martes, 30 de junio de 2020

Un viejo corazón

Hoy toca hacer limpieza  a fondo en el corazón. Tengo que reconocer que últimamente lo tengo bastante abandonado. Bastantes sueños que creí caducados hace tiempo, llaman a mi puerta con insistencia y yo no tengo ganas de abrirles.

Llevan aquí media vida olvidados en un rincón y sé que los he guardado durante más tiempo del necesario y sin embargo, como siempre me pasa, me cuesta deshacerme de ellos, por si me sirven alguna vez, ¡me digo!. Pero cuando me doy una vuelta por aquí, la nostalgia me lleva de la mano y con cuidado voy  desempolvando aquellos sueños que no por ser  antiguos, sé, lo sé,  no han quedado olvidados

He entrado a buscar un sueño y me he encontrado con un corazón cansado y también triste y apagado,  con recuerdos igual de tristes que llenan las estanterías, con desengaños arrumbados  que no dejan espacio para nada nuevo.

Así que he quitado esas cortinas hechas con tela de desánimo y derrotas que no dejan pasar la luz y voy a poner visillos, finos, transparentes, porque quiero llenar de luz este trastero llamado corazón
  He decidido abrir la ventana y dejar que entre la luz y el aire. Volveré mañana con el cesto del olvido y lo llenaré de cosas con colores nuevos.






jueves, 25 de junio de 2020

Santuario do Corpiño

Las Leyendas, igual que los mitos, casi siempre tienen un fondo de verdad; una verdad que las hizo nacer y desarrollarse. Buena parte de la historia está hecha de tradiciones orales y a ellas, hay que recurrir cuando se pretende hurgar en su origen.
En el corazón de Galicia, en las tierras por las que discurre el río que da nombre a esta comarca, el Deza, está ubicado, el actual Santuario de Nuestra Señora de O Corpiño, en la falda del monte Carrio.

Miles de gallegos, procedentes en su mayoría del medio rural, acuden los días 23 y 24 de junio al santuario de la Virgen de O Corpiño, a quince Km de Lalín, para curarse de los males más temidos por el pueblo gallego: el meigallo o embrujamiento, que ha llevado a quien lo padece a sufrir serias enfermedades, incluso a volverse loco. Se  le atribuye fama de curar enfermedades del alma como mal de ojo, depresiones, embrujos o  posesiones de espíritus malignos.

En el santuario gritan, babean, escupen, muerden, gimen y blasfeman, hasta que consiguen arrojar de su cuerpo al demonio.
La romería de O Corpiño, no es la única de estas características que se celebra en Galicia.  Existen cientos de lugares a los que se acude para ahuyentar a los demonios, pero, quizás, ninguno goza de la popularidad y devoción de esta que la ha llevado a convertirse en una de las manifestaciones religioso-profano-económicas más importantes del país. Se va buscando preferentemente, que el milagro aleje al demonio, aunque la fama del santuario es tan grande que en él puede encontrarse el remedio a cualquier mal.

Se cree que esta virgen ejerce poderes sobrenaturales sobre los que padecen trastornos mentales o cualquier otra dolencia, por eso miles de personas acuden cada año buscando que el milagro aleje  el   meigallo de su cuerpo. Participan en lo que se ha llamado una terapia de grupo, protagonizando escenas que van desde lo divertido a lo trágico, en medio de un ambiente de gran tensión, misterio y devoción.
Los enfermos gritan histéricamente resistiéndose a entrar en el templo, porque la tradición asegura. que gritando, maldiciendo y resistiéndose, desaparecen todos los males.
El griterío de los que acuden a remediar sus enfermedades, se confunde con la música de los últimos éxitos de Julio Iglesias, Bertín Osborne, Ana Kiro, que llegan de los puestos de feria próximos, en los que se ofrecen desde castañas contra la envidia, escapularios y estampitas, a pan, pasando por pulpo y cerezas, con las oraciones que a través de la megafonía llegan desde el interior del templo.

La puesta en escena, antiguamente era mucho más histriónica, en la actualidad el momento de mayor devoción se produce cuando la Virgen de O Corpiño es sacada a hombros para la procesión.
Un griterío ensordecedor inunda el lugar, al tiempo que empujones y codazos ayudan a encontrar un lugar privilegiado, pues hay que conseguir que la imagen sea pasada por encima del enfermo que agachado o tumbado intentará tocar su manto. Los lamentos y gritos se reproducen de tal forma que no consiguen ser apagados por el repique de las campanas y la música de la banda que figura al frente de la marcha. La conmoción es general mientras dura la procesión y, solo cuando la Virgen ha vuelto al templo, retorna la calma. Es, entonces, cuando llega el momento de volver a casa o de sumarse a la fiesta organizada por los mozos del lugar. 

domingo, 14 de junio de 2020

Himno del antiguo reino de galicia

El paisaje medieval gallego estuvo siempre dominado por el Castro, que fue, en definitiva, el comienzo de la vida organizada cuando Galicia estaba solo habitada por tribus galaicas.
Sobre los castros se elvaron torres, fortalezas y castillos medievales y, a la sombra de estos nacieron las pequeñas "leiras"; parcelas de tierra cultivada que hicieron posible la vida campesina.


