sábado, 6 de agosto de 2016

LA MALLA

Según nos adentramos en el verano, las noches se van alargando a medida que los días van haciendose más y más cortos, de tal manera, que a mediados de agosto dispondremos de más de 10 horas de oscuridad. El tiempo va apremiando para el trabajo de la malla, que al igual que la siega, es un trabajo duro; como los son casi todos los los trabajos del campo.


Es preciso que el sol caliente y caliente mucho, porque de otro modo los haces del cereal no se cortan bien  si están húmedos.

Tras la siega y días antes de la trilla o la malla, que es cuando se  separa el grano de la paja, se prepara la era. Es este un espacio de tierra limpia y firme , algunas veces empedrado que se cubre con una sábana o plástico donde se recoge el grano.



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Esta tradición, que se mantuvo viva durante siglos, lleva camino de convertirse en historia en buena parte de Galicia, o si no también, en otro, de los muchos relatos que nos cuentan nuestros mayores, ya que, como  es sabido el granero de España está en los campos de Castilla.

Antiguamente, antes de que aparecieran las máquinas, y lo hiciesen todo: segar, extraer el grano, empaquetar la paja...Todo esto, se hacía manualmente, aunando esfuerzos y sudores...



A pesar de un sol abrasador y de una constante nube de polvo que hace difícil respirar, es necesario llevar camisas con mangas largas, ya que el polvo, las espigas y la propia paja se introduce en el cuerpo sudoroso, produciendo un desagradable picor.
El rato que se tiene para descansar después de comer, es casi imposible soportarlo pues multitud de insectos se ceban en los cuerpos sudorosos, atraídos hacia él, para picar a su antojo a los segadores. Sin embargo es tanta la necesidad de dormir que uno no se da cuenta del gran festín que se están dando hasta que una vez despiertos,  se ven y se sienten los abones que han dejado las picaduras. 
 La solidaridad social se completaba con comidas ofrecidas por los dueños del cereal, con juegos hasta bien tarde, para recomenzar la labor al día siguiente, de nuevo, bien temprano, almorzando al rayar el día.


En los documentos medievales, los "señores" exigían la entrega del cereal "limpio de polvo ypaja" para ser guardado, después en arcas de donde se van retirando en sacos para llevarlo almolino y realizar la molienda



Esto sucede en Galicia, donde no abunda el cereal y donde los campos, en  escasas ocasiones, se tiñen de amarillo y se engalanan pocas veces de las preciosas espigas del trigo. Sin embargo, sí se guarda en la memoria colectiva de nuestras aldeas y pueblos, la imagen de aquellas cuadrillas de gallegos que se acercaban por los caminos de tierra, cansados de tantos kilómetros acumulados en sus pies dispuestos a volcarse en la labor de la siega en los campos de Castilla.


Tenían fama de ser buenos trabajadores. Trabajaban de sol a sol y a veces de noche, a la luz de la luna, estimulados por el deseo de regresar pronto a casa.
Muchos no aguantaron el esfuerzo y a llí quedaron enterrados para siempre, en el suelo de Castilla, lejos de su hogar y de sus gentes.


Castellanos de Castilla,                     
 tratade ben ós galegos;                                                      
cando van, van como rosas,
cando vén, vén como negros.             
Cando foi, iba sorrindo;
cando veu, viña morrendo.
                Rosalía de Castro



lunes, 25 de julio de 2016

En el templo de las estrellas.


jueves, 21 de julio de 2016

LETE: EL RÍO DEL OLVIDO


La memoria tiene mejor fama que el olvido. Admiramos la memoria porque es buena parte de la inteligencia y tememos al olvido, como desmemoria y como desafecto.

En tiempos de la romanización de la península Ibérica, Galicia estuvo y se mantuvo aislada durante mucho tiempo. No cabe duda que ser el "fin del mundo" ayudó a este aislamiento, también colaboró en esto el río Limia, que según cuenta la leyenda, quien lo atravesase perdería la memoria,.
Sin duda, conquistar Galicia teniendo que atravesar el río de olvido no era tarea fácil.

Pese a todo, Décimo Junio Bruto, Cónsul Romano encargado de la conquista del noroeste de la península Ibérica alcanzó la orilla del río Limia en el año 135 a. C.

Lete o Leteo, cuyo nombre significa "olvido" era una divinidad nacida del Éride ( La Discordia) y hermana de Hipno ( El Sueño) y Tánato ( La Muerte). Es uno de los ríos del Hades, en cuyas aguas tranquilas las almas de los muertos bebían el olvido de su vida terrestre.
Hades, asistido por demonios, reina en los infiernos sobre los muertos, siendo un amo despiadado que no permite a ninguno de sus súbditos  volver a la tierra . Un mundo rodeado por ríos de aguas lentas y estancadas, al cual se accede por una caverna.
El reino está rodeado por 4 ríos subterráneos, El Estige ( el río del odio) El Aqueronte ( el río de la aflicción), El Lete ( río del olvido) y el Pirifligetonte( el río del fuego). 
 Beber de sus aguas provocaba un olvido completo. Algunos griegos,  creían que se hacía beber de este río a las almas antes de reencarnarlas, de forma que no recordasen sus vidas pasadas.



