viernes, 31 de octubre de 2025

MES DOS MORTOS : LA MUERTE EN GALICIA



"Solo el recuerdo de donde vengo me ayuda a saber a donde voy."

La cultura gallega ha tenido desde siempre una estrecha relación con la muerte pues cuando alguien fallece, se creaba una relación entre vivos y muertos  que perdura para siempre.

Existían una serie de creencias en la Galicia rural que no eran habituales en el medio urbano, ya que  en las aldeas gallegas, la muerte era algo cotidiano que se esperaba como cualquier otro evento.

Podemos hablar de cinco fases o etapas en el proceso de muerte en la Galicia tradicional rural, cada una de ellas con toda una serie de supersticiones y creencias a su alrededor :

1. Augurios de muerte
2. Fallecimiento
3. Velatorio
4. Entierro
5. Lembranza (recuerdo)

Lo habitual en Galicia era creer que la muerte era previsible, que siempre avisa de su llegada de distintos modos, por ejemplo, la percepción de distintas señales que se podían hacer notar en las aldeas   (el sonido de la campana de la iglesia sin que nadie la hiciera sonar.) 

Muchas de estas señales estaban relacionadas con los distintos animales que poblaban los alrededores de las aldeas. El cuervo cuando se le veía en algún camino que llevase a la casa, el canto del búho o de la lechuza en la noche. Este podía avisar de una muerte próxima cundo cantaba encima de la casa de alguien. 

En algún municipio, se creía que cuando la agonía se prolongaba durante mucho tiempo era porque el moribundo tenía una deuda pendiente con alguna persona, y que cuando esa persona finalmente iba a verle, la muerte se producía no mucho después.

Confirmada la muerte, se procedía a preparar el cuerpo  para el velatorio y lo primero que se hacía era cerrar los ojos al difunto, porque se creía que si quedaban abiertos estaban " llamando " a otra persona para que le acompañase en su viaje al otro mundo. 

En aldeas pequeñas la comunicación del fallecimiento se hacía casa por casa, o también se hacía uso de las campanas de la iglesia. Cuando las campanas tocan a muerto, el número y el ritmo de las campanadas proporciona información sobre la persona fallecida, informando, por ejemplo del sexo y de la edad.

Había una danza fúnebre que se llevaba a cabo en este momento del duelo en algunas aldeas llamada la danza del abejorro. Los distintos familiares y amigos deberían darse la mano y dar vueltas alrededor del lecho del difunto mientras imitaban el zumbido del abejorro. Si por algún motivo alguien la interrumpía, sería el primero de los presentes en morir. 

El día del entierro la comitiva, de camino al Campo Santo, estaba formada primeramente por un joven tocando la campanilla, a continuación, le seguía el sacristán con la cruz de la parroquia y después el ataúd cargado por cuatro hombres, detrás el cura y finalmente la familia, amigos y vecinos.

Dependiendo de la zona, detrás ,caminaban las "choradeiras": mujeres contratadas que iban llorando todo el camino con objeto de despedir al muerto.

Hay muchas maneras en la cultura gallega de mantener el recuerdo, o lembranza, de aquellas personas queridas que han fallecido : una de ellas, en los cabos de año o en el Día de los difuntos.




domingo, 26 de octubre de 2025

Consultar a una meiga

 

Era una tarde de Enero y las calles  brillaban mojadas por una lluvia que al fin había aparecido después de muchos meses de abandono, ahora, resultaban vacías. 
Llovía. No sabíamos situarnos en el lugar que buscábamos aunque teníamos la dirección y alguna otra señal de la casa a la que acudíamos.
 Nos habían dicho que entráramos sin llamar y que era posible que dentro nos encontráramos con gentes rezando. Solo teníamos que preguntar quien era el último que esperaba para consulta y añadirnos a la cola de espera.
La estancia era pequeña, pintada de azul y  sus paredes se adornaban con imágenes religiosas aquí y allá. Había una especie de consola llena de ramos de flores y macetas con plantas diversas. Un mueble esquinero guardaba estampas de santos y dos mazorcas de maíz, reposaban entre las macetas.

Rodeando las paredes unos bancos corridos acompañaban la estancia donde nos sentábamos las personas que esperábamos pacientemente que la meiga, bruja o vidente abriera la puerta y saliese la persona que estuviera dentro para poder sacudirnos el sopor que ya nos invadía.

Al fin, después de un lento y largo silencio, la puerta se abrió para nosotras. Entramos con una mezcla de curiosidad y expectación en una estancia mucho más pequeña. En el medio, se encontraba un asiento, que dominaba la pequeña y extraña estancia donde se sentaba el que quería consultar. En realidad, yo iba de acompañante y no se se como ni de qué manera me encontré sentada allí.

Fue entonces cuando la meiga, colocándose, a mi espalda, inició sus rezos  tocándome de vez en cuando.
Sentía, como sus brazos se cerraban sobre mi, rodeando mi cuerpo.

