lunes, 13 de febrero de 2017

Roi Xordo: Irmandiño valiente. Segunda parte


"Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino"
Victor Frankl
Está claro que los gallegos en aquel momento histórico decidieron coger las riendas de ese destino y combatir por su dignidad. Durante los dos años que duraron las hostilidades, más de 140 fortalezas y castillos fueron devastados hasta los cimientos.
En el año 1467, por primavera, una gran revuelta se gestaba en la Galicia profundamente rural. Un cúmulo de agravios que tenían postrado al campesinado, se transformó en una insurrección. La sociedad gallega estaba hastiada de las injusticias cometidas por la aristocracia local.
Los Irmandiños tomaron el gobierno de Galicia entre 1467 y 1469 dando una enorme dignidad a un pueblo casi siempre olvidado por el poder central y con frecuencia abandonado a su suerte.
Impuestos desorbitados, abusos contra la población, expolio permanente de sus escasos recursos, manifiesta indefensión ante la nobleza local y un vasallaje más parecido al esclavismo que a  cualquier otra relación, explotan en Galicia.
Eran pescadores, labradores, artesanos aunque, también, había entre ellos grupos de milicianos con experiencia militar pero debido a lo accidentado del terreno su área de intervención era reducida.
Sustancialmente, la Revuelta Irmandiña, estaba definida como una lucha entre los señores y los vasallos y tenía como objetivo principal no pagar rentas ni cumplir con los costosísimos servicios feudales, comenzando por las obligaciones militares.
La Santa hermandad devolvió la mayoría de los bienes confiscados por la nobleza laica a sus originales propietarios. De hecho gran cantidad de clérigos no solamente confraternizaban con los sublevados, sino que directamente se enrolaban también para la lucha.
La Revuelta Irmandiña no fue más que el reflejo del fracaso de una clase dirigente que trataba como ganado a sus vasallos.

Roi Xordo, fue un hidalgo medieval de la tierra de la  casa de Andrade, que en 1431 lideró "A Irmandade Fusquenlla"en su revuelta contra el señor Nuno Freire de Andrade, apodado "El Malo", en la que sería la primera revuelta irmandiña.
Se opuso al poder feudal y no temió alzar la voz en defensa de la libertad.
Se sabe poco de Roi Xordo, unos dicen que era de Ferrol y otros coruñés.

Información Personal :
Nombre: Roi Xordo
Nacimiento: lugar desconocido
Fallecimiento: 1437 en Puentedume. Galicia. España
Familia Nobiliaria: Andrade
Ocupación : Noble                            Castillo de Moeche

 Lideró una fuerza de 3000 hombres tomando el castillo de Moeche y después atacó otras fortalezas en Puentedeume, Monforte de Lemos y Santiago de Compostela hasta su supuesta muerte en combate en Puentedeume en 1437, cuando fue derrotada la Irmandade.

Un dominio de terror se extendía a mediados del S.XV por tierras de los Andrade, llegando al máximo cuando el título recayó en Nuño Freire. Uno de los déspotas más implacables de Galicia en los primeros años del Siglo XV. Sus vasallos eran continuamente maltratados, asesinados, saqueados en la más absoluta impunidad . Tal era su crueldad que a este último señor feudal lo apodaron con el mote de "O Mao" (El Malo)
Esta situación era especialmente dura en la zona de Ferrol, allí las torturas y las ejecuciones eran diarias. Ante tanta injusticia surgió un personaje conocido como Roi Xordo, que según parece pertenecía a la hidalguía de la zona e intentó poner un poco de orden ante tantos abusos  produciéndose así el llamando levantamiento popular de la Irmandade Fusquenlla.
El hidalgo Roi Xordo pone de acuerdo a líderes de las localidades del Señorío, así como a muchos campesinos que por primera vez participan en un levantamiento conjunto de campesinos y villanos.
Miles de personas del territorio  comprendido por A Coruña, Pontedeume, Villalba y Ferrol se unen en la Hermandad Irmandiña Fusquenlla para deshacerse de su señor: Nuño Freire, "El Malo"
Unos diez mil vasallos armados, la mayoría de ellos, con palos y hoces se dedicaron a destruir viñas, huertas y casas fuertes de los Andrade.
En 1431 se dirigen hacia la fortaleza en la que se había resguardado "O Mao". Asustado y desbordado por la situación se marcha a Compostela buscando la protección del arzobispo que, a su vez, también se ve desbordado por la situación e intenta negociar. El ejército irmandiño no se doblega y decide marchar sobre Compostela.
Pero los soldados en la ciudad Compostelana son profesionales y rompen el asedio de los vasallos que se reagrupan a posteriori con intención de atacar a "O Mao" que se refugia en su fortaleza de Ponferrada donde recibe ayuda desde Compostela y ahí se termina la primera revuelta irmandiña en contra de la tiranía de los señores feudales.