Cuando los romanos llegaron a la región que llamaron Gallaecia, después de avanzar por frondosos bosques y ascender bajo la lluvia por rocosas montañas, el ejercito romano, se topó de repente con un río que descendía manso entre las quebradas de un valle. Todos los legionarios creyeron que era, nada menos, que el río del olvido: un río que convertiría a quien lo cruzase en un amnésico vagabundo, pues no reconocería su lengua materna ni su procedencia, ni si quiera a su familia, ni los nombres de sus compañeros. Absolutamente nada recordaría de su vida pasada.
En el año 138 a. C. el general romano Décimo Junio Bruto intentó deshacer el mito que dificultaba las campañas militares en la zona.
Y así, viendo que los legionarios se negaban a cruzar  aquel tranquilo río, el general Décimo Junio Bruto, decidió  cruzarlo y, desde la otra orilla, comenzó a llamar a sus soldados por el nombre, a recordarles las batallas que habían librado y, a convencerlos de que aquella corriente no era el fatídico río que imaginaban.

En Galicia, en Xinzo de Limia ( Orense) se celebra en Agosto  un evento que rememora la llegada de los romanos a estas tierras para conquistarlas.



    miércoles, 13 de julio de 2016

    El sendero perpetuo:el mirador del fin del mundo

    "Caminante, son tus huellas
    el  camino, y nada más;
    caminante no hay camino:
    se hace camino al andar.
    Al andar se hace el camino, 
    y, al volver la vista atrás,
     se ve la senda, que nunca,
    se ha de volver a pisar."

    Caminar significa descubrir nuevos horizontes en la vida, encontrar nuevos paisajes, nuevas gentes, nuevos lugares, nuevas reflexiones. Lo importante del camino es el mismo camino,  quedarán recuerdos de lo vivido, que nos ayudarán a comprender  y a no cometer los mismos errores.
    Todos hemos de recorrer nuestro camino con la incertidumbre de lo que habrá en él . No hay un destino que esté escrito, no hay nada que esté garantizado en la vida, no hay nada armado que nos espere, nosotros somos los que forjamos nuestro propio destino, golpe a golpe, verso a verso como decía Machado.
    Si hay una tierra española que albergue en su seno la fuerza de la primitiva energía telúrica, esa es Galicia. Una energía que se veneró mucho antes que al mismo Apóstol Santiago. Porque antes, la misma tierra era digna de veneración.
    Esa misma tierra ponía el límite a partir del cual comenzaba un nuevo reino: el mar y para que todo el mundo supiese donde comenzaba y terminaba cada reino, se hizo llamar al lugar Finis Térrea. La frontera entre el mundo terrenal y el espiritual ,allí, donde se originó todo y, a donde todo, termina por llegar.

    Hasta hace menos de mil años se tenía la creencia de que este lugar era el confín  del reino conocido. Más allá no había nada, solo mar. Si acaso  unas bestias monstruosas que vivían allí donde terminaba el océano y devoraban a todo aquel que osase navegar por el "Mare Tenebrosum". 
    Estas ideas desaparecieron con el paso del tiempo, no obstante, este lugar sigue rodeado de misterio, de leyendas y de creencias que lo convierten en un lugar lleno de misticismo. Sigue siendo el final de un camino tanto físico como espiritual. Y es que cuando desde el faro del cabo Finisterre se ve  fundir el sol con las aguas del océano es fácil comprender por qué en el pasado los celtas rendían culto al Astro rey en este lugar.

    La tradición obliga a quemar alguna prenda de ropa que se haya vestido durante las etapas del recorrido como símbolo de la renovación interior que todo peregrino sufre en el Camino de Santiago. Se quema lo viejo para dar cabida a lo nuevo. Porque Finisterre es un lugar de finales, pero también de comienzos.

     La llegada a la catedral de Santiago simboliza algo similar, ya que es el peregrino el que se abre a una nueva realidad espiritual, después de recorrer un camino que le ha ido revitalizando interiormente.
    El viajero, no es el mismo al terminar el viaje. Este viaje continua más allá de la ciudad de Santiago;muchos peregrinos ampliaban su ruta para ver este acontecimiento, para estremecerse al ver como el mar engullía al sol mientras observaban el espectáculo de las rocas batidas por enormes olas.

    Hubo un tiempo en la Península Ibérica en que los musulmanes dominaban prácticamente todo su territorio dejando arrinconados a los reinos cristianos en las zonas más norteñas del país.
    Cuando los cristianos europeos ven amenazada su fe por el avance del Islam, se afirman en ella, peregrinando hacia el recién descubierto Sepulcro de Santiago pues Europa ve peligrar su identidad y su cultura.
    Los caminos del antiguo Reino de Asturias fueron los pioneros en canalizar a los peregrinos a Santiago de Compostela. Así se fue formando esta vía como una vía medieval que creó una corriente jacobea internacional hacia los santuarios de Oviedo y Santiago de Compostela.
    Estos peregrinos venían por tierra desde Francia o, por mar y recalaban en los puertos de Cantabria y País Vasco, procedentes de Flandes, Inglaterra, Alemania y Escandinavia, entraban en Galicia por Ribadeo, Viveiro, Ferrol o La Coruña alcanzando su  puerto guiados por el haz de luz de la Torre de Hércules


    La peregrinación a Santiago podía ser voluntaria, pero también obligatoria, ya que podía ser impuesta como penitencia, desde un punto de vista religioso, o penal, desde el punto de vista civil.