Quería consultar yo? Acaso un deseo inconsciente me retenía en aquel asiento? El caso es que no me levanté y entonces empecé a escucharla. Nombraba personas conocidas por mí; personas que habían significado mucho en mi vida, que de una u otra manera habían dejado una profunda huella y no siempre amable y muchas veces amarga.

¿Qué hacía yo allí? ¿estaba yo tan desesperada que recurría a alguien que fuese capaz de ver más allá de  lo que a mí me estaba permitido? el caso es que últimamente estaban sucediendo una serie de fenómenos en mi casa de madrugada que se repetían cada noche y resultaban cuando menos inquietantes.

Escuché con atención lo que me decía. Me explicaba lo que estaba ocurriendo en casa, que era lo que provocaba aquellos fenómenos y que debía de hacer para solucionarlos. Eso sí, me advirtió que debía actuar honestamente y con el corazón porque si no no serian efectivos sus consejos.

Salí al exterior, seguía lloviendo y el aire era frio.

¿Sería un sueño?

26 junio 2020









A LUA BRANCA E VERMELLA


 La Luna roja anuncia un nuevo camino de liberación. Representa el fin de un ciclo y el comienzo de otro.

 Históricamente en muchas culturas se interpretaba como un signo amenazante de guerras, muertes de líderes, desastres o castigos divinos; tiene un significado simbólico, asociado a menudo con presagios  o castigos divinos en el pasado, y en el presente con renovación, pasión, cambios o una conexión con lo místico.

Distintas culturas antiguas consideraban que la luna roja augura caos, mala fortuna, conflicto entre los dioses y/o el final de los tiempos.

En contraste, otras culturas y tradiciones espirituales ven la luna roja como un símbolo de renovación profunda, pasión, energía intensa y como un momento que puede abrir portales hacia otros planos espirituales.. Se asocia a menudo con el ciclo de la vida, los cambios y la conexión con lo femenino.



Sin embargo, la luna llena que brilla en el cielo en las noches claras despejada de nubes, es vista como un símbolo de plenitud y prosperidad y las personas piden deseos mientras contemplan su belleza. Siempre ha fascinado a la humanidad, inspirando mitos y leyendas en diversas culturas alrededor del mundo. Desde tiempos antiguos su presencia en el cielo ha sido interpretada de múltiples maneras dando lugar a creencias que reflejan la conexión entre la luna y la vida humana.


Ha sido siempre una fuente constante de inspiración en la literatura y el arte, simbolizando la belleza, el amor y el misterio. Poetas y artistas, a menudo, la utilizan para evocar emociones profundas.

Existe una leyenda del pueblo gitano que nos cuenta como una mujer solicitó ayuda de la luna para que se le correspondiera con un amor prohibido . Respondió la luna a sus plegarias, pero a cambio la mujer debería entregarle el primer niño engendrado.

El bebé nació muy blanco y con los ojos grises, por lo que el padre gitano considerándolo como una deslealtad y traición, asesinó a su mujer y abandonó al recién nacido en el bosque. Al ver esto, la luna , lo tomó bajo su cuidado.




Con su belleza y misterio, sigue siendo un símbolo poderoso que conecta a las personas con sus mitos, creencias y tradiciones. A través de estos, comprobamos como este astro ha influido en la agricultura, la cultura , la salud y el comportamiento humano. Es más que una luz en el cielo: es un reflejo de nuestra humanidad y nuestra búsqueda de significado en el universo.

SIN EMBARGO




Ya nadie mira a la luna,
la luna ya no es de nadie;
ya no la cubren de besos,
ya no la bañan con sangre.


Ni ya le escriben poemas,
ni ya le clavan puñales;
ya no hay tragedias de amores,
ya no hay amor, no hay amantes.

Ya pasa sola la luna,
ya pasa sola, sin nadie;
ya no amontona secretos
ni alumbra sueños, como antes.

¿Adónde fuisteis, poetas,
adónde fuisteis, amantes,
que la dejasteis sin versos,
que sin amor la dejasteis?

Ya no es de nadie, ni es luna,
la luna que ahora nos sale;
porque es un círculo sólo,
y sólo un círculo errante.

Sólo un castillo arrumbado,
sólo un recuerdo distante;
sólo una historia en un libro,
sólo una estatua en un parque.

La luna no será luna
sin corazones que amen;
sin pensamientos que vuelen
y sin poetas que canten.


Y es esa luna, lunero,
la misma luna, no obstante,
que tú metiste en los versos
porque era tuya una parte.

Pero los hombres son otros
y otras las cosas que valen;
y otros los ojos que miran
y otras las formas de amarse.

La luna no será luna,
porque la luna es mirarse:
asesinar con los ojos
hasta el dolor de la sangre.
Del libro El cielo se hizo de amor (1986) 
Mariano Estrada

miércoles, 15 de octubre de 2025

El bosque

Los bosques, lugares milenarios, testigos del mundo y del tiempo son hogar de cientos de especies vegetales y animales. Desde siempre, han servido como fuente de recursos - aparentemente -inagotables para los seres humanos. La desforestación y los desastres derivados de ella han puesto en peligro, de manera implacable, el sustento y la supervivencia de cientos de formas de vida. Entre ellas, la nuestra.


