. Según la tradición, la barca entraría por la ría remontando el río
.
La llaman
Ruta Traslatio, Ruta Jacobea ;Marítimo fluvial, Camino del Mar de Arousa y Ulla... en cualquier caso todas estas denominaciones se refieren a la desembocadura de
Ulla en el fondo de la
Ría de Arousa y al tramo final del río enlazando el tramo final del camino portugués.
Las 40 millas naúticas y los 26 kilómetros que distan entre
Puentecesures y Santiago no son suficiente acreditación para obtener el diploma oficial del peregrino; así que como en los demás caminos, para obtener la Compostela, es necesario realizar, a pie o a caballo, los últimos 100 kilómetros.
Esta no es una ruta fluvial cualquiera, sino que, según cuanta la leyendas, fue la que siguió la milagrosa barca de piedra en la que sus dos discípulos predilectos trasladaron los restos del Apóstol Santiago desde Palestina a
Iria Flavia ( Padrón), en el río
Sar de camino a Compostela.
En esta ruta se encuentra el único Vía Crucis marítimo del mundo que está formado por 17
cruceiros, casi todos situados en el fondo de la ría y las dos riberas del
Ulla.
Los siglos IX- XI se caracterizan por un período de constantes y devastadores ataques vikingos a las costas Atlánticas de Europa, y aquí en el río Ulla nos encontramos, nada más adentrarnos en sus aguas, las
Torres del Oeste de Catoira, símbolo de la fuerte resistencia de los gallegos a las continuas incursiones vikingas cuyo fin no era otro que apoderarse de los tesoros de la Catedral de Santiago, por lo que para impedir su paso por este acceso marítimo fluvial a las cercanías de Santiago, se levantaron las
Torres del Oeste.
Originariamente fueron siete torres enclavadas en ambas orillas del río, pero en la actualidad, solo los restos de dos de ellas se mantienen en pie, junto con una pequeña capilla dedicada a Santiago.
La ruta del mar de
Arousa y el río Ulla es una ruta del Camino de Santiago que rememora las últimas millas navegadas por los restos del Santo hasta su desembarco en Padrón y desde allí completa por tierra los casi 25 kilómetros restantes hasta la capital compostelana, un trecho muy llevadero para recorrer en una solo jornada.
Los puertos de
Ribeira y O grove flanquean la entrada a la más extensa de las rías gallegas, por eso habrían sido los primeros en avistar la llegada de la nave apostólica, que todavía tendría por delante unas 40 millas náuticas hasta tocar tierra en la antigua I
ria Flavia, en el desaparecido puerto de
Murgadán, donde versa:
Huic fuit corpus Beati Iacobi ( aquí llegó el cuerpo del Apóstol Santiago).
La
Ría de Arousa esconde parajes únicos, de significación especial por su pasado memorable, vigilado por las sempiternas y emblemáticas
Torres de Catoira, testigos de episodios bélicos como la invasión vikinga.
El camino de santiago por la costa de
Galicia es desde hace ya unos años, recorrido de peregrinos, creyentes, o simplemente curiosos que acuden a la llamada del
Ápostol Santiago, cuyos restos descansan bajo la catedral de
Compostela.
La travesía inevitablemente se tiene que hacer en barco, y durante el trayecto se recrea la llegada a
Galicia de los restos del Ápostol por mar desde Palestina en el lejano año 44 d.C. Toda una aventura que se denominó
"Translatio" realizada por una barca que transportó los restos del Ápostol surcando todo el Mediterráneo y parte del Atlántico hasta llegar a la
Ría de Arosa, puerta de entrada para llegar hasta entonces la ciudad romana de Iría
Flavia (Padrón ). Dicho puerto era el punto navegable más cercano a
Compostela.
La hora de partida la marca la marea, pues hay que aprovechar la franja más alta del nivel del mar, cuyos cambios de desnivel o bajadas del agua afectan sobre todo a la parte fluvial.
Tras pasar la isla de
Cortegada, la ría empieza a estrecharse y el agua salobre se mezcla con el caudal dulce del río
Ulla.
El paisaje cambia rápidamente según se remonta el río; las aguas se calman aún más que en la tranquila ría y las orillas modifican sus formas de roca y arenal costero por increíbles tapices de flora fluvial y según se va subiendo por el río, en las esquinas aparecen más
cruceiros por los costados de la ribera.
A medio curso de la ruta del río aparece uno de los lugares más emblemáticos de este tramo del caudaloso
Ulla: la ciudad de
Catoira.
Junto al puente que sortea el caudal se alzan aún restos de lo que en el siglo IX fue una fortaleza y cuyas últimas piedras que quedan en pie se conocen como
Torres del Oeste.
Y tras unas millas de navegación se llega al puerto de
Puentecesures, final de esta ruta.
El barco no se detiene, se limita a dar un giro a la popa para volver de nuevo camino hacia la ría.
Volvemos al puerto de
Cambados cuando ya comienza a atardecer por el oeste y tanto los parajes fluviales como el mar cambian de tonalidad serenando el alma.