domingo, 5 de febrero de 2017

Galicia se convulsiona. Primera parte

"Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime"
Bertolt Brech

La Revuelta Irmandiña  fue una revuelta social que tuvo lugar en Galicia entre 1467 y 1469 y con seguridad fue la revuelta europea más importante de todo el siglo XV.
 Fue una revuelta como reacción a un sentimiento acumulado de agravios por los daños que el pueblo recibía de los nobles.
Llegaron a destruir más de 100 castillos y finalmente fueron derrotados por las tropas feudales equipadas y ayudadas por el arzobispo de Santiago y los reyes de Castilla y Portugal
Los dos últimos siglos de la Edad Media fueron tiempos difíciles para todos, tiempos muy convulsos con muchas revueltas, tanto nobiliarias como campesinas. Sus causas: problemas sociales, demográficos y económicos.
Antiguos campesinos libres se vieron obligados a servir como vasallos de diferentes señores.
El campesino tenía una serie de derechos: solía recibir una casa, unas tierras para cultivar y el acceso a los montes de pastoreo. Las tierras recibidas no podían ser divididas y debían dejarse en herencia de forma íntegra a uno de sus hijos y, el señor por su parte estaba obligado a continuar esta relación con los descendientes del siervo.
Las obligaciones del vasallo era pagar a su amo un tercio de la cosecha en especie y otra parte en metálico por el uso de la casa y las tierras. Además deberían trabajar un número de días al año en las tierras del señor y pagar los diezmos en Enero, Abril y Mayo, entre otras cargas. Por tanto el vasallo apenas tenía recursos y necesitaba endeudarse para salir adelante.
Muchos impuestos se pagaban tanto a señores laicos como eclesiásticos. En Santiago por ejemplo se pagaba la gaudiosa, impuesto por el nacimiento de un hijo y en el dominio de los laicos se podía pagar el fonsado para no tener que ir a la guerra.
Con la entrada del siglo XV los problemas se acentuan. La población de Galicia es muy elevada  y tiene problemas para alimentarse ya que sólo se cultivaba entre un 10 o un 12% del total del territorio pues los nobles se negaban a roturar más tierras para cultivar y los campesinos  no podían dividirla  entre sus hijos, de tal manera que aquellos que no heredaban se quedaban en el hogar familiar.

Irmandiños cuyo significado en gallego es "hermanados" es el nombre que recibieron a principios del siglo XX, los miembros de la Santa Hermandad del Reino de Galicia.
 Las Hermandades eran organizaciones de defensa y protección pagadas por las asambleas de vecinos de los territorios que la formaban.
Se considera que en siglo XV, existieron dos revueltas Irmandiñas: una de carácter local - "La Irmandade Fusquenlla" - y otra posterior más generalizada conocida como la gran "Guerra Irmandiña".