    Nadie duda hoy en día de que el camino de Santiago que conocemos es una réplica de una antiquísima ruta de peregrinación que desde todos los lugares del mundo antiguo conducía hasta el país de Occidente o región del Ocaso.




    viernes, 1 de julio de 2016

    COSTURERAS DEL MAR


    Hay trabajos que se llevan a cabo donde nadie los ve, donde nadie los aprecia. Solo se aprecian cuando están mal hechos, cuando fallan o cuando este trabajo no existe. Hace falta que algo no funcione para que le demos valor a lo que en sí ya lo tenía.
    Hace frío a veces, o calor, o llueve, o no, entre gaviotas, viento, olor a salitre intenso y  humedad que cala hasta los huesos están estas mujeres: las artesanas del mar, como en ocasiones se les ha llamado.
    Estas, son las redeiras o rederas que reparan o reponen el material de las redes de pesca. Es una de las profesiones más ancestrales, y, hasta ahora ningún artilugio moderno ha igualado la labor de las expertas manos  de estas mujeres.

    Son las siete de la tarde. En cualquier puerto pesquero de la costa gallega, los barcos van buscando el amarre después de una jornada de pesca. En el muelle, un grupo de marineros intenta bajar una lancha al mar, mientras otros dos hombres dan los últimos brochazos de pintura a una embarcación. Justo enfrente, en uno de los locales un grupo de mujeres charla y ríe animadamente mientras sus ojos no se despegan de las mallas y  ni de las agujas que tienen entre las manos. Son las rederas. Se han hecho un hueco en el mundo de los hombres. El trabajo de arreglar las redes que estas mujeres hacen es un eslabón prioritario en la pesca.
    Trabajar con precisión y rapidez es fundamental, sobre todo en invierno, que es la época en que hay la mayor carga de trabajo.
     Están siempre a pie de puerto, haga frío, lluvia o sol realizan un trabajo infravalorado y muy duro atesorando un conocimiento artesanal heredado con práctica generación tras generación.
    Soportan horas de duro trabajo en los muelles de los puertos realizando las labores de confección, atado y mantenimiento de redes.

    Los marineros no saldrán a la mar sin las redes reparadas o remendadas como hermosos vestidos marinos. De nada sirve un buen barco o un buen banco de peces porque no habrá redes para recogerlos.

     Con el trabajo de hilo a hilo, de nudo a nudo, los peces se convertirán en pescados.
    Hay que tener cuidado al colgar la red sin enredarla,  ya que pueden ser muy difíciles de desenredar y si esto pasara  hay que tener cuidado de cortar solo un hilo pues de lo contrario se desharía toda.



    Anzuelos, trampas, redes, y señuelos son algunos de los métodos utilizados por el hombre desde hace miles de años para la captura de peces.

    Cae la tarde en el muelle del puerto.Es hora de irse a casa, hay que recoger las herramientas de costura. Se han pasado el día reparando una red de pesca casi inservible por la mordedura de un delfín. Una navaja, una aguja e hilo bastan para remendar las incontables piezas que conforman una red de pesca." Un buen sombrero para cuando aprieta el sol" advierten los armadores.
    Son casi las ocho de la tarde y empieza a refrescar en el muelle. Es hora de irse, a las cuatro de la madrugada se vuelve al muelle para salir a faenar.Y así... otro día, otro día más.




    miércoles, 22 de junio de 2016

    NOCHE MÁGICA: SAN JUAN

    Sabemos que las leyendas solo son leyendas, pero también son la historia no escrita de un pueblo, que nadie quiso escribir.
    Es la noche del fuego. Donde el pasado, presente y futuro se funden en un solo momento. Fuerzas, poderes, virtudes, encantos, maleficios, deseos y rituales acuden a la llamada del fuego.
    El fuego se enciende para que imiten en la tierra el gran manantial de luz y calor en el cielo haciendo referencia al sol, otros aseveran que el fuego es purificador que destruye todas las influencias de brujas, demonios y monstruos.
    En las leyendas perviven remotos mitos donde la naturaleza se personifica adquiriendo propiedades benéficas; afloran por doquier brujas, espíritus malignos. La jóvenes adivinan que profesión tendrá su novio, el rocío cura enfermedades y el fuego destructor de hechizos se convierte en sustancia purificadora.

    El aire se carga de un misterio mágico que lo impregna todo. La música que el pueblo tañe alrededor de la hoguera  está impregnada de una sensación mágica que lleva intrínsecamente el poder del conjuro hacia los espíritus y fuerzas malévolas. En esta noche mágica se baila hasta el amanecer tanto para crear un ambiente festivo como para ahuyentar a los espíritus del mal.
    Se sabe que el hombre primitivo siempre tuvo miedo a la oscuridad y a partir del solsticio de verano el día iba menguando y la noche crecía haciéndose cada vez más poderosa. Era necesario vigorizar el sol encendiendo las hogueras, danzando a su alrededor e incluso saltándolas.El fuego daba luz y también les libraba de los maleficios. Creían que las fogatas eran una parte del astro solar y se les atribuían las mismas propiedades mágicas.
    Al anochecer los mozos se llaman a gritos por las aldeas  carreteando toda clase de objetos que arrojan cada uno a su montón. Conforme anochece, la gente se reúne y llegada la medianoche, se le prende fuego, se alzan las llamas que poco a poco empiezan a chisporrotear en todas direcciones. Comienza, entonces, el bullicio y la alegría alrededor del fuego y después lo saltan ritualmente porque el fuego en esta noche mágica es poseedor de virtudes, aleja enfermedades y destruye poderes malévolos.

    En Carballo, la construcción de la hoguera se hace en el cruce de caminos, es para que no entren las meigas; en Santa Comba para quemarlas y en Malpica para echarlas fuera.

