domingo, 22 de marzo de 2015

E O VENTO DECÍA...


Siempre ha sido difícil separarnos de aquello que amamos. Decir adiós no es fácil. Los adioses duelen, uno no quiere irse,¡hay tantas cosas que se quedan!. Lo mejor es no volverse y no ver como todo va desapareciendo en la lejanía.
De nuevo ha vuelto el fantasma de la emigración para llevarse a nuestros mozos y mozas.
 El exilio es uno de los mayores temores que afrontan muchas personas. En alguna sociedades se proponía como una alternativa a la muerte.
 El hombre queda desconectado de sus orígenes, vive a un ritmo que ya no es el suyo, persiguiendo un sueño y una meta, entre la niebla que produce la tristeza, la nostalgia, la añoranza y se convierte así en un extraño en su propio mundo.
Platón nos cuenta en la Defensa de Sócrates que, ya declarado culpable, el viejo maestro es invitado a elegir su propio castigo. Pero...
¿" Como podría vivir en otra tierra, privado de mis vecinos, entre gentes que no me conocen" ? " Y si no he podido ganarme vuestro afecto, a pesar de haber nacido y crecido entre vosotros, ¿Como puedo aspirar si quiera al resto de los ajenos?."
Para Sócrates el exilio es peor que la muerte.
¿Cómo es posible que alguien elija por propia voluntad, no presionado por la amenaza de un castigo irreversible, cortarse las raíces que lo atan a su historia?
El futuro se convierte en la única dimensión "habitable", un proyecto que ayuda a no volver la cabeza y llorar lo perdido. La vida se llena de metas aunque a veces no son más que tretas para engañar la soledad del extrañamiento Llevan en sus baúles la vieja cultura y la gratitud por la nueva vida que se han prometido.
Emigrantes a ratos, exiliados a veces, desarraigados siempre.
Y así, en silencio, pienso en ti, en ti dolor, en ti viejo amigo.
No, no pensé nunca que veríamos marchar a nuestros hijos y que eso aún causando tanto dolor, causaría menos que mirarles y ver su triste mirada llena de nada.





domingo, 8 de marzo de 2015

¡HABELAS,HAINAS!




"Vengo del país de la lluvia eterna
Vengo del fin del mundo.
Soy de donde el agua muda la eternidad en melancolía y la melancolía se torna en nostalgia perenne.
Vengo de la más hermosa tierra que la naturaleza, en su eternidad, pudo parir.
Vengo de la piedra y el viento del norte, gélido y eterno.
Soy del país que los hombres llaman Galicia.
Soy de la tierra que los dioses quisieron llamar ETERNIA."

Galicia, es tierra envuelta tantas veces en niebla grisácea que hace que todo sea misterioso. Cualquier ser extraño y maléfico puede existir escondido en ella mientras avanza entre los árboles del bosque y entre los valles envolviéndolo todo en una luz suave, clara y tamizada por las sombras. Hace que puedas viajar en el tiempo y escuchar antiguas historias olvidadas que ya sólo ella recuerda.

Amparada llega la noche, el mundo parece pararse, todo es silencio, todo es serenidad. Se prepara para el atardecer y, las criaturas de la noche comienzan a despertar. Las sombras se extienden, huele a tierra húmeda, brotes frescos. Se  oye el agua del río, las hojas que se mueven con la brisa y en lo alto, una luna quiere asomarse entre las nubes.

Allí, en los caminos donde el viento silba y azota la lluvia, en las fragas umbrías, en las encrucijadas de los caminos podemos encontrarnos con estos seres misteriosos, mágicos y, notar su presencia mientras un escalofrío de miedo recorre nuestro cuerpo.




Si de noche has de cruzar caminos en Galicia habrás de tener cuidado con una de las Meigas que habitan en esta tierra. Su aspecto de anciana no llamaría la atención de nadie, de no ser porque las prendas que lava en el río están siempre manchadas de sangre. Ésa es su condena ya que, mató a su hijo recién nacido y debe limpiar las ropas ensangrentadas noche tras noche durante toda  la eternidad. 
Ella pide ayuda, pero no te detengas, ni la mires si quiera, porque aquél que intenta ayudarla desaparecerá para siempre.


A LAVANDEIRA DA NOITE

"Era unha noite de lúa,
Era unha noite clara,                                            
Eu pasaba po-lo río
Da volta da muiñada.

Topei unha lavandeira
 que lavaba ó par da auga. 
Ela lavaba no río
E unha cántiga cantaba.

Moza que ves do muiño
Moza que vas po-la estrada
Axúdame a retorcer
Miña sábana lavada.                             

Desparece a lavandeira
como fumeira espallada
onde as sábanas tendera
Poza de sangue deixara.
Era unha noite de lúa
Era unha noite clara"


Y para protegerse de las meigas dañinas:

Colocar una escoba vuelta del revés tras la puerta de entrada.
Llevar un diente de ajo.
Tener en casa ramas de laurel.
Y por último poseer colgantes de distintas piedras que sean capaces de rechazar encantamientos.

 ¡ Eu non creo nas meigas, pero habelas hainas!

Y como en todo, y... siempre, que cada cual saque sus propias conclusiones.




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