimadas con conjuros, preparar pócimas secretas con mágicos poderes o regenerar cuerpo y alma mediante baños sanadores son algunas de las tradiciones.



Y es que Galicia es tierra de meigas, de menciñeiros,  de fuego y por supuesto de magia.
El aire huele a menta, manzanilla, romero, lirio, amapola y rosas… y así un milleiro de hierbas se han recogido cuando el sol ya se ocultaba
Este tradicional ramo de hierbas se venderá en el mercado al día siguiente y, una vez macerado al rocío de la noche, servirá para hacer las abluciones en la mañana del día de San Juan.
 Toda la noche quedarán en el exterior para que recoja el rocío de la mañana del Sol que baila y el brillo da Lúa da Noite Meiga ( luna de la noche bruja).

Las hogueras o cacharelas hay que prepáralas con antelación. Los días anteriores se van apilando trastos viejos, que arderán, esa noche, en un ritual mágico.
Al caer la noche comienza a verse cientos de hogueras diminutas, en las laderas de los montes, en la arena de las playas, en plazas y barrios de ciudades y pueblos alzando sus llamas purificadoras al cielo.
La noche de Sn Juan, es la noche de las meigas por excelencia: este día, las brujas se reúnen en torno a las lareiras , convertidas en improvisados laboratorios para elaborar ungüentos y pócimas donde pronunciar terribles y maléficos conjuros ya que esta noche 
también atrae a otros seres maléficos.
La queimada es el licor espirituoso que bajando por la garganta nos reguarda de los espíritus maléficos que pululan por los senderos en esta noche. Cruceiros, conjuros, y demás son los que sin duda nos protegen en esta noche de meigas y espíritus.
La fiesta comienza y cientos de mozos y mozas danzarán alrededor de la hoguera y la saltarán en un afán purificador.



miércoles, 10 de junio de 2015

Camino de Compostela.



¿Llegaré?, ¿tendré alojamiento? ¿Lloverá?¿ habrá señales en el camino?¿ me dolerán los pies? ¿Seré capaz de soportar la fatiga física?, Y...,¿la convivencia con la soledad y el silencio?.
Surgen multitud de preguntas y nuevos planteamientos, que ponen en duda lo que hasta el momento era incuestionable. Nos sitúa en la puerta de la opción personal y comprometida por alcanzar un nivel más en nuestra realidad. De esta manera al regresar del Camino, comienza el verdadero, el que tenemos que recorrer cuando ya sabemos a dónde queremos ir.
El Camino aporta al peregrino la ocasión de verse cara a cara con su propio"YO", con sus silencios, debilidades y pensamientos, pudiendo iniciarse desde muchos lugares. Pero, dónde empieza realmente el camino de cada uno, es en Santiago. Y esta experiencia perdura con el paso de los años, pues, no cabe duda, que conocerse a sí mismo, es una aventura que dura toda la vida.



En el largo camino que lleva a Santiago, es importante recordar al párroco, del Cebreiro - una remota y preciosa
aldea, en la montaña de Os Ancares -, en Lugo. Este cura pasará a la historia por haber sido el impulsor del Camino de Santiago y ser el "creador" de las famosas flechas amarillas. Flechas que servían para indicar el camino correcto en cruces de caminos y en lugares donde podía haber conflictos.
Don Elías Valiña, recorría el norte de la península, pintando las flechas en su Citroen, con el maletero a rebosar de botes de pintura amarilla.

Consiguió, con su entusiasmo y tesón, recuperar en la segunda mitad del siglo XX, la casi extinguida "costumbre" de peregrinar a Santiago de Compostela. Así que, en una labor titánica, se dedicó a pintar desde la localidad de Roncesvalles, las famosas flechas amarillas, que hoy en día, todos los peregrinos utilizan para ser guiados hasta Compostela.

Descubre tu alma ante ti, y..., pregúntate qué andas buscando"
José María Maldonado



Al llegar a Santiago, en las cubiertas, podremos ver " A Cruz dos Farrapos". Esta cruz se encuentra en los tejados, sobre la girola de la Catedral. A sus pies, antiguamente concluía la peregrinación a Compostela. En su base existe una construcción de piedra, a modo de horno donde los peregrinos  acudían para despojarse de las vestimentas que les habían servido durante el camino. Quemaban sus ropas viejas, en una especie de ritual purificador, que significaba el comienzo de una vida y el fin de la anterior, rompiendo así, con todos los sufrimientos y ataduras vividas hasta entonces. Hoy en día, es más conocida la que existe en Fisterra, allá donde los romanos decían que estaba el fin del mundo conocido, y bajo el faro, es donde la mayoría de peregrinos hacen este ritual de quema de los "farrapos" o harapos.

Desprenderse de todo, quedar con el espíritu nuevo y el alma limpia y...


 "ser en la vida romero, siempre romero y que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo" 
Miguel Hernández




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