La Edad Media transforma a Galicia; sobre ella, se alzan los señores feudales, absolutos dueños de provincias enteras. Son los Andrade, los Lemos, Pedro Madruga, los Altamira, los Trastámara... Se dedican a la caza, especialmente del jabalí y por supuesto a la guerra.

En esta época se agiganta la leyenda de Santiago Apóstol, entre la leyenda y la devoción se abren los caminos que desde Europa, atravesando las más altas montañas, llegan a Compostela. Llegan miles de peregrinos y así surgen los grandes monasterios, que serán los centros culturales de los días medievales de Galicia. Luego, los "Irmandiños" fuerzan la decadencia feudal y con su revolución se destruyen fortalezas desde las que se cometían todo tipo de atropellos contra campesinos indefensos y marineros .

 El antiguo reino de Galicia perduró a lo largo de 1400 años y jugó un relevante papel en algunos de los aspectos más sobresalientes de la historia de España, como por ejemplo, en La Reconquista con la expulsión de los árabes.La Edad Media fue, sin duda, una época de gran esplendor para el país.  Galicia fue el primer reino de Europa. Existió ya desde el siglo V y abarcaba desde el río Duero, hasta Cantabria y León. Ya la integración de Asturias en el reino de Galicia, se produce en el reinado de Alfonso I y  Ramiro I  en el siglo IX.
Uno de los aspectos determinantes para la consolidación del reino, fue la noticia del descubrimiento del sepulcro del apóstol en el monte Libredón y el papel que desempeñan las sedes episcopales y los monasterios.
A finales del siglo IX Alfonso III pretende mantener las tierras de Galicia bajo control mediante los nombramientos de herederos de la casa real para su gobierno, pero estas medidas no calmaron los conflictos entre los nobles gallegos y los monarcas astur-leoneses.
 
El reinado de Alfonso VI fue de vital importancia porque impuso las peregrinaciones a Santiago, aunque el culto al apóstol había comenzado mucho tiempo atrás. Es en este momento cuando Galicia pasa a tener su configuración actual y se inicia una de las etapas más brillantes de su historia.
 
Entrando ya en el siglo XIII la urbanización de Galicia comienza alrededor de dos ejes fundamentales: el camino de Santiago y la ruta de la costa permitiendo así la creación de núcleos comerciales gracias a las vías xacobeas  que permiten la creación de núcleos comerciales.
 
 Nacen poblaciones como Arzúa, Melide o Portomarín. Y puertos estratégicos como A Guarda, Noia, Baiona, Vigo, Muros,  Coruña, Betanzos o Viveiro
 
Este fenómeno urbano revitaliza ciudades episcopales como: Lugo, Ourense, Mondoñedo y Tui, a las que se suman Santiago, A Coruña y Betanzos como las siete capitales del reino de Galicia. Durante estos años las ciudades viven su época dorada.
 
Pero después de largas etapas de desarrollo cultural, social y económico el siglo XIV viene acompañado de hambruna, peste y miseria. Los conflictos entre la nobleza tuvieron consecuencia para toda la sociedad hasta el inevitable estallido de la Revolución Irmandiña en 1467.

En realidad el reino de Galicia existió durante catorce siglos.

lunes, 20 de abril de 2020

Toca silencio

Desde algún lugar una campana deja oír su tañido como un largo lamento, faros sonoros que han acompañado a caminantes, peregrinos y habitantes de pueblos y aldeas.


Chis...silencio..No hagas ruido
¿No lo oyes? Es la caracola del tiempo
el tic tac asesino de la vida.
Es el viento de la muerte que sopla
y te lleva sin remordimientos.


En medio de tanto parloteo, de  tanta información, de tantos ruidos y sonidos que hacen parte del ambiente, se hace obligatoria una pausa en el camino para que entre el silencio.

 Y aún así, hay silencios que gritan, que duelen, que hieren y yo vago, como un fantoche, como alma en pena, como sombra sin ruido, como un  clamor desolado.

