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lunes, 25 de julio de 2016

En el templo de las estrellas.


sábado, 4 de junio de 2016

VOLVER

Fue tan grandiosa  la emigración  gallega a Argentina, que el calificativo "gallegos" se sigue dando allí a cualquier español, sea cual sea su procedencia regional.
" Face-las Américas", - Hacer las Américas- así era conocido el movimiento migratorio transoceánico que desde finales del siglo XIX condujo a miles de personas cara a un futuro aparentemente más próspero. Cuba, Argentina o Venezuela fueron los países que principalmente acogieron a emigrantes de toda Galicia.
La suerte fue diferente para para unos y otros. Algunos volvieron sin más y otros consiguieron "hacer fortuna", pero todos ellos tuvieron algo en común y eso fue el trabajo duro.
Pero la marcha física no implica necesariamente una marcha emocional. Y así, todos los recuerdos, todos los sentimientos, tanto tiempo escondidos, tanto tiempo guardados, un día, en cualquier lugar el sonido de una gaita se eleva en el aire. Un sonido que acompañó la infancia y la juventud que se quedó atrás, un sonido que habla de amores, de penas, de secretos escondidos y  al oírla, aparecen los aromas del mar, la brisa en la montaña, el aire y el viento. Y es que la gaita es un instrumento de la emoción que canta sin palabras.  


"Cuando la gaita gallega
el pobre gaitero toca,
no se lo que me sucede
 que el llanto a mis ojos brota.
Y aunque alegre danza entone
y dance la turba loca,
la voz del grave instrumento
suéname tan melancólica;
a mi alma revela tantas
desdichas, penas tan hondas
 que no sé deciros
si canta o si llora."

1860 Ventura Ruíz Aguilera


 De golpe y sin quererlo, aquel mar que se encontraba aprisionado en tu recuerdo aparece tras las montañas de Galicia. Sus valles, la añoranza, la morriña, la saudade, la melancolía, las gentes, su hablar dulce, tu ciudad o tu aldea. Todo lo qué tú eres, todo lo que sueñas, todo lo que añoras, Todo eso dice la gaita cuando su sonido escapa de las manos del gaitero y prendido en las ráfagas del viento cruza mares y océanos. Entonces es difícil de saber si canta o si llora pues es la alegría, y la añoranza, la saudade y la pena, la melancolía y el deseo, la alegría y el amor.
Si en ese momento estás fuera de Galicia, un deseo enorme aparece en tu corazón. Es un fuerte un imán que te atrae y... tienes que volver, volver a tu tierra para bañarte en sus brumas, en sus nieblas, en su olor a mar, en sus vientos. El sonido de la gaita que ha unido a este pueblo durante siglos, es como el anclaje de una hipnosis que se trasmite de padres a hijos en las olas del viento y cuando oyes su llamada tienes un fuerte deseo de volver. VOLVER Y NADA MÁS.
Galicia ha sido siempre especial y mágica. La fuerte influencia celta en el país gallego dejó una impresión permanente en su cultura. En la Galicia actual aún se ven los monumentos megalíticos. las ruinas de castros, restos de arte celta, y otras pruebas de una cultura celta del pasado. 
Durante las peregrinaciones a Santiago ( siglos XIII al XV  ), la gaita gallega se difundió por toda Europa. La llevaban los peregrinos de regreso a sus países, los gaiteros gallegos que salían al extranjero a probar suerte y más tarde los soldados españoles de los tercios de España y Flandes.

E cando a gaita gallega                   Y cuando la gaita gallega
aló nas Castillas oias,                      allá en las Castillas oigas
ó teu corazón pregunta,                 a  tú corazón pregunta
e verás que che dí en resposta        y verás que te dice en respuesta
que a gaita gallega                          que la gaita gallega
non canta, que chora                      no canta, que llora.

Rosalía de Castro


domingo, 15 de mayo de 2016

LLueve en Santiago.


