sábado, 6 de diciembre de 2014

La camelia y los pazos




Perderse en los jardines de los pazos es una delicia. Allí donde el agua ayuda a formar parte de ese encanto, la luz, los sonidos y los aromas de la vegetación conforman la belleza de estos lugares extendidos por toda la geografía de esta tierra.

La camelia llegó a Galicia en el siglo XVIII y aquí se quedó entre nosotros que la acogimos con mimo y cuidado ofreciéndole las condiciones necesarias para vivir. A cambio, ella, agradecida nos ofrece sus bellísimas flores durante todo el invierno.

Los jardines donde lucen y donde se puede apreciar su mayor esplendor y belleza son los jardines de los pazos. Estos ocultos por muros de piedra, están cubiertos de musgo y cuajados de variadas y exuberantes especies vegetales en justa compensación, al tributo de la lluvia que sin pausa cae sobre esta tierra.

Una vez que se entra en estos jardines, parece que uno ha atravesado un espejo mágico como el de "Alicia en el país de la maravillas" trasladándote a otra época donde la realidad que se abandona difiere totalmente a la realidad en la que uno se ve inmerso, ofreciéndonos recorridos de ensueño entre árboles centenarios, arbustos de camelios, estanque y fuentes.





Si en otoño el festival de colores es espléndido, es en primavera cuando los sentidos alcanzan a percibir la mayor de las sensaciones, pues las camelias que crecen en todos ellos se encuentran en plena floración y ofrecen un espectáculo único en los árboles y en el suelo, donde las flores desprendidas forman bellísimas alfombras de pétalos.

 A la vista de mil tonos de verde hay que añadir el aroma  de los mirtos, las malvas glicinas, las blancas magnolias y el de las muchas flores que crecen añadiendose al rumor inconfundible de las aguas de fuentes y estanques.

 Estos jardines, tras muros de hermosas piedras, son quizás parte de los secretos mejor guardados de Galicia, donde en verano las hortensias de distintos tonos de azul doblan  sus grandes flores sobre las aguas de los estanques.


"Yo recordaba nebulosamente aquel antiguo jardín donde los mirtos seculares dibujaban los cuatro escudos del fundador, en torno a una fuente abandonada. Tenían el jardín y el palacio esa vejez señorial y melancólica de los lugares por donde en otro tiempo pasó la vida amable de la galantería y el amor.
Ramón María del Valle-Inclán en su Sonata de otoño sobre el pazo de Brandeso



















domingo, 30 de noviembre de 2014

En agradecimiento a la marea blanca

       



                       NUNCA MAIS







                                                                               
El 19 de Noviembre de dos mil, un petrolero, el Prestige, procedente de San Petesburgo transportando una carga de setenta y siete mil toneladas de fuel, se partió en dos ante nuestro litoral. En la zona del hundimiento quedó una mancha de 57 por 18 km.
La costa gallega se vistió de luto; una gran marea negra invadió nuestras costas dejando muerte y dolor en sus arenales, playas y rocas.

Unos doscientos cincuenta mil voluntarios, venidos de todas partes, pasaron por Galicia en un movimiento solidario como nunca visto hasta entonces. Una gran marea blanca, puntos de luz, sobre una gran marea negra fue extendiéndose por todo el litoral.

Se expusieron a agentes contaminantes mientras recogían con sus manos el crudo que se pegaba a las rocas, dificultando enormemente la tarea.

Limpiar con azadas, con horquillas, con cualquier cosa que se podía, se volvía difícil. Se limpiaba y, al día siguiente todo estaba igual, la marea lo había traído de nuevo a la playa.
Tras once años de la mayor catástrofe medioambiental en España, la indignación y el estupor nos embarga ante la sentencia de la Audiencia de A Coruña  en la que dice que no existen responsabilidades penales ni para José Luís López Sors, director general de la Marina Mercante que mandó pasear el barco por toda la costa gallega, ni para el capitán Apóstolos Mangouros, que aunque fue  condenado a ocho meses de cárcel, no los cumplirá y tampoco para Nikolaos Argyropoulos, jefe de máquinas.

Once años después Galicia ha recuperado toda su belleza y esplendor pero nadie pagará a esta tierra el coste que supuso devolvérselo.

TAMPOCO SE PAGAN RESPONSABILIDADES POLÍTICAS EN ESTE PAÍS

" El vertido está controlado. No se van a derivar consecuencias para las poblaciones pesqueras de la zona ni para las especies marinas gracias a la rápida actuación de las autoridades"
Miguel Arias Cañete. Ministro de Pesca

" Yo no veo ninguna crispación social por el Prestige"
Jaume Matas, Ministro de Medio Ambiente

" Faltan a la verdad quienes creen demostrado que el casco del Prestige pierde petroleo"
José María Aznar, Presidente del Gobierno

" No está uno en absolutamente todos los temas y no puede acertar siempre."
Declaraciones en el Congreso de Mariano Rajoy, Vicepresidente del Gobierno, justificando declaraciones incorrectas el día anterior sobre quién tomó la decisión de alejar el Prestige.

http://www.greepeace.org/espana/reports/prestige-cr-nica-de-una-marea/



A nosa Galicia

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