Tras la gran crisis del siglo XV que Galicia sufrió al igual que en otras partes de Europa. Muchos campos se quedaron sin cultivar porque multitud de campesinos perecieron de peste Negra.
A pesar de la crisis, los señores quisieron mantener el mismo nivel de rentas que antes y ello motivó que una serie de conflictos sociales se agudizaran todavía más.
La creación de las Hermandades se venía fraguando desde hacía tiempo. En 1465, los representantes de los irmandiños que se estaban organizando, comenzaron a realizar viajes a Castilla para entrevistarse con el rey. El apoyo del rey a la Hermandad es algo que no está muy claro, no obstante existe un texto del Rey de 1467 autorizando el derribo de fortalezas por los irmandiños.  Se financiaban económicamente de sus propios miembros  y de donaciones de nobles simpatizantes. El bajo clero confraternizó con los irmandiños y fueron un apoyo vital para la Hermandad.
Durante la revuelta, no atacaron las iglesias ni los monasterios, aunque si  fortalezas y castillos episcopales, símbolos del dominio feudal.
 Al acabar la contienda, parecía que la represión iba a ser fuerte, sin embargo, los nobles se contentaron con la restitución de sus fortalezas y el restablecimiento del orden.
A pesar de todo, la paz no llegó a Galicia, puesto que las guerras civiles del reino de Castilla estaban acabando y pronto iba a llegar el estado de los reyes Católicos, impuesto en Galicia por la fuerza de las armas, sin embargo la revuelta irmandiña había acabado definitivamente.


sábado, 28 de enero de 2017

Os Fachós

Una tradición es un conjunto de bienes culturales que se transmite de generación en generación dentro de una comunidad. Se trata de aquellas costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones como parte indispensable del legado cultural.
 
El día 19 de enero se celebra en Castro Caldelas ( Orense) a festa dos Fachós ( antorchas). Toda una exaltación del fuego y la paja.
En realidad, todo comienza un año antes con la siembra, la siega y  la malla del cereal. Proceso que culmina con la " feitura" o confección de los más de 500 fachós individuales y el gran fachón en representación de los que antes se hacían por los vecinos de los distintos barrios y parroquias compitiendo entre si por ver cual era el más grande.

 Hasta hace unos años los vecinos acudían con su fachó correspondiente, elaborado por ellos mismos, pero este proceso fue desapareciendo y prácticamente se perdió.

En la actualidad, ante la falta de paja de la malla, y también, en parte, a la falta de gente joven que se ocupe, el consistorio municipal cada cuatro o cinco años se encarga de plantar el centeno, la siega y de preparar la paja, que posteriormente se guarda en un  "palleiro"para las celebraciones siguientes.
Al mecanizarse la paja y ser un bien escaso el Ayuntamiento decidió recuperar las viejas costumbres y para ello tuvo que hacerse con la mayadora tradicional, la última que malló en toda la provincia durante más de 45 años.
Hoy en día se elabora solamente un gran fachó en representación de todos.

.El acto consiste en una procesión por las calles presidida por un San Sebastián hecho en paja al que le sigue un gran fachó ( nunca menos de 30 metros) y aveces con un peso de más de 500 kilos.

Los fachós o antorchas eran utilizados para alumbrar las largas noches de invierno y también para poder desplazarse por la oscuridad de los bosques gallegos. En realidad son grandes manojos de paja, superpuestos de forma cilíndrica bien atados.
Muchos son los que afirman que podrían ser el origen del la Santa Compaña, seres reales de carne y hueso que amparados por la oscuridad de la noche aterrorizaban a las gentes para delinquir libremente. También podrían haber sido los que velaban los sueños de los demás y convertidos en serenos vigilarían las casas del pillaje y de los forasteros. Otros siguen creyendo que son la procesión de las almas a la captura de un vivo o los que anunciaban la muerte de algún vecino. A cada cual le gusta una versión diferente.

Así que el día 19 del mes en que andamos, en Casto Caldelas ( Orense) desde el Siglo XVII, se celebra la fiesta dos Fachós, lo que la convierte en una de las fiestas más antiguas de Galicia.