No se yo que buscaba en las callejuelas que tanto me gustaba perderme en ellas. Oír el latido de la vida, adentrarme en las mismísimas entrañas de la ciudad vieja y antigua, en donde las farolas hablan con su eterno parpadeo en la oscuridad de la noche  mientras el silencio viaja entre luces y sombras.
Es al caer la noche cuando esa luz amarillenta baña las piedras de Compostela y la atmósfera cobra un aire de solemnidad y  misterio.

Si la niebla se apodera de la ciudad, ante nuestros ojos pueden aparecer arquitecturas fantásticas, torres iluminadas y sombras misteriosas. Después, cuando escampa, los charcos del pavimento, reflejan torres, balconadas, volutas, como un mundo arquitectónico invertido. Es entonces inevitable no recordar a Torrente Ballester diciendo: " Que la niebla es el caos de donde la campana va sacando las cosas."

Como yo,  la lluvia y los caminantes han buscado el silencio recogido entre los rincones de las callejuelas gastando las piedras mojadas. Casi se puede retratar el silencio cuando las campanas de la catedral apagan su tañido.                                                                                                         Canción  del Madrigal de Federico García Lorca a Santiago de Compostela 

                                                                                             
El paraguas me resguarda y me cobija.

Me hace creer que viajo dentro de una burbuja del tiempo.
 He vuelto allí donde soñaba con los sueños, de la mano del silencio. Tengo una cita conmigo; voy a mi encuentro y no quisiera llegar tarde. Subo por la Rúa del Villar, paso Fonseca y al cabo doy ya casi el último paso antes de que la Plaza del Obradoiro se abra ante mi.

La veo atravesar la plaza, corriendo bajo otro paraguas y detenerse bajo los soportales.
La observo con curiosidad y me reconozco, feliz, llena de vida y al mismo tiempo ajena a la misma vida; a la senda larga y profunda que traigo yo, mi yo de ahora pegada a las huellas de mis zapatos.

La observo, sin que perciba que la estoy mirando. Me gusta observarme y se que adora ese lugar y por lo tanto la he citado allí con la esperanza de que nuestro encuentro en el tiempo se produzca en una atmósfera de mágico misterio como a ella le gusta. De repente se gira, su mirada recorre cada rincón de su plaza, como a ella le gusta llamarla y... sin querer, se encuentra con la mía. Es joven y por tanto confiada. Me dedica una sonrisa al verme llegar que yo acompaño con otra de igual acogimiento.Nos abrazamos, ella pregunta; yo respondo. Y...
                       Después decidimos seguir buscando el silencio













miércoles, 23 de marzo de 2016

EL REDOBLE DEL TAMBOR


Yo no recuerdo cuando oí mi primer redoble de tambor, quizás en el vientre de mi madre, es posible, pues una corriente eléctrica me recorre la espalda, la piel se me eriza y mi alma se llena de una emoción difícil para mi de describir.

Recuerdo de mi infancia el frío que acompañaba siempre a la Semana Santa, la espera en las calles, el silencio y los cirios encendidos envueltos en sus capuchones para que una ráfaga de aire  no los apagara de un soplo y para que la oscuridad se hiciera sentir y la pena del alma saliera de los corazones. Recuerdo las mantillas de mi madre, las palmas.