Y luego, llega el silencio, el silencio que apaga el brillo de las hojas, el silencio que hace que se escuche el titilar de las estrellas, parece que el aire se ausenta y apenas, muy apenas, se oyen los rumores del alma.
Están demasiado calladas, demasiado silenciosas, deberían tocar y tañer en un largo lamento que inundara calles, pueblos, prados y valles.
Nos hemos quedado demasiado huérfanos de ternura, de sabiduría, de templanza, de complicidad.
Se han ido, han dejado que se fueran sin despedirlos si quiera, aquellos  de mirada cansada, tierna, amorosa, en donde podíamos refugiarnos de la vida.
Dicen que los abuelos nunca mueren, se vuelven invisibles y duermen para siempre en nuestro corazón.

martes, 31 de marzo de 2020

Ser un niño de montaña

Ahora que se ha ido el invierno hay que volver otra vez a la gran montaña por la que discurren los cauces de los ríos capaces de crear los valles que dividen los dientes de la sierra para ver un paisaje diferente y para ver los misterios que se esconden en pequeños lugares desconocidos para el viajero común.


Lo mejor de la niñez siempre han sido los cuentos; cuentos escuchados de labios de los abuelos capaces de llevarte por lugares desconocidos y llenos de misterios.
La fortuna de escuchar historias y leyendas, al pie del fuego de una lareira, en una casa de esas con techo de pizarra que parecen colgarse en las laderas por las que trepan cien bosques diferentes, impregnará todos los recuerdos de una infancia feliz.
Cuando en aquel invierno  se me ocurrió pensar en lo fácil que hubiera sido  mi vida aquí, en este lugar al que no llegan los malos y la naturaleza contagia el bien al prójimo cercano, pensé que si hubiera sido un niño de aldea y crecido  como esos jóvenes no hubiera llegado a ser lo que ahora soy: cascarrabias, guerrillera sin ejército contra abusos, maltratos y crímenes de esta humanidad que se cometen cada día de nuestra cómoda existencia.

Tampoco me indignaría el mero avance del telediario y para nada me importarían eso politiqueiros que solo se preocupan de si mismos, montando repúblicas imposibles, elaborando presupuestos mal repartidos, haciendo pactos con el diablo o robando todo el dinero posible que pasa por sus manos.

Soy una egoísta que le hubiera gustado vivir esa grandiosidad habitada por unos pocos, junto al viejo perro de mirada fiel, junto al ganado harto de sabrosa hierba y los otros animales que  esconden su libertad en el bosque magnífico en el que crecen fantásticos árboles de origen incierto.

¿Despreciarías tú la oportunidad de escuchar el silencio del amanecer, solo interrumpido por canciones de pájaros, o el de los atardeceres, cuando únicamente se escuchan aullidos de lobo y graznidos de águila?

Pues yo no. Por eso he venido a pisar los caminos y a escuchar las historias que contaban los abuelos, sentados sobre la roca granítica que toca el suelo y recibiendo de cara el viento libre que curte los rostros.

Me contaron leyendas de hombres que enterraron vivos, de reinas que nunca reinaron en este mundo, de ángeles que liberaron a los cristianos del cautiverio romano...

Literatura popular, en suma, de profunda tradición oral en las familiares noches de los bellos inviernos de nieve y calma.

lunes, 2 de marzo de 2020

Esto es Galicia

     
                                   Soledad de ausencias, silencios de granito, murmullos de agua, sombras de carballeiras, susurros del viento, repiqueteo  de lluvia, siempre incansable, aroma de pinos, ulular de búhos en la noche.
Castillos, leyendas, meigas, magias y exorcismos. Morriñas, bosques encantados, alboradas y muiñeiras, romerías y santuarios.

 La luna llena en el cielo estrellado, la niebla y sus jirones de algodón, el estruendo del mar batiéndose contra las rocas, su color, su aroma de sal, su llamada.
Escolleras, puertos abrigados en temporales, mujeres valientes de sal y de mar, hombres fuertes y generosos.
Tierras verdes, acantilados inmensos e intensos donde perder la vista en horizontes y sueños.

El océano Atlántico y el mar Cantábrico, juntos conforman el gran paisaje marino de este país: el del horizonte perdido en el infinito.

 El océano construye un mar de arena y el mar un océano de rocas esculpidas por las olas. Cuando calienta el sol, océano y mar reposan sobre el lomo arenoso de la playa interminable y acarician con suavidad la piedra salada para que irradie el blanco de espuma.





lunes, 17 de febrero de 2020

O entroido



"O Entroido" quiere significar, desde siempre, la vuelta del mundo al revés, la subversión, la ruptura de las convenciones sociales y el cambio de roles. Es celebrado en toda Europa desde épocas desconocidas. No se sabe con certeza cual es su origen, algunos piensan que viene de tradición celta, otros, en cambio, afirman que los comienzos de esta fiesta, se pueden encontrar en la adoración de Baco.


La tradición del Carnaval en Galicia se remonta a  siglos atrás, ya en el siglo XVIII hay documentos que recogen la celebración del Entroido en varios municipios gallegos, siendo Orense una de las provincias que demuestra mayor pasión y amor por estas fiestas y fue una de las pocas comunidades de España que continuó celebrándolos a pesar de su prohibición en la época de la dictadura, aunque de dos maneras bien distintas.
 
