Bertolt Brech
La Revuelta Irmandiña fue una revuelta social que tuvo lugar en Galicia entre 1467 y 1469 y con seguridad fue la revuelta europea más importante de todo el siglo XV.
Fue una revuelta como reacción a un sentimiento acumulado de agravios por los daños que el pueblo recibía de los nobles.
Llegaron a destruir más de 100 castillos y finalmente fueron derrotados por las tropas feudales equipadas y ayudadas por el arzobispo de Santiago y los reyes de Castilla y Portugal
Los dos últimos siglos de la Edad Media fueron tiempos difíciles para todos, tiempos muy convulsos con muchas revueltas, tanto nobiliarias como campesinas. Sus causas: problemas sociales, demográficos y económicos.
Antiguos campesinos libres se vieron obligados a servir como vasallos de diferentes señores.
El campesino tenía una serie de derechos: solía recibir una casa, unas tierras para cultivar y el acceso a los montes de pastoreo. Las tierras recibidas no podían ser divididas y debían dejarse en herencia de forma íntegra a uno de sus hijos y, el señor por su parte estaba obligado a continuar esta relación con los descendientes del siervo.
Las obligaciones del vasallo era pagar a su amo un tercio de la cosecha en especie y otra parte en metálico por el uso de la casa y las tierras. Además deberían trabajar un número de días al año en las tierras del señor y pagar los diezmos en Enero, Abril y Mayo, entre otras cargas. Por tanto el vasallo apenas tenía recursos y necesitaba endeudarse para salir adelante.
Muchos impuestos se pagaban tanto a señores laicos como eclesiásticos. En Santiago por ejemplo se pagaba la gaudiosa, impuesto por el nacimiento de un hijo y en el dominio de los laicos se podía pagar el fonsado para no tener que ir a la guerra.
Con la entrada del siglo XV los problemas se acentuan. La población de Galicia es muy elevada y tiene problemas para alimentarse ya que sólo se cultivaba entre un 10 o un 12% del total del territorio pues los nobles se negaban a roturar más tierras para cultivar y los campesinos no podían dividirla entre sus hijos, de tal manera que aquellos que no heredaban se quedaban en el hogar familiar.
Irmandiños cuyo significado en gallego es "hermanados" es el nombre que recibieron a principios del siglo XX, los miembros de la Santa Hermandad del Reino de Galicia.
Las Hermandades eran organizaciones de defensa y protección pagadas por las asambleas de vecinos de los territorios que la formaban.
Las Hermandades eran organizaciones de defensa y protección pagadas por las asambleas de vecinos de los territorios que la formaban.
Se considera que en siglo XV, existieron dos revueltas Irmandiñas: una de carácter local - "La Irmandade Fusquenlla" - y otra posterior más generalizada conocida como la gran "Guerra Irmandiña".
Tras la gran crisis del siglo XV que Galicia sufrió al igual que en otras partes de Europa. Muchos campos se quedaron sin cultivar porque multitud de campesinos perecieron de peste Negra.
A pesar de la crisis, los señores quisieron mantener el mismo nivel de rentas que antes y ello motivó que una serie de conflictos sociales se agudizaran todavía más.
La creación de las Hermandades se venía fraguando desde hacía tiempo. En 1465, los representantes de los irmandiños que se estaban organizando, comenzaron a realizar viajes a Castilla para entrevistarse con el rey. El apoyo del rey a la Hermandad es algo que no está muy claro, no obstante existe un texto del Rey de 1467 autorizando el derribo de fortalezas por los irmandiños. Se financiaban económicamente de sus propios miembros y de donaciones de nobles simpatizantes. El bajo clero confraternizó con los irmandiños y fueron un apoyo vital para la Hermandad.
Durante la revuelta, no atacaron las iglesias ni los monasterios, aunque si fortalezas y castillos episcopales, símbolos del dominio feudal.
Al acabar la contienda, parecía que la represión iba a ser fuerte, sin embargo, los nobles se contentaron con la restitución de sus fortalezas y el restablecimiento del orden.Durante la revuelta, no atacaron las iglesias ni los monasterios, aunque si fortalezas y castillos episcopales, símbolos del dominio feudal.
A pesar de todo, la paz no llegó a Galicia, puesto que las guerras civiles del reino de Castilla estaban acabando y pronto iba a llegar el estado de los reyes Católicos, impuesto en Galicia por la fuerza de las armas, sin embargo la revuelta irmandiña había acabado definitivamente.
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