martes, 25 de noviembre de 2025

MAGOSTO


Una celebración tradicional  y popular en Galicia  que se celebra al anochecer en el mes en el que nos encontramos -Noviembre- es el del magosto. 

El lugar originario de esta  celebración era el monte, aunque siempre se pudo celebrar en casa, al lado del fuego del hogar o en cualquier rincón del pueblo. También, en el atrio de la iglesia o en una encrucijada  al pie de un "cruceiro".

Por "San Martiño", 11 de Noviembre, las castañas ya maduras empiezan a abrir los erizos y a caer en el suelo creando una alfombra que va del verde a los tostados en las más variadas tonalidades.

Comienza, entonces, una celebración simbólica-culinaria que se ciñe normalmente a estas fechas. La época de los "magostos" en Galicia. Y se le ha considerado como un vestigio de un antiguo sacrificio en honor a los muertos.

En cuanto al aspecto simbólico del fruto típico del magosto: la castaña, podría simbolizar la inmortalidad al ser un fruto que proviene de un árbol de larga vida.




Es costumbre que durante la celebración del magosto, los participantes se tiznen la cara con la ceniza del fuego cuyo significado no es otro que tratar de simular una apariencia fantasmal que asuste a los vecinos, cuando ya entrada la noche, se volvía a las aldeas.

Concentra a los vecinos alrededor del fuego y tiene el significado de honrar las cosechas, devolviéndole a la castaña la importancia que el maíz y la patata, llegados de América, le quitaron hace varios siglos.

Se cuentan historias, se canta y se baila al compás del sonido de gaitas y panderetas, alrededor del fuego, mientras la oscuridad de la noche se cierne sobre los participantes.




El 1 de Noviembre, los celtas apaciguaban los poderes del otro mundo y propiciaban la abundancia de las cosechas con la celebración de la fiesta del "samahain", la cual era para unos el comienzo del invierno y para otros el final del verano. No obstante, en cualquier caso, era el inicio de un período de intensa comunicación entre los habitantes de este y del otro mundo.

Por las misma fechas, los romanos celebraban las saturnales. El mundo de los espíritus se entreabría y salían diversos tipos de personajes, las almas , los cuerpos que habían sido enterrados y las sombras.

Todos se nutrían de los platos depositados sobre las tumbas.

Con la expansión del cultivo de castaños por los romanos, su fruto se convirtió en la base de la alimentación de la población, como fruto fresco, seco o molido para hacer harina durante mucho tiempo.

ALALÁS


El  alalá es un canto, un canto antiguo y característico de la música tradicional gallega. Algunas fuentes lo sitúan en  tiempos lejanos, en el mismo origen de Galicia y los consideran como el canto mas representativo de la identidad y el alma gallega.


En los Alalás, el canto es originalmente a "capella" es decir, interpretado por la voz humana sin acompañamiento instrumental que ha sido conservado durante siglos en la tradición gallega antes de ser rescatado del olvido por poetas y músicos de la edad romántica.

Los Alalás, son sin duda, cantos muy representativos de la identidad gallega pero que guardan similitudes con otros cantos de raíz de culturas cercanas, y la idea de que se trata de cantos de origen celta es una idea que hoy carece de fundamento antropológico y cultural ya que comparten elementos comunes con otros cantos arrítmicos, y no precisamente los de Irlanda y Escocia sino de territorios peninsulares con los que comparten influencias prerromanas, grecorromanas, germánicas, árabes o europeas, llegadas a través de la vía Jacobea.


 


No está lejos en el tiempo los duros veranos de siega, en que todos los años, cuando el trigo estaba maduro, llegaban a las dos Castillas hombres de Galicia, de Extremadura, de Cuenca, de las tierra altas de Andalucía, en una emigración temporal y necesaria, vieja como las tradiciones de la tierra, que se repetiría cada año puntualmente.

 El trigo era mucho y los brazos pocos, y por ello las gentes de tierras de pastos, olivos, donde la labor en el estío era escasa, venían a la inmensa llanura castellana. Hombres, mujeres y chicos, venían en viaje de ida y vuelta por la meseta bajo el cielo azul y el intenso sol estival, formando cuadrillas de segadores que cumplían un rito antiguo de trabajo y camino que hermanaban a las gentes de las y tierras de España.

Para los campesinos gallegos ésta era una antiquísima costumbre que bien pudo alimentar intercambios culturales populares, segadores de castilla, esclavos de sol a sol.

Pero si la música tradicional puede expresar la naturaleza de un pueblo, no hay duda que los alalás, junto con la gaita, representa la identidad gallega.

Feijoo dice que : "nuestro cancionero es el único libro donde las almas gallegas aprenden a leer sus propios sentimientos, sus propias emociones."

Puede ser una canción de cuna, el lamento de un emigrante, la canción de un campesino, la pobreza de la sociedad rural gallega, y por encima de todo la expresión de la morriña, tan característica, del alma gallega.

El alalá, se transformó después en otros cantos como el de ciego, los cantos de oficio y  de profesión, pero sobre todo, en los cantos de arriero, individuos que vivían la soledad de los caminos.



A nosa Galicia

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