    La hoguera de la plaza tiene un significado especial, su localización es altamente significativa, tiene connotaciones catárticas y simboliza que, por lo menos una vez al año, el pueblo se hermana, reuniéndose numerosos vecinos en torno a ella, la principal de la localidad para purificar las rencillas vecinales y quemar a los espíritus malignos.








    lunes, 20 de junio de 2016

    RITO DE LA FERTILIDAD


    Playa de La Lanzada
    Cuando la noche es más corta y el día el más largo del año comenzará el verano en una noche de luna llena. Esta es la primera vez que se producirá esta coincidencia en 70 años según el Observatorio Astronómico Nacional.   

    Dicen, que en las noches de plenilunio, las mujeres estériles que tomen un baño de nueve olas en la playa de La Lanzada ( Provincia de Pontevedra ), se vuelven fecundas.
    Este rito está relacionado con la numerología celta donde el nueve es un número sagrado.
    Esta preciosa tradición ha perdurado en el tiempo y ha llegado hasta nuestros días. Basta con acudir a la ermita en la noche de San juan o bien, el último sábado de Agosto, día en el que se celebra una romería para cerciorarse de que todavía sigue vigente. 


    La playa de La Lanzada está divida por una pequeña península de tierra que se adentra en el mar y en ella se encuentra la ermita dedicada a Nosa Señora da Area - Nuestra Señora de la Arena-. la entrada principal de la ermita, que es más conocida por la ermita Da Lanzada, está mirando al mar. Allí se encuentra la cuna "Da Santa", un conjunto de piedras de formación natural que tienen forma de cama y que constituyen una pieza imprescindible en el ritual de fecundidad. El otro elemento del rito son las propias olas de la playa.

    La tradición manda que el ritual debe hacerse en la víspera del día de San Juan. Los amantes deben ir esa noche a la cuna de la Santa y consumar su amor en este espacio que forman las piedras junto a la playa. A continuación la mujer debe ir a la playa que esta junto a la ermita  y mojarse con el rompiente del agua de nueve olas de modo que cada una de ellas le llegue hasta el vientre. Estas simbolizan los nueve meses del embarazo que la Virgen concederá a los aspirantes a padres.

    Cuatro kilómetros de grandes rocas y arenas blanquísimas constituyen la playa de La Lanzada, a la que cientos de gallegos siguen acudiendo cada agosto o cada víspera de San Juan, a su pequeña ermita del Siglo XII.
    Acuden como el último paso de un antiguo rito de fecundidad ligado a esta playa para sacar el "meigallo" o simplemente para disfrutar de un día de romería.
    La parte más conocida del rito de la fertilidad, es también la más privada que se cumple en la madrugada anterior al "día grande "
    Por la mañana, la imagen sale de la ermita rodeada de flores y flanqueada por los "Danzantes de Covas", bailarines que interpretan una danza de cintas en su honor. También, la arropan decenas de mujeres que cumplen así la última parte de su ofrenda.
    Cada año los vecinos regalan a la Virgen, frutas y animales para que sean subastados. De esta manera contribuyen así a la organización de la fiesta.
    Después, antes de volver a casa, muchos se acercan hasta la roca conocida como "cuna santa" para depositar flores o simplemente sentarse conmovido ante tan fecundo paisaje.

    jueves, 16 de junio de 2016

    A SEÑORA DAS MAREAS


    "Yo soy la doncella de la noche,
    la dama de los corazones,
    la señora de las mareas,
    Yo soy la blanca luna entre las estrellas."

    Cuenta la leyenda,que una noche ancestral, la Luna bajó a la tierra y se quedó enredada entre las ramas de un árbol. En ese momento apareció un lobo y comenzó a acariciarla con su hocico. Jugaron toda la noche, hasta que, al fin, ella volvió al cielo y el lobo al bosque.
    En su huida, la Luna, le robó al lobo la sombra y desde entonces, dicen que él le aúlla para pedirle que se la devuelva.
    La Dama de la noche, la Señora de las mareas, la Diosa de las estrellas, son algunos de los nombres que se le ha dado a la luna desde tiempos que ya no se recuerdan.
    Nace,crece, madura, envejece y vuelve a nacer. Es quizás por esto que podría ser simbolizada como la Esperanza. Es y ha sido siempre musa de poetas, escritores y amantes. Posee una magia y un poder especial que inspira, renueva y nutre el alma. Se sabe buena compañera de navegantes acompañando siempre a la noche hasta que llega el alba.
    Ha inspirado más cuentos y poemas que cualquier astro. Ella es el aspecto complementario de la creación, representa la energía creadora donde se gesta la vida. Ella nos da el poder de la intuición, la magia, la adivinación y los sueños.
    Ella descansa en el mar y cada amanecer la vemos bajar a sus aguas, sin embargo su amante es el sol y espera cada eclipse para fundirse con él. El mar siempre pendiente de la luna  tiene sus encuentros, con ella, al margen del sol. Ella lo atre de tal manera que sus mareas suben y bajan; consigue que se tranquilice o se endurezca y su atracción dependerá de lo cerca o lejos que esté de él. Cada mañana, el mar, le consiente que se esconda en él y él la arrulla, la calma y la hace descansar.
    El mundo antiguo está cubierto de magia, ritos y leyendas que revelan misterios sagrados que esconde la naturaleza.
    Uno de los pueblos amantes de la Luna, fue el pueblo celta. Para los druidas- magos y sacerdotes celtas- la luna representaba el aspecto femenino de la naturaleza, la consideraban, simbólicamente, como la madre y esposa co-creadora del universo junto con el dios padre: el sol.
    La luna cobró gran importancia en el mundo antiguo al ser la primera forma en la que el hombre podía leer el tiempo. Al observar los ciclos de la luna pudieron entender los cambios de la naturaleza, los ciclos de la mujer y los momentos de la cosecha.
    Los celtas marcaron su vida con la luna, elaborando y siguiendo un calendario conformado por cuatro lunas llenas, a lo que nosotros conocemos como un año solar.