En la zona rural se celebraron en las aldeas, conservando así su riqueza cultural, mientras que en las urbanas se redujo únicamente a bailes de disfraces en sedes sociales.
Cualquiera puede participar en la fiesta, sólo hay un requisito: acudir disfrazado, de lo que sea, pero disfrazado, de lo contrario, acudir a la fiesta sin disfraz es extremadamente arriesgado, ya que los paisanos valoran la participación, particularmente en la provincia de Orense.
 
Los posibles castigos varían según la localidad y sus costumbres, van desde unos latigazos o porrazos o que le arrojen harina sola o harina mezclada  con hormigas hambrientas, rociadas con vinagre para excitarlas al máximo o se pasa por hacerle invitar al que no se disfraza a una ronda de vinos a los que si se disfrazan. Es la ley.
 
 Hay también otra ley que se cumple a rajatabla: la de los banquetes gastronómicos. Porque en Galicia O Entroido se acompaña siempre de buena mesa. Una cocina de suculentos platos, perfecta para reparar fuerzas que tiene como protagonista el cerdo y sus acompañantes los grelos, patatas, los garbanzos y de postre, "filloas"," orellas", "bica" y de remate un buen "licor café". El mejor del mundo.
 
El calendario del entroido varía dentro de las diferentes villas de Galicia, llegando en algunos casos, en la Galicia interior, a tener una duración de quince días, o incluso de más de un mes.
 
Galicia celebró y celebra el entroido porque constituye una auténtica expresión del sentir popular, es una fiesta llena símbolos, colorido, ceremonias rituales, disfraces y abundante comida. a pesar de la gran irritación que causaba en los poderes eclesiásticos y públicos que intentaron integrarla dentro de los esquemas que limitan las llamadas fiestas sociales, sin éxito.
 
 
El carnaval es, sin duda, la expresión festiva más rica de toda la cultura popular gallega. En torno a ella se desarrollan canciones, danzas, disfraces y máscaras de origen ancestral bajo las que el gallego habla de quien dio que hablar, critica a quien lo presiona, arremete contra el cacique  y denuncia a quien abusó de su poder y autoridad. Es el momento en el que el pueblo se burla de los poderosos e incluso de sí mismo por soportarlos.
 
Tras varios días de fiesta, de bailes, cantos, símbolos, ceremonias rituales, disfraces y comida, finalizan los carnavales con la muerte del entroido y la lectura de su testamento .- que recibe el nombre de sermón- en el que se relatan los sucesos de la localidad, se reprueba y se maldicen sin piedad las lacras sociales y se critican los defectos de las autoridades y representantes de la comunidad

 

 


 

domingo, 9 de febrero de 2020

Meigas


Dicen que habelas, hailas, la cuestión es donde buscar y encontrar a las verdaderas brujas, las mujeres sabias, las conocedoras. No son tan habituales, ni tan siquiera tienen que leer las cartas.
La bruja de antaño era la auxiliadora, la médica, la que permanentemente se hallaba unida a la naturaleza. En ocasiones, también la hacedora de magia, pero no viéndola como algo sobrenatural, sino como parte de la naturaleza.Pero,¿donde encontrarlas?
Es seguro que siempre será fuera del mundanal ruido de la actual sociedad y aún cuando viva en ella, siempre le será necesario el contacto con la naturaleza y con sus raíces. No, no es tan fácil encontrara a una verdadera Meiga.

Galicia ancestral, cuna de la magia, cuna de misterios y de meigas, una tierra que bien merece ser visitada donde la belleza está por todas partes, esa belleza que te hace sentir tantas y tantas cosas buenas.
Hay hechos, leyendas y tradiciones de las que hay muy poco escrito. En realidad, los verdaderos secretos de las meigas no están plasmados en las hojas de los libros y su saber se transmite de boca en boca. Pero desgraciadamente no hay meigas jóvenes. 

Cada vez son menos quienes continúan con la labor de la meiga de antaño, ya que la bruja verdadera viene de generaciones pasadas y se transmite en los genes; en última instancia deberá ser la mujer la que decida dedicar su vida a ser meiga o declinará tal labor y don.
La propia sociedad en la que vivimos no propicia a la meiga y muchas son las que han huido de estas tierras, que llevadas por la avaricia montan consultas esotéricas, realizando predicciones con mayor o menor acierto, pero olvidando su verdadera esencia.
La verdadera meiga siempre ha sido y continúa siendo fiel a sus creencias sintiendo que lo que algunos denominan sobrenatural, en realidad está muy presente y nos envuelve. Ella lo sabe y lo usa en su beneficio, pero sobre todo, en beneficio de las personas que, incluso ni siquiera conoce.

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