En lo más profundo del bosque, los árboles guardan secretos que parecen susurrar desde otra era. Algunos como estos, muestran rostros tallados por el tiempo, por el musgo y la sombra, como si vigilaran el sendero de los que aún creen en la magia.

Porque hay árboles que no solo crecen...habitan.



Y si te atreves a escucharlos, quizás descubras

que llevan contándote la misma historia: 

que la vida es sagrada y que él respira contigo.

                                                                 

                                                                                                     Los bosques limpian el agua que bebemos, nos protegen de las fuerzas de la naturaleza y su botánica es clave para desarrollar medicamentos que nos salvaran la vida y nos dan, ahora más que nunca, paz y aliento espiritual. 

El aire húmedo del bosque se mezcla con el aroma de nuestros árboles, del musgo, de las hojas secas que  crujen a nuestro paso y, de fondo el sonido del agua que, a través de  los ríos y regatos, se va abriendo paso sinuosamente hasta alcanzar el mar.

Las FRAGAS DO EUME es uno de los bosques mejor conservados de Europa. El río Eume nace en la Sierra do Xistral a 880 m de altura. En su viaje diferentes arroyos van  vertiendo sus aguas para ir engrandeciendo este gran río.

Cuenta la leyenda que con el Eume nacieron dos ríos más en la misma sierra, el Sor y el Landro. Dios prometió que al primero que llegase al mar le daría a un hombre todos los años como ofrenda. Los tres pactaron que recorrerían juntos el camino y llegarían al mismo tiempo. En un lugar, cansados del viaje, decidieron descansar. Uno de ellos despertó primero y traicionándolos emprendió el viaje hacia el océano. El otro, al abrir sus ojos y comprobar que faltaba uno, abandonó el lugar también dejando sólo al Eume. Este, al despertar, enfurecido y embravecido, emprendió el viaje saltando todo lo que se le interpuso en el camino, formando valles y saltos hasta llegar antes que los dos traidores. Estos, quedaron relegados a simples afluentes y así hasta la construcción de los embalses, el Eume, todos los años se llevaba la vida de algún hombre debido a la bravura de sus aguas.

miércoles, 19 de marzo de 2025

EL INVIERNO

Llueve y la lluvia golpea los cristales con fuerza, llamando como para que le abran la puerta. La oscuridad no hace nada que ha invadido el valle y ha atrapado al sueño en su propio silencio y, afuera, se oye un lamento colarse entre las abiertas heridas de la casa vieja. Los faroles parpadean asustados ante la naturaleza que reclama y a gritos viene a realizar su penoso trabajo.
Es la danza del invierno que llama, que llega y despierta con rudeza la naturaleza haciendo que toda ella se agite.
Ruge, ruge cuando viene bajando el sendero azotando todo lo que encuentra a su paso. Las hojas mojadas por la lluvia que descansaban al fin para fertilizar la tierra, se ven arremolinadas y asustadas en un rincón del camino no sabiendo muy bien hacia donde dirigirse. Se sabe fuerte, poderoso: es arrogante, es orgulloso. Es el rey. Ante él, todas las fuerzas de la naturaleza se inclinan, mientras pasa arrogante y adusto por entre valles y mares, por entre pueblos y ciudades y todos ante él, ante su poder y su fuerza se esconden en sus casas, temerosos, esperando que abandone el lugar.     
Cuando hay temporal, el mar se agita levantando inmensas olas y, en el valle, los eucaliptos danzan al oír el silbido del viento. Se doblan, se descarnan, se desnudan de sus ramas heladas de invierno, mudan su corteza que el viento arranca a mordiscos mientras la lluvia arrecia  sin piedad.

SIN EMBARGO
                                                                                   

    "La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
                                                                                          algo de soñolencia resignada y amable,
                                                                                          una música humilde se despierta con ella
   
                                                                                   que hace vibrar el alma dormida del paisaje."
                                                                   Federico García Lorca



Hay una lluvia violenta; también una lluvia mansa y dulce que penetra sin lastimar la tierra, una lluvia que no se siente hasta que alcanza el ser más profundo de las cosas, una lluvia menuda que danzando se la lleva el viento. 
Orballo es melancolía, es agua leve y persistente. Si es más fina se llama "poalla", como polvo de agua, pero también puede llover a "caldeiros." Eso es mucho, muchísimo.
La morriña es como la saudade y aunque se diga en diminutivo esconde una melancolía atroz. Morriña por la vida en la aldea, por los afectos, por el paisaje gallego de montañas suaves,  por la dulzura del idioma, por el sonido de la gaita, por el orballo si no aparece, o por el contrario si aparece el orballo.
Da intimidad y silencio a las almas.

  
Abajo, en el valle, la niebla otorga al bosque la virtud de un silencio extremo y lo sepulta en capas de tiempo, mientras en las cimas de los montes, el día está luminoso y fresco.
Los mirlos y las pegas, levantan el vuelo a nuestro lado mientras la niebla sigue envolviéndolo todo, llenándolo de misterio.

Y, es que, ¡CHISSSS!,el invierno se va.



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