    A diferencia de otras culturas en donde se relega el papel de la mujer a un segundo término, en la sociedad celta, que tenía una configuración matriarcal, el aspecto femenino es de suma importancia.

    Hemos olvidado mirar al cielo y vamos cada vez alejándonos más del universo que nos rodea, empeñados en otros afanes sin darnos cuenta de que a nuestro alrededor se encuentra una belleza y una fuerza infinita.






    jueves, 9 de junio de 2016

    PLAÑIDERAS DE CANGAS: antiguos velatorios

    ¡A CHORAR A CANGAS!

    Las plañideras tienen su origen en el Antiguo Egipto. Su función era manifestar dolor por la pérdida del difunto a través de los gritos, los golpes y los llantos.

    Durante el velatorio y el entierro, vestían ropa de luto y traían un jarrón, conocido con el nombre de lacrimatorio, donde derramaban sus lágrimas. Con estos jarrones, los egipcios ricos querían diferenciarse de los pobres demostrando el dolor que había causado su defunción.

    Esta tradición arraigó en muchas culturas y países. Sin embargo actualmente ha quedado totalmente en desuso, sobre todo a partir del sigloXVIII, ya que la iglesia multaba a estas personas que cobraban por el "servicio" pues consideraba esta práctica poco respetuosa.  A pesar de la prohibición, en algunas zonas rurales de Extramadura, Galicia y Canarias, el oficio se mantuvo escondido de las autoridades eclesiásticas.
    En las procesiones de semana santa, es bastante usual ver plañideras llorando tras los pasos, reflejando así su pena por la muerte de Cristo.
    A lo largo de la historia, desde el neolítico al siglo XX, la cultura gallega ha sufrido muchas influencias extrañas a sus orígenes. Esta tierra que los griegos bautizaron como EL PAÍS DE LOS MUERTOS, fue colonizada por romanos, cristianizada luego, reino de suevos y visigodos, invadida por el Islam, de nuevo cristiana, asturiana, leonesa, castellana, invadida por normandos vikingos y por  franceses.
    Ha mantenido durante todos estos miles de años unas costumbres ancestrales, adaptándolas a cada nuevo tiempo sin perder su genuina personalidad, sin embargo, han bastado veinticinco años, el último cuarto de siglo con su cultura uniformadora, haya diluido en la ignorancia y el desconocimiento lo que ninguna cultura había logrado jamás.
    Las plañideras:  Obra de Pepe Antonio Márquez
    Actualmente el término, en Galicia, se usa para referirse a cualquier persona que llora mucho sin motivo-





    En Cangas de Morrazo, un pueblo pesquero situado frente a Vigo, al otro lado de la bahía, estas mujeres - las plañideras- ejercían todavía su trabajo en Galicia, en el siglo pasado. En aquellos tiempos Cangas era un pueblo de gente que vivía de la pesca, y el mar se llevaba a muchos de sus hombres, por esta razón el carácter de esta gente estaba forjado por la dureza del mar.
    Las plañideras tenían mucha tradición en nuestros ritos funerarios. En la ría de Vigo es muy común la expresión " Ir a chorar a Cangas" -  Ir a llorar a Cangas-cuando se llora sin motivo.
    Autoridades civiles y eclesiásticas en diferentes épocas, intentaron acabar  con este ritual que consideraban irreverente. En el siglo XIV se hicieron leyes para erradicar el uso de las plañideras y prohibir los banquetes fúnebres. En las iglesias se conservan autos donde los obispos daban poderes a los curas de las parroquias para que prohibiesen la acción de las plañideras dentro de los templos ya que entorpecían con sus llantos los oficios y en ocasiones llegaba a tirarse encima de los féretros con gran alboroto.
    "Hace ya muchos años nos vendíamos por un trozo de pan, tocino o cualquier cosa que alimentase mínimamente a cambio de ir detrás del féretro de un adinerado llorando a moco tendido"
    Actualmente el llanto se ha erradicado y nos hemos quedado secos. Estamos anestesiados, parece que demostrar dolor en público no está bien visto. Buscamos con frenesí la evasión, el placer, la velocidad y el poder. Nuestras emociones están presas, condenadas a ser desconocidas y a nunca manifestarse.
    Las plañideras han sido por excelencia, las oficiantes del rito propiciatorio del llorar. Sin embargo el llanto ha sido tan perseguido que hoy la misma idea de la plañidera nos incomoda, en el mejor de los casos. Desde comienzos de la humanidad hasta hace pocas décadas, estas sacerdotisas ejercían en todo el mundo su función liberadora y catártica.Sus lágrimas, a veces recogidas en lacrimatorios, eran enterradas junto al difunto, como prueba de la desolación que dejaba.
    Aquí en Galicia, el muerto seguía presente mientras seguía viva su familia. En Navidad, por ejemplo, se disponía en la mesa un lugar para el familiar muerto.
    Hasta bien entrado el siglo XX en muchas aldeas gallegas, los muertos iban envueltos en una sábana o sudario, quizás por esa razón las almas en pena que se encontraban errantes en la noche, iban vestidas con túnicas blancas.
    En la costa de la muerte, hasta hace muy poco, iban de luto, casi de por vida. Se le lloraba al muerto y en función del poder económico de la familia se contrataba "as choronas" ( plañideras). Algunas llegaron a alcanzar gran fama, como las plañideras de Cangas.