Las procesiones avanzan siempre cortando la noche acompañadas por el sonido hiriente de las cornetas y por el ritmo grave de los tambores, cuyo eco devuelven los empedrados de las calles. Los ojos se alzan hacia los picudos capirotes y hacia las cruces de las procesiones que acompañan los pasos  y que casi llegan a rozar balcones y gárgolas.
El carácter solemne de la Semana Santa hace que tanto creyentes como no creyentes experimenten una profunda emoción al paso de las silenciosas procesiones .Los hábitos y los capirotes que ocultan a los cofrades  garantizan que solamente Dios los ve y esto acentúa aun más el carácter dramático de los pasos y procesiones.
El origen del capirote o capuchón
está en los comienzos de la inquisición, cuando a las personas que estaban castigadas por motivos religiosos se les imponía la obligación de usar una prenda de tela que les cubriera pecho y espalda y un cucurucho de cartón en señal de la penitencia que les había sido impuesta.
En la semana santa, existe un motivo de penitencia fundamental; los penitentes salen en procesión para limpiar sus pecados y mostrar públicamente su arrepentimiento. Las luces que portan muestran que caminan hacia la luz que es Cristo y siendo un acto público de fe, es una de las más sublimes manifestaciones externas y públicas con las que se pide mejorar. La manifestación privada de la fe pasa a ser pública y las calles se convierten en  iglesias.
Todo se envuelve de color y sonido, las emociones afloran ante el lento ritmo de los tambores, la marcha de la procesión, el balanceo de los pasos y el quejido doloroso de las saetas.
Incluso no siendo religioso, es difícil no emocionarse ante una atmósfera que conmueve.

La Semana Santa es la fiesta cristiana por antonomasia: Fue en Tierra Santa donde se inició la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, creándose una liturgia específica y generando las primeras procesiones, no con imágenes como en la actualidad, sino con las propias reliquias de la pasión.
Las fechas de la celebración difieren de año en año, dado que la fiesta no está sujeta a una fecha específica sino a un fenómeno astrológico: primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera.
 Resulta complicado saber cuando y cómo se celebró la primera procesión del cristianismo: En el Nuevo Testamento se describe al propio Jesucristo entrando de forma procesional en Jerusalén, rodeado de una multitud de seguidores.
 Las procesiones tienen un origen bíblico. En los primeros siglos la iglesia hizo suya esta tradición, pero tuvo que restringir cualquier manifestación pública debido a las crueles persecuciones a las que eran sometidos sus miembros.. Durante mucho tiempo las procesiones se celebraban dentro de los claustros y no empezaron a salir a la calle hasta los siglos X y XI
El Concilio de Letrán, en 1215, permitirá que dicha penitencia sea pública en las cofradías, pero con la obligación de que sea anónima para que nadie presuma de ello, ni trate de ganar ningún prestigio. Por eso se impone el antifaz, para que todos sean iguales ante la penitencia, desde el noble o el duque hasta la prostituta.


..















martes, 15 de marzo de 2016

EL INVIERNO

Llueve y la lluvia golpea los cristales con fuerza, llamando como para que le abran la puerta. La oscuridad, no hace nada que ha invadido el valle y ha atrapado al sueño en su propio silencio y, afuera, se oye un lamento colarse entre las abiertas heridas de la casa vieja. Los faroles parpadean asustados ante la naturaleza que reclama y a gritos viene a realizar su penoso trabajo.
Es la danza del invierno que llama, que llega y despierta con rudeza la naturaleza haciendo que toda ella se agite.
Ruge, ruge cuando viene bajando el sendero azotando todo lo que encuentra a su paso. Las hojas mojadas por la lluvia que descansaban al fin para fertilizar la tierra, se ven arremolinadas y asustadas en un rincón del camino no sabiendo muy bien hacia donde dirigirse. Se sabe fuerte, poderoso: es arrogante, es orgulloso. Es el rey. Ante él, todas las fuerzas de la naturaleza se inclinan, mientras pasa arrogante y adusto por entre valles y mares, por entre pueblos y ciudades y todos ante él, ante su poder y su fuerza se esconden en sus casas, temerosos, esperando que abandone el lugar.     
Cuando hay temporal, el mar se agita levantando inmensas olas y, en el valle, los eucaliptos danzan al oír el silbido del viento. Se doblan, se descarnan, se desnudan de sus ramas heladas de invierno, mudan su corteza que el viento arranca a mordiscos mientras la lluvia arrecia  sin piedad.