Se cree que se inició debido a una gran peste que asoló esta región en 1763, adquiriendo los Fachós ( antorchas), una función desinfectante.

Una vez de vuelta al Santuario de los Remedios, se indulta la imagen de San Sebastián y se reúnen todos los fachós  para encender una gran hoguera alrededor de la cual los asistentes cantan y bailan mientras degustan los productos de la zona. Es todo un espectáculo nocturno y parece que todo el pueblo está en llamas.
Así pues en los Siglos IX-XII las ostas de Galicia fueron atacadas por vikingos, vándalos y musulmanes y en los siglos XV, XVII, XVIII y XIX fueron los ingleses, franceses y holandeses.
Estos últimos ataques a las costas gallegas hicieron que los nativos crearan una red de antorchas que se intercomunicaban por el humo o el fuego cuando algunas de las personas percibían buques peligrosos.

La forma de estos fachós era variable pero todos se ubicaban en lugares de muy buena visibilidad. En un espacio de tiempo más bien corto. En una hora más o menos, todo el reino de Galicia estaba armado y preparado para luchar.

Estas antorchas tenían, además, la función de guías y en ocasiones, cuenta la leyenda, se encendían en lugares falsos para causar naufragios.

El día de la festividad de San Sebastían pues, y antes de que anochezca, la gente del pueblo y de las aldeas cercanas se concentra en la plaza de la Iglesia con sus fachós. Al anochecer se les prende fuego y da comienzo la procesión, que va precedida por el santo de paja y por el fachón grande de aproximadamente treinta metros.
 
Esta fiesta en honor de San Sebastian es una forma de mantener la tradición de la siembra, siega, recogida y malla de la paja, que en su día hizo destacar a este municipio por ser el mayor productor de centeno y por ser el " granero de Orense". De esta forma se mantiene la tradición, ya que en la actualidad la paja es tratada de forma mecanizada y  no sirve para confeccionar los muñecos.

viernes, 20 de enero de 2017

Retazos en verde

Es en este país verde, y bajo la luz oscura y misteriosa del Atlántico donde los griegos situaron el fin del Mundo Antiguo y, donde Homero decía que el sol completa su vuelta para luego resurgir por oriente con el nuevo día : Galicia. Un país lleno de contrastes y sorpresas. A los gallegos nos gusta decir que cada casa es un mundo y que cada piedra tiene una historia.
Aquí se encuentran los acantilados más altos del continente y, la unión entre el mar y la tierra la forman las rías donde el océano se sosiega y penetra tierra adentro haciendo surgir la vida que fluye por las calles de los pueblos marineros y por las infinitas arenas de las playas de toda la costa.
Por frondosos valles discurren  numerosos ríos entre viejos montes. Prados pintados de verde claro, de verde esmeralda los cultivos y de verde oscuro los bosques. Por todas partes se asientan pequeñas propiedades donde la distancia entre ellas nunca es mucha y donde los lugares inhabitados son siempre de poca extensión. En los rincones más apartados, las fragas, el bosque antiguo y misterioso.
Hoy tiene la tarde ese misterio que impregna el aire y también el sentir y el alma de todo gallego. Es una tarde gris, tristona, llena de orballo y niebla. Un orballo que se desliza a modiño, muy despacio, y lentamente por las ramas desnudas, ahora ya, de los árboles que al fin,después de un otoño lleno de luz y color se han quedado definitivamente dormidos. Sólo desde el silencio se puede sentir todo lo que esta tierra nos dice.
Después del canto del búho, el silencio de la montaña es aún más profundo. Ahí en esa profundidad, lo esencial es casi siempre lo que no se dice. Lo que se entierra en el silencio.
En realidad todo invita al sueño, al recogimiento y a la reflexión: sobre lo que nos rodea, sobre uno mismo, sobre lo que ocurre más allá de nuestras fronteras, sobre la naturaleza humana. Y al pensar sobre esto la tarde se me ha ido yendo, desmadejándose más y más, oscureciéndose a los pocos, confundiéndose con la niebla.
Aparecen las lechuzas, pájaros de la noche y la oscuridad con capacidad para ver con claridad en las tinieblas y yo las envidio.
Le tuvieron tanta veneración los atenienses por su sabiduría, que no había templo, palacio, calle, plaza, ni esquina  donde no figurase una estatua, pintura o retrato.
Aparece en muchas fábulas como un animal amigo que advierte a las aves, sus compañeras, de los peligros que las acechan. Y es que su aire concentrado y algo ausente, la convierte en imagen de ser reflexivo y prudente.