    sábado, 4 de junio de 2016

    VOLVER

    Fue tan grandiosa  la emigración  gallega a Argentina, que el calificativo "gallegos" se sigue dando allí a cualquier español, sea cual sea su procedencia regional.
    " Face-las Américas", - Hacer las Américas- así era conocido el movimiento migratorio transoceánico que desde finales del siglo XIX condujo a miles de personas cara a un futuro aparentemente más próspero. Cuba, Argentina o Venezuela fueron los países que principalmente acogieron a emigrantes de toda Galicia.
    La suerte fue diferente para para unos y otros. Algunos volvieron sin más y otros consiguieron "hacer fortuna", pero todos ellos tuvieron algo en común y eso fue el trabajo duro.
    Pero la marcha física no implica necesariamente una marcha emocional. Y así, todos los recuerdos, todos los sentimientos, tanto tiempo escondidos, tanto tiempo guardados, un día, en cualquier lugar el sonido de una gaita se eleva en el aire. Un sonido que acompañó la infancia y la juventud que se quedó atrás, un sonido que habla de amores, de penas, de secretos escondidos y  al oírla, aparecen los aromas del mar, la brisa en la montaña, el aire y el viento. Y es que la gaita es un instrumento de la emoción que canta sin palabras.  


    "Cuando la gaita gallega
    el pobre gaitero toca,
    no se lo que me sucede
     que el llanto a mis ojos brota.
    Y aunque alegre danza entone
    y dance la turba loca,
    la voz del grave instrumento
    suéname tan melancólica;
    a mi alma revela tantas
    desdichas, penas tan hondas
     que no sé deciros
    si canta o si llora."

    1860 Ventura Ruíz Aguilera


     De golpe y sin quererlo, aquel mar que se encontraba aprisionado en tu recuerdo aparece tras las montañas de Galicia. Sus valles, la añoranza, la morriña, la saudade, la melancolía, las gentes, su hablar dulce, tu ciudad o tu aldea. Todo lo qué tú eres, todo lo que sueñas, todo lo que añoras, Todo eso dice la gaita cuando su sonido escapa de las manos del gaitero y prendido en las ráfagas del viento cruza mares y océanos. Entonces es difícil de saber si canta o si llora pues es la alegría, y la añoranza, la saudade y la pena, la melancolía y el deseo, la alegría y el amor.
    Si en ese momento estás fuera de Galicia, un deseo enorme aparece en tu corazón. Es un fuerte un imán que te atrae y... tienes que volver, volver a tu tierra para bañarte en sus brumas, en sus nieblas, en su olor a mar, en sus vientos. El sonido de la gaita que ha unido a este pueblo durante siglos, es como el anclaje de una hipnosis que se trasmite de padres a hijos en las olas del viento y cuando oyes su llamada tienes un fuerte deseo de volver. VOLVER Y NADA MÁS.
    Galicia ha sido siempre especial y mágica. La fuerte influencia celta en el país gallego dejó una impresión permanente en su cultura. En la Galicia actual aún se ven los monumentos megalíticos. las ruinas de castros, restos de arte celta, y otras pruebas de una cultura celta del pasado. 
    Durante las peregrinaciones a Santiago ( siglos XIII al XV  ), la gaita gallega se difundió por toda Europa. La llevaban los peregrinos de regreso a sus países, los gaiteros gallegos que salían al extranjero a probar suerte y más tarde los soldados españoles de los tercios de España y Flandes.

    E cando a gaita gallega                   Y cuando la gaita gallega
    aló nas Castillas oias,                      allá en las Castillas oigas
    ó teu corazón pregunta,                 a  tú corazón pregunta
    e verás que che dí en resposta        y verás que te dice en respuesta
    que a gaita gallega                          que la gaita gallega
    non canta, que chora                      no canta, que llora.

    Rosalía de Castro


    sábado, 28 de mayo de 2016

    LA NOCHE DE LOS PORTALES


    Es Primavera, aunque aquí en Galicia esto no es sinónimo de tiempo estable, sin embargo eso no impide que los vecinos de algunos de estos pueblos de las Rías Bajas recorran praderas y casas vecinales recolectando flores y hojas que serán los elementos principales en la confección de alfombras florales.

    El pueblo entero se echa a la calle en la víspera de la festividad del Corpus Cristi. En cada portal están reunidos los vecinos deshojando las flores frescas que han recogido en las últimas horas. Es ya una tradición la elaboración de  alfombras florales para la procesión que al día siguiente pasará por las calles escogidas, engalanándolas.
    De  abuelos a padres y de hijos a nietos esta tradición se mantiene desde hace 150 años. Largas horas de trabajo de hombres y mujeres, que año tras año, entregan sus ratos de ocio en recoger y deshojar las flores. 
    Sólo la admiración que despiertan compensa el grandísimo trabajo que requieren y el escaso tiempo que lucen impecables.
    Un mes antes, los vecinos comienzan el minucioso proceso de recolectar plantas y flores.
    Las abuelas son las encargadas de revelar los secretos de este arte para que no se pierda en el olvido.
     Mirto, tuya, mimosa, son algunas de las plantas más empleadas para marcar los contornos y realzar los fondos de los diseños, mientras que los pétalos más vistosos de - rosas, claveles, tulipanes, hortensias...- se destinan para los motivos centrales de las alfombras.
    El momento más importante es el trazado y la ornamentación de las alfombras en el suelo, que ocupan todo el ancho de la calle y suelen tener una dimensión mínima de 10 metros y se realiza la noche anterior al día de la procesión hasta altas horas de la madrugada, cuando las calles quedan cerradas al tráfico.
    Aparece aquí la creatividad de los alfombristas con composiciones únicamente florales y composiciones en donde combinan arenas y otros elementos vegetales. El resultado es un precioso tapiz que tiene pocas horas de vida.
    Aquí, lo más importante es conservar una tradición que  Galicia comparte con otros lugares del mundo.

