miércoles, 22 de junio de 2016

NOCHE MÁGICA: SAN JUAN

Sabemos que las leyendas solo son leyendas, pero también son la historia no escrita de un pueblo, que nadie quiso escribir.
Es la noche del fuego. Donde el pasado, presente y futuro se funden en un solo momento. Fuerzas, poderes, virtudes, encantos, maleficios, deseos y rituales acuden a la llamada del fuego.
El fuego se enciende para que imiten en la tierra el gran manantial de luz y calor en el cielo haciendo referencia al sol, otros aseveran que el fuego es purificador que destruye todas las influencias de brujas, demonios y monstruos.
En las leyendas perviven remotos mitos donde la naturaleza se personifica adquiriendo propiedades benéficas; afloran por doquier brujas, espíritus malignos. La jóvenes adivinan que profesión tendrá su novio, el rocío cura enfermedades y el fuego destructor de hechizos se convierte en sustancia purificadora.

El aire se carga de un misterio mágico que lo impregna todo. La música que el pueblo tañe alrededor de la hoguera  está impregnada de una sensación mágica que lleva intrínsecamente el poder del conjuro hacia los espíritus y fuerzas malévolas. En esta noche mágica se baila hasta el amanecer tanto para crear un ambiente festivo como para ahuyentar a los espíritus del mal.
Se sabe que el hombre primitivo siempre tuvo miedo a la oscuridad y a partir del solsticio de verano el día iba menguando y la noche crecía haciéndose cada vez más poderosa. Era necesario vigorizar el sol encendiendo las hogueras, danzando a su alrededor e incluso saltándolas.El fuego daba luz y también les libraba de los maleficios. Creían que las fogatas eran una parte del astro solar y se les atribuían las mismas propiedades mágicas.
Al anochecer los mozos se llaman a gritos por las aldeas  carreteando toda clase de objetos que arrojan cada uno a su montón. Conforme anochece, la gente se reúne y llegada la medianoche, se le prende fuego, se alzan las llamas que poco a poco empiezan a chisporrotear en todas direcciones. Comienza, entonces, el bullicio y la alegría alrededor del fuego y después lo saltan ritualmente porque el fuego en esta noche mágica es poseedor de virtudes, aleja enfermedades y destruye poderes malévolos.

En Carballo, la construcción de la hoguera se hace en el cruce de caminos, es para que no entren las meigas; en Santa Comba para quemarlas y en Malpica para echarlas fuera.

La hoguera de la plaza tiene un significado especial, su localización es altamente significativa, tiene connotaciones catárticas y simboliza que, por lo menos una vez al año, el pueblo se hermana, reuniéndose numerosos vecinos en torno a ella, la principal de la localidad para purificar las rencillas vecinales y quemar a los espíritus malignos.








lunes, 20 de junio de 2016

RITO DE LA FERTILIDAD


Playa de La Lanzada
Cuando la noche es más corta y el día el más largo del año comenzará el verano en una noche de luna llena. Esta es la primera vez que se producirá esta coincidencia en 70 años según el Observatorio Astronómico Nacional.   

Dicen, que en las noches de plenilunio, las mujeres estériles que tomen un baño de nueve olas en la playa de La Lanzada ( Provincia de Pontevedra ), se vuelven fecundas.
Este rito está relacionado con la numerología celta donde el nueve es un número sagrado.
Esta preciosa tradición ha perdurado en el tiempo y ha llegado hasta nuestros días. Basta con acudir a la ermita en la noche de San juan o bien, el último sábado de Agosto, día en el que se celebra una romería para cerciorarse de que todavía sigue vigente. 


La playa de La Lanzada está divida por una pequeña península de tierra que se adentra en el mar y en ella se encuentra la ermita dedicada a Nosa Señora da Area - Nuestra Señora de la Arena-. la entrada principal de la ermita, que es más conocida por la ermita Da Lanzada, está mirando al mar. Allí se encuentra la cuna "Da Santa", un conjunto de piedras de formación natural que tienen forma de cama y que constituyen una pieza imprescindible en el ritual de fecundidad. El otro elemento del rito son las propias olas de la playa.

La tradición manda que el ritual debe hacerse en la víspera del día de San Juan. Los amantes deben ir esa noche a la cuna de la Santa y consumar su amor en este espacio que forman las piedras junto a la playa. A continuación la mujer debe ir a la playa que esta junto a la ermita  y mojarse con el rompiente del agua de nueve olas de modo que cada una de ellas le llegue hasta el vientre. Estas simbolizan los nueve meses del embarazo que la Virgen concederá a los aspirantes a padres.

Cuatro kilómetros de grandes rocas y arenas blanquísimas constituyen la playa de La Lanzada, a la que cientos de gallegos siguen acudiendo cada agosto o cada víspera de San Juan, a su pequeña ermita del Siglo XII.
Acuden como el último paso de un antiguo rito de fecundidad ligado a esta playa para sacar el "meigallo" o simplemente para disfrutar de un día de romería.
La parte más conocida del rito de la fertilidad, es también la más privada que se cumple en la madrugada anterior al "día grande "
Por la mañana, la imagen sale de la ermita rodeada de flores y flanqueada por los "Danzantes de Covas", bailarines que interpretan una danza de cintas en su honor. También, la arropan decenas de mujeres que cumplen así la última parte de su ofrenda.
Cada año los vecinos regalan a la Virgen, frutas y animales para que sean subastados. De esta manera contribuyen así a la organización de la fiesta.
Después, antes de volver a casa, muchos se acercan hasta la roca conocida como "cuna santa" para depositar flores o simplemente sentarse conmovido ante tan fecundo paisaje.

A nosa Galicia

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