SIN EMBARGO
                                                                                   

    "La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
                                                                                          algo de soñolencia resignada y amable,
                                                                                          una música humilde se despierta con ella
   
                                                                                   que hace vibrar el alma dormida del paisaje."
                                                                   Federico García Lorca



Hay una lluvia violenta; también una lluvia mansa y dulce que penetra sin lastimar la tierra, una lluvia que no se siente hasta que alcanza el ser más profundo de las cosas, una lluvia menuda que danzando se la lleva el viento. 
Orballo es melancolía, es agua leve y persistente. Si es más fina se llama "poalla", como polvo de agua, pero también puede llover a "caldeiros." Eso es mucho, muchísimo.
La morriña es como la saudade y aunque se diga en diminutivo esconde una melancolía atroz. Morriña por la vida en la aldea, por los afectos, por el paisaje gallego de montañas suaves,  por la dulzura del idioma, por el sonido de la gaita, por el orballo si no aparece, o por el contrario si aparece el orballo.
Da intimidad y silencio a las almas.

  
Abajo, en el valle, la niebla otorga al bosque la virtud de un silencio extremo y lo sepulta en capas de tiempo, mientras en las cimas de los montes, el día está luminoso y fresco.
Los mirlos y las pegas, levantan el vuelo a nuestro lado mientras la niebla sigue envolviéndolo todo, llenándolo de misterio.
Y, es que, ¡CHISSSS!,el invierno se va.




viernes, 26 de febrero de 2016

SOMBRA

Mi sombra es de tiempo quemado.
Va cosida a mi espalda.
Ha vivido días de sol y niebla, conmigo.
Me ha arropado en noches muy largas.

Soñé que se iba
que me dejaba.

Y...
Lloré su partida.

Mis noches, entonces,
se volvieron amargas.



Y en aquella oscuridad en la que
me cobijaba.
Tiré de ella
para que se quedara.
Y ella...
me miraba sorprendida
como si pensara que nunca  la había sentido.
Sólo, porque la llevaba pegada
a mi espalda.









martes, 29 de septiembre de 2015

La playa y el mar

Hacía días que no bajaba a la playa. La mañana se presentaba hermosa. Estaba gris, pero no amenazaba lluvia; aunque, por si acaso, metí en el coche el chubasquero ya que tardo una hora en ir y volver de un espigón  a otro.

La playa estaba como a mí me gusta: prácticamente desnuda; algún que otro paseante como yo y poco más. Hermosa, adornada con cintas de algas brillaba bajo una grisácea luz. La arena estaba blanda y caminar así supone un gran esfuerzo: los pies se hunden profundamente, más, que si la arena está firme y se siente como el agua mezclada con la arena se escurre entre los dedos.


Olía a sal, a brisa húmeda... Iba descalza. El mar agitado, estaba gris; las mareas vivas ya habían llegado. Abrazaba a la arena de la playa como si quisiera llevársela con él -mar adentro- donde, solos estuvieran abrazados en una abrazo sin fin, eterno. Era doloroso ver como el mar subía llamándola, buscándola. Y ella, empapada de mar, lloraba y dejándose acariciar, se quedaba envuelta en su danza. Las huellas de las pisadas eran sus lágrimas...

Después me fui. Ella se quedó desierta, llamándole.




Danza del mar y la playa cuando sube la marea.

martes, 8 de septiembre de 2015

HERMANOS

No me llames extranjero, porque haya nacido lejos
O porque tenga otro nombre la tierra de donde vengo.

No me llames extranjero, tu trigo es como mi trigo


Tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego
y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.

Y me llamas extranjero porque me trajo un camino
porque nací en otro pueblo, porque conozco otros mares, 
Y zarpé un día en otro puerto,
 si siempre quedan iguales
en el adiós los pañuelos y las pupilas borrosas de los que dejamos
 lejos, los amigos que nos nombran y son iguales los besos
Y el amor de la que sueña con el día del regreso. 
No me llames extranjero, traemos el mismo grito. 

El mismo cansancio enorme que viene arrastrando el hombre
desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras.

Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
los que roban, los que mienten, los que venden nuestro sueños, 
Los que inventaron un día, esta palabra ,EXTRANJERO.

                                        Versos del poema :  No me llames extranjero
                                           Autor: Rafael Amor


Cuando partimos, lo hace también junto a nosotros un sabor que nos acompaña, un acento que nos distingue: un equipaje que llevamos en la maleta: un recuerdo feliz, el roce de una caricia, el olor de nuestra tierra, un amanecer propio, ese que no es igual a ningún otro amanecer de ningún otro lugar; una mirada triste, un adiós que sabe a lágrimas.

 Ese equipaje lo guardamos, pues estamos seguros de la necesidad de  recordar aquel paseo feliz en una tarde de otoño o cualquier otro recuerdo hermoso que hayamos conservado.
Se trata de un equipaje vital porque, desde el momento mismo del adiós, sabor, melodía y acento dejan de ser una seña de identidad para transformarse en la expresión de un sentimiento: el de pertenencia.

Rara vez la emigración es un proceso exclusivamente personal, detrás de alguien que se va hay alguien que espera, detrás de alguien que comienza una cadena hay otro que la continúa y así las nuevas generaciones llevan una marca de nacimiento, y esa marca es como una luz que empieza a brillar desde el principio entre la bruma de un recuerdo, de una nostalgia o de un deseo heredado.

¿Pero qué sucede si no llego a mi punto de destino? Qué ocurre si me quedo en el camino? ¿ Quien guardará mi maleta, mi equipaje? ¿ Quien, quien se llevará mis recuerdos?


Huir solo es el principio para sobrevivir

      


viernes, 28 de agosto de 2015

UN ÚLTIMO DESEO

El mar en  calma parece un espejo. Bien mirado, una llanura sólida aparentemente sobre la que caminar;  una superficie plana que brilla y refleja el color del cielo.

 Estando así el mar no tiene fuerza ni siquiera para dibujar una ola. Este mar en calma tiene un efecto hipnótico que va calmando los sentimientos: los hace dóciles, blandos, manejables y hasta las emociones más rebeldes encuentran su serenidad .

Cuando está descansando es hermoso, su belleza serena, acompaña y escucha, sin embargo, cuando está furioso, violento y encrespado, habla, grita, se quiere hacer oír a toda costa. El espectáculo que ofrece impone al hombre y llega a producir pavor como pocas fuerzas de la naturaleza.

Ver como el oleaje bate una escollera, como grandes montañas de agua revientan sobre el espigón de un muelle, impone un gran respeto, sin embargo uno no es consciente de lo pequeño que es el ser humano ante la fuerza del mar como cuando conoce un oleaje agitado, como cuando las olas imponen su ley y conoce el peligro en una travesía en la que pudo haber riesgo de naufragio; esa experiencia se puede convertir en inolvidable.

A pesar del miedo que el hombre siente, el buen marino saca fuerzas de flaqueza y ante una mala mar saca lo mejor que lleva dentro y a causa de estas angustias, Dios se hace necesario y el hombre se acerca a ÉL.

viernes, 21 de agosto de 2015

Tengo en el pecho una jaula





Los pájaros, no importa si cautivos o en libertad, cantan para señalar su territorio, para marcar un entorno que reservan a la hembra que consigan atraer.
 Los canarios, por ejemplo, dejan de cantar cuando mudan su pluma, pues saben que en ese período no pueden atraer hembras. Si los pájaros tienen memoria y son capaces de conservar tales  recuerdos. ¿ por qué debemos suponer que no añorarán otros? Otros, como la libertad, por ejemplo. 


Parece que no hay nada que nos parezca más libre que el vuelo de un pájaro.
 Los analistas de sueños afirman que soñar con pájaros está ligado a la libertad. Soñar con volar es un sueño bastante  común y también placentero. La sensación al despertarse es gratificante y agradable. 
                                                                                          Fotos de www.adiciones.es

¡Qué contradictorio es el hombre que enjaula a aquello que le parece más libre!
¿Por qué intentar que cada persona no sea lo que quiere ser, por qué impedirle que experimente lo que el deseo le pida?. Las personas han de ser libres sin cortarles las alas. Todo el mundo tiene derecho a volar.



Y de repente,se me ocurre que esta preciosa canción es para escucharla lentamente, despacio, abriendo la jaula y dejando volar al pájaro. Y escuchar al niño cantar. 

Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío
no habría escapado.
Pero así,
Habría dejado de ser pájaro.
Y yo...
yo lo que amaba era un pájaro.
          Mikel Laboa







viernes, 24 de julio de 2015

El final del Camino

"Solo aquel que conserve el poder de asombrarse entre en Compostela"
Torrente Ballester

El Camino de Santiago se inicia con una oración que es, en realidad, un deseo y así reza :

"Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos 
que el viento sople siempre a tus espaldas,
que el sol brille cálido sobre tu cara;
que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y;
hasta tanto volvamos a encontrarnos,
que Dios te guarde en la palma de sus manos".

Podemos decir que el camino de Santiago es un símbolo. Es una ruta de fe, de arte y cultura, un encuentro con la trascendencia de la vida; la búsqueda de uno mismo, una peregrinación al fin de la tierra, al misterioso morir y renacer. Es una aventura física y espiritual.
Una vez acabados los ritos después de la llegada a Santiago, hay que salir por la puerta sur de la catedral, la puerta de las Platerías. En la fachada, en el parteluz, entre los arcos de las dos puertas, hay un Crismón, símbolo de Cristo pero las letras están al revés: la letra Alfa se ha vuelto Omega y viceversa.
El fin se hace principio. La meta del camino es ahora el comienzo de otro camino, de la nueva vida que se empieza.

El final del camino es, desde luego, Santiago de Compostela. Sin embargo, para muchos la ruta continúa hasta Finisterre.
Finisterre, "El fin de la tierra", completaba la Peregrinación a Santiago. La leyenda, sobre la existencia de un Paraíso generó peregrinaciones en otros tiempos que no son los nuestros..

 Cuentan que una vez visitada la tumba del Apóstol, los peregrinos se encaminaban a Finisterre y quemaban sus ropas en señal de purificación arrojando las cenizas al mar.
Finisterre ejercía un enorme poder por ser el "Fin de la Tierra" conocida y, era asociado a las connotaciones religiosas del Fin del Mundo.
Esta ruta está considerada como la etapa final del Camino. Se remonta a una antiquísima tradición en que los peregrinos, después de recorrer cientos o miles de kilómetros y después de abrazar al Apóstol seguían unos kilométros más y llegaban a Finisterre; se bañaban en la playa de Langosteira, quemaban sus ropas y asistían a la puesta de sol. De esta manera, purificados y con nuevas ropas, emprendían el camino de regreso.
El sol se está poniendo y ese, es el momento especial que cualquier peregrino espera. Se quema la pila de ropa amontonada que ha sido usada durante el camino. El fuego se inicia con fuerza. Se siente su crepitar quemando el pasado. Un fuego que quema dolores y miedos. Un fuego curativo y sanador del que emerger renacido. Puede decirse que el "Yo" de cada peregrino, es un nuevo "Yo" que reconoce al antiguo pero, sin embargo trata de conectar con lo mejor de aquel para proyectarse hacia el futuro y entonces, se toma conciencia de que el camino se ha acabado para dar paso a un nuevo camino hacia la vida.














viernes, 3 de abril de 2015

Ser en la vida romero

"Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por
caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin
pueblo.
Ser en la vida romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el
alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y
ligero,
ligero, siempre ligero".
León Felipe


Dicen, que hay tantos caminos a Santiago como peregrinos. En realidad, no tiene importancia ninguna donde se inicie el peregrinaje. Tanto si se comienza en Roncesvalles como si se decide por el camino de

la Plata o por cualquier otro, la emoción que  refleja el rostro de cualquier romero a su llegada a Santiago no se puede describir.
En su interior y en su cuerpo cansado, se han ido acumulando vivencias y experiencias a lo largo de los miles de pasos que han ido dando bajo la lluvia, el viento o el sol.



Como símbolo de bienvenida se celebra una misa: la misa del peregrino. 
Todos los días a las 12 horas en el altar mayor de la catedral de Santiago mientras dan gracias a Dios por las experiencias vividas y por haber alcanzado su meta rezan los peregrinos. Al comienzo, se lee el nombre de los romeros llegados, que han pasado a solicitar la compostela en las 24 horas anteriores. Además del nombre del peregrino también se indica su nacionalidad y el lugar desde el que cada uno inició su peregrinación.

El domingo de Resurrección es uno de los días señalados del año en que se puede ver funcionar al botafumeiro, que para columpiarse por el interior de la catedral necesita ocho hombres llamados tiraboleiros. Estos, mediante un sistema de poleas lo hacen funcionar a 20 metros de altura y a una velocidad de 68 km por hora, en sólo minuto y medio.
Este incensario, se viene usando desde la Edad Media como instrumento de purificación de una catedral en la que se apiñaban las multitudes venidas desde todas partes del mundo.
 El olor del incienso, las velas, la media luz, las voces  cantando  a coro el Himno del Apóstol acompañadas del sonido del órgano, las emociones que transmiten los peregrinos y la propia de cada alma, es suficiente para un encuentro con la soledad que cada uno lleva, tanto si ha llegado a la meta como si todavía se encuentra en una etapa del camino.
Y así, Santiago sonriendo desde detrás del altar mayor nos acoge a todos en un abrazo espiritual lleno de emoción.

domingo, 14 de diciembre de 2014

CHITSSSS ¡SILENCIO!

Le toca al silencio tomar la palabra.                        


Tu no entiendes mi cansancio,
amigo.
Como quieres que te explique
como es soñar los silencios.!
Como quieres que te diga
como es añorar la nada
enredada en la noche
debajo de tu manta poblada de sueños
Como un amante que viene en silencio
de madrugada, a buscarla.

Si hubieras caminado por noches oscuras
buscando faroles
en calles que no eran las tuyas.
Llevando inocencias perdidas
Malheridas y desorientadas
Sueños rotos y ajenos dolores

Quizás, entendieras
Que eso pesa en el alma
Que produce cansancio
Que duelen hasta las entrañas

Y entonces, solo buscas tu calle
Con sus viejas farolas
Que apenas dan luz en sus madrugadas
Y asustada, creyendo perder la luz que ilumina el regreso a casa
Solo buscas silencio para poder encontrarla.

Chitsssssssss Silencio
que oigo a lo lejos sus tiernas palabras

miércoles, 22 de octubre de 2014

Acompáñame.















Y...sin pensarlo un momento más ...saltó. El corazón le dio un vuelco y sintió una emoción infinita en segundos. Alegría, inquietud, miedo y... felicidad. Abrió los ojos y se encontró sobrevolando ese mar que tanto ama, que tanto le hace soñar con vuelos lejanos. Estaba dentro de una ráfaga de aire dejándose llevar, abandonándose, con las alas abiertas formando una cruz.
 El primer vuelo es siempre una ocasión única. Es irrepetible y se guarda en la memoria como una experiencia inolvidable. De esta manera, viajará por esta tierra de los mil ríos donde cada otoño miles y miles de aves sobrevuelan nuestras costas Y es que Galicia es agua, es tierra y es viento. Es arte, es historia y leyenda … es todo aquello que nos hace soñar y nos emociona.
 Galicia, es una tierra misteriosa que se asoma a un mar hermoso y a un océano libre y salvaje. Si hay un sonido en ella que no cesa nunca, ese, es el batir de su mar contra las rocas. Marea tras marea va moldeando la costa gallega dando lugar a multitud de playas y a arenales infinitos. Si alguna vez dejas tu huella en nuestra tierra, permite que, a su vez, Galicia deje su huella en ti.
Os invito a acompañarme.

Susi


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