    Para cada composición hace falta por lo menos el trabajo de un centenar de personas. Los que las confeccionan tienen que esperar al último momento para recolectar flores frescas y adornar con ellas los motivos florales y que según, los alfombristas, lo más complicado de esta tarea es el deshoje de la flor.

    Son más de un kilómetro de mantos vegetales.
    No sólo Ponteareas se viste de color en estas fechas también los pueblos de Baiona y Redondela cubren sus calles de aromas y colores. Huelen los pueblos a rosa, clavel, hortensia, acedera, tuya y pino, entre otros aromas vegetales.

    Hacia la noche las calles comienzan a transformarse. La piedra y el asfalto quedan cubiertos por un inmenso mar de flores, que después, la procesión borrará  pero sus gentes no olvidarán esta jornadas de convivencia..

    lunes, 23 de mayo de 2016

    A TERRA GALEGA


    ¡Teño medo d´unha cousa que vive e que non se ve!. 

    Decía Rosalia de Castro:  - tengo miedo de una cosa que vive y que no se ve- , esta aprensión por la muerte, ese siniestro presentir la tragedia, ese misterio de la niebla envolviéndolo todo, sumergiendonos en duras soledades.

    Así, en Galicia, no hace demasiado tiempo

    en las frías noches de invierno, al calor de la lumbre se contaban historias y leyendas llenas de un misterio candoroso y trágico. Eran, estas historias, de santos, de almas en pena, de duendes y de ladrones.
     Afuera, la galerna soplaba y parecía que en cualquier momento el tejado de la casa iba a desaparecer entre las fuertes ráfagas de un viento huracanado y, cuanto más silbaba él, más temor producían las historias.

    Muchas de las aldeas se perdían entre las montañas y entonces, la única distracción que había se reducía a las visitas a la iglesia y al cementerio.

    Bajo estas condiciones muchas de las realidades pasadas  fueron transformándose con el tiempo en historias dantescas sobre brujas, hadas, duendes y muerte.
    Existen muchísimas leyendas, sin embargo las más conocida, la más popular y a la que más se le teme es la de La Santa Compaña.

    Al anochecer, especialmente en Víspera de Todos los Santos, la frontera entre el mundo de los vivos y de los muertos se vuelve tan tenue, tanto, que es posible que un humano quede  atrapado en este peregrinaje de las almas de los difuntos.

    Se dice, que en determinados días y en determinadas circunstancias, la noche se convierte en una procesión de almas en pena, vestidas con túnicas y capuchas presagiando la muerte de algún vecino del lugar. Caminan descalzas formando dos hileras; a la cabeza de las cuales un ser vivo lleva una cruz y un cubo con agua bendita. No descansa nunca, cada noche entra en trance, abandona su hogar y encabeza la procesión, guiando a las almas  a través de caminos y veredas. Despierto no recuerda nada aunque sus piernas muestran los arañazos de las zarzas de los caminos y su rostro va adquiriendo una palidez cadavérica para morir al fin si un sacerdote no lo rescata de su desdichado final. Si fallece, la muerte lo mecerá en el descanso eterno por haber purgado sus pecados en vida.
    Una forma de liberarse de esta carga es encontrarse con otro humano mientras se acompaña la peregrinación. La cruz ejerce una atracción sobrenatural sobre la mente  del recién hallado, por lo que se hará cargo sin resistencia alguna a coger la cruz y sustituir al anterior .
    Las almas en pena llevan una vela, pero su luz es invisible a los ojos de los vivos, sin embargo su presencia se delata por un fuerte olor a cera y un ligero viento, que no todos los humanos pueden ver. La peregrinación de "A Santa Compaña",es tan sólo visible para algunos seres especialmente dotados.
    Se puede intuir su paso por un fuerte olor a cirio y en ocasiones se oyen los aullidos lastimeros de los perros.
    Si se viene a Galicia, es importante conocer las diversas manera de ponerse a salvo en el caso de encontrarse con tal lúgubre procesión; pero cuando el miedo es más fuerte que la razón, lo mejor es apartarse del camino e ignorarla, aunque se dice que la forma más segura es dibujar un círculo e introducirse en él y tomar una cruz y rezar. Rezar.


    "En la noche fría dejan sus moradas
    viniendo a este mundo a expiar sus culpas
    más después de las nueve, y en lontananza
    multitud de luces caminan sin rumbo.

    Sigo la procesión con un hacha de cera
    soy una parte de ellos que aterrorizan la aldea
    entablo amistad con fantasmas y visiones
    bañando en terror a los pobres de espíritu.

               ¡ A Santa Compaña!
    Cierra esa ventana y atranca esa puerta
    encomiéndate al santo. ¡ A Santa Compaña!
    son almas en pena que salen de la iglesia 
    con la cruz y vagan por los contornos.

    Por la cerradura sacan a los dormidos
    para que se unan a ellas y a su tan lúgubre marcha
    más pobre aquel que no pase por muerto 
    porque le entregan un cirio y ese no vuelve a su lecho"








    domingo, 15 de mayo de 2016

    LLueve en Santiago.