Mi amiga Trufa, mi querida Trufa, peluda hasta el extremo, se abalanza sobre mi y me envuelve con su gran manto de pelo. Después, me llena de lametones, me mira  con sus grandes ojos de color marrón y suspira. 


lunes, 12 de diciembre de 2016

EL ALMA DE GALICIA: LA GAITA GALLEGA


No se conoce con claridad el origen de la gaita, no obstante si se sabe, que su aparición es anterior al cristianismo y se cree a su vez, que apareció en un ambiente pastoril al añadir a una flauta un odre de piel de cabrito, cordero u otro animal.


En la confección de la gaita, la elección de la madera dependerá del gusto de cada gaiteiro, unas son más sensibles que otras a los cambios bruscos de temperatura y humedad y esto es importantísimo tenerlo en cuenta.
La más sensible es el boj, y es muy apreciado por los solistas por su dulzura y riqueza armónica. Es la madera autóctona que más se ha utilizado para construir la gaita tradicional gallega.
El boj es generalmente un arbusto ramoso y siempre verde intenso y brillante por el haz y verde pálido por el envés. Se cría en valles fluviales y laderas umbrosas y rocosas.
Para la funda o vestido se puede escoger entre cuatro diferentes modelos. La funda estándar de terciopelo, la brocada, la de lino y la doble que es una combinación de las anteriores.
El proceso de elaboración empieza por la tala del árbol. Está demostrado que las mejores épocas de tala son el cuarto menguante de la luna de enero y el cuarto menguante de la luna de agosto y la razón es que en ambos casos la circulación de la sabia es mínima y por lo tanto la expulsión de esta será más fácil y rápida. Se trata de conseguir un perfecto secado al mismo tiempo que mantenemos la madera viva.

Una vez talado el árbol, se deja quince días sin cortar las ramas para que estas succionen la máxima cantidad de sabia posible. 

El aroma que desprende evoca siempre recuerdos muy entrañables de otras épocas así como lo hará también el sonido de la gaita después.
Su madera es muy valorada; es dura, densa, fácil de tornear, pulir y teñir y sirve para fabricar pequeños objetos, entre ellos instrumentos musicales de viento y algunas piezas para las gaitas.
Comienza entonces una larga sucesión de fases de tratamiento hasta que la madera queda totalmente seca.
Se trata de lograr un instrumento de excelentes timbres y con mínimos cambios físicos en el futuro.
Cada gaitero puede personalizar su gaita, eligiendo la tonalidad, la madera, las anillas, la funda, fleques, grabados...
Durante el franquismo, la música tradicional gallega fue forzada a adaptarse a la visión política del momento, sin embargo con la desintegración y caída de este, la tradición  volvió a tenerse en cuenta.
A partir de 1980 aparecen muchos cantantes y grupos que partiendo de la música tradicional la fusionaron con otras músicas.
El pueblo empleaba la música en muchas ocasiones y por numerosos motivos: para expresar sus inquietudes, para transmitir normas sociales, para protegerse de los males y atraer los favores divinos, para celebrar acontecimientos, facilitar el trabajo, divertirse o hacer mas llevaderos los momentos duros.

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