Históricamente en muchas culturas se interpretaba como un signo amenazante de guerras, muertes de líderes, desastres o castigos divinos; tiene un significado simbólico, asociado a menudo con presagios o castigos divinos en el pasado, y en el presente con renovación, pasión, cambios o una conexión con lo místico.
Distintas culturas antiguas consideraban que la luna roja augura caos, mala fortuna, conflicto entre los dioses y/o el final de los tiempos.
En contraste, otras culturas y tradiciones espirituales ven la luna roja como un símbolo de renovación profunda, pasión, energía intensa y como un momento que puede abrir portales hacia otros planos espirituales.. Se asocia a menudo con el ciclo de la vida, los cambios y la conexión con lo femenino.
Ha sido siempre una fuente constante de inspiración en la literatura y el arte, simbolizando la belleza, el amor y el misterio. Poetas y artistas, a menudo, la utilizan para evocar emociones profundas.
Existe una leyenda del pueblo gitano que nos cuenta como una mujer solicitó ayuda de la luna para que se le correspondiera con un amor prohibido . Respondió la luna a sus plegarias, pero a cambio la mujer debería entregarle el primer niño engendrado.
El bebé nació muy blanco y con los ojos grises, por lo que el padre gitano considerándolo como una deslealtad y traición, asesinó a su mujer y abandonó al recién nacido en el bosque. Al ver esto, la luna , lo tomó bajo su cuidado.
Con su belleza y misterio, sigue siendo un símbolo poderoso que conecta a las personas con sus mitos, creencias y tradiciones. A través de estos, comprobamos como este astro ha influido en la agricultura, la cultura , la salud y el comportamiento humano. Es más que una luz en el cielo: es un reflejo de nuestra humanidad y nuestra búsqueda de significado en el universo.
SIN EMBARGO

Ya nadie mira a la luna,
la luna ya no es de nadie;
ya no la cubren de besos,
ya no la bañan con sangre.
Ni ya le escriben poemas,
ni ya le clavan puñales;
ya no hay tragedias de amores,
ya no hay amor, no hay amantes.
Ya pasa sola la luna,
ya pasa sola, sin nadie;
ya no amontona secretos
ni alumbra sueños, como antes.
¿Adónde fuisteis, poetas,
adónde fuisteis, amantes,
que la dejasteis sin versos,
que sin amor la dejasteis?
Ya no es de nadie, ni es luna,
la luna que ahora nos sale;
porque es un círculo sólo,
y sólo un círculo errante.
Sólo un castillo arrumbado,
sólo un recuerdo distante;
sólo una historia en un libro,
sólo una estatua en un parque.
La luna no será luna
sin corazones que amen;
sin pensamientos que vuelen
y sin poetas que canten.
Y es esa luna, lunero,
la misma luna, no obstante,
que tú metiste en los versos
porque era tuya una parte.
Pero los hombres son otros
y otras las cosas que valen;
y otros los ojos que miran
y otras las formas de amarse.
La luna no será luna,
porque la luna es mirarse:
asesinar con los ojos
hasta el dolor de la sangre.
Del libro El cielo se hizo de amor (1986)
Mariano Estrada

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