    No se yo que buscaba en las callejuelas que tanto me gustaba perderme en ellas. Oír el latido de la vida, adentrarme en las mismísimas entrañas de la ciudad vieja y antigua, en donde las farolas hablan con su eterno parpadeo en la oscuridad de la noche  mientras el silencio viaja entre luces y sombras.
    Es al caer la noche cuando esa luz amarillenta baña las piedras de Compostela y la atmósfera cobra un aire de solemnidad y  misterio.

    Si la niebla se apodera de la ciudad, ante nuestros ojos pueden aparecer arquitecturas fantásticas, torres iluminadas y sombras misteriosas. Después, cuando escampa, los charcos del pavimento, reflejan torres, balconadas, volutas, como un mundo arquitectónico invertido. Es entonces inevitable no recordar a Torrente Ballester diciendo: " Que la niebla es el caos de donde la campana va sacando las cosas."

    Como yo,  la lluvia y los caminantes han buscado el silencio recogido entre los rincones de las callejuelas gastando las piedras mojadas. Casi se puede retratar el silencio cuando las campanas de la catedral apagan su tañido.                                                                                                         Canción  del Madrigal de Federico García Lorca a Santiago de Compostela 

                                                                                                 
    El paraguas me resguarda y me cobija.

    Me hace creer que viajo dentro de una burbuja del tiempo.
     He vuelto allí donde soñaba con los sueños, de la mano del silencio. Tengo una cita conmigo; voy a mi encuentro y no quisiera llegar tarde. Subo por la Rúa del Villar, paso Fonseca y al cabo doy ya casi el último paso antes de que la Plaza del Obradoiro se abra ante mi.

    La veo atravesar la plaza, corriendo bajo otro paraguas y detenerse bajo los soportales.
    La observo con curiosidad y me reconozco, feliz, llena de vida y al mismo tiempo ajena a la misma vida; a la senda larga y profunda que traigo yo, mi yo de ahora pegada a las huellas de mis zapatos.

    La observo, sin que perciba que la estoy mirando. Me gusta observarme y se que adora ese lugar y por lo tanto la he citado allí con la esperanza de que nuestro encuentro en el tiempo se produzca en una atmósfera de mágico misterio como a ella le gusta. De repente se gira, su mirada recorre cada rincón de su plaza, como a ella le gusta llamarla y... sin querer, se encuentra con la mía. Es joven y por tanto confiada. Me dedica una sonrisa al verme llegar que yo acompaño con otra de igual acogimiento.Nos abrazamos, ella pregunta; yo respondo. Y...
                           Después decidimos seguir buscando el silencio













    viernes, 6 de mayo de 2016

    FAROS: Los guardianes del mar


    Donde terminaba el malecón y empezaba el muelle estaba el viejo faro, blanco y redondo, con una pequeña puerta, una ventana circular hasta arriba y una inmensa linterna.

    Si la mar está en calma:
    "Desde el balcón más alto de mi faro
    pesco con caña
    veinte metros de hilo
    y un anzuelo de plata"
    Emilio Prados
    Los faros, esas construcciones altas, recias, orgullosas, que no temen vientos ni tempestades. Siempre alertas, oteando el horizonte con su gran ojo lleno de luz, como un hermoso dragón que vigila la entrada al mundo de los sueños donde, aveces, nos perdemos.
     La noche se ha vuelto fría y la niebla penetra en el cuerpo clavando sus interminables agujas de hielo sobre nuestra piel. 


    El mar ruge desde el fondo de sus entrañas, de repente se ha vuelto violento. Grandes y enormes olas se levantan y se enfrentan furiosas con el enorme dragón. Todo se ha vuelto negro y la ausencia de color hace que nuestro miedo crezca por momentos, parece que se ido la vida.
    Caballos con crines blancas cabalgan sobre olas gigantescas que fustigan sin piedad una y otra vez las rocas de los acantilados. Las gaviotas se han refugiado en tierra, ninguna sobrevuela ya, sobre nosotros. No hay estrella en el cielo, ni luna ni ningún otro lucero, solo oscuridad, oscuridad y miedo.
    Parece que seremos tragados por la espuma de las grandes olas que después de chocar contra las rocas se retiran a enorme velocidad para volver a acometer con más furia, si cabe, la próxima vez.
    Pero...de repente, cuando todo parecía perdido, un sonido, un destello de luz aparece entre la densa y fría niebla. 
    Completamente mojados y cansados solo nos queda llevar el barco lo mejor posible, pero sólo los bofetones de las olas en los ojos y las gotas que se colaban por dentro del traje de agua eran capaces de sacarnos del letargo o de la muerte repentina.

    No olvidaremos los crujidos del barco, los aullidos del viento y el estruendo de las olas al golpear sobre la cubierta, las violentas sacudidas y por y sobre todas las cosas, la sensación de sentirse muy muy pequeño e insignificante ante esta enorme y sorprendente demostración del poder de la naturaleza.

    Adormilados por el frío permanecíamos en silencio atados al barco hasta que al fin guiados por la luz y el sonido de la sirena del faro entramos al abrigo del puerto.

    lunes, 25 de abril de 2016

    La flor que se convirtió en un símbolo












    El clavel; la flor que puso fin a más de 40 años de dictadura en nuestro país vecino: Portugal.
    Fue la última revolución romántica que acabó con la dictadura más antigua de Europa.Un movimiento revolucionario de militares y ciudadanos.
    El "25 de Abril", la gente abarrotaba las calles, los soldados, con los rostros cansados, se sentaban a horcajadas en los cañones de los carros blindados; los aplausos y el rojo, el rojo de los claveles salpicaban el aire.
    La canción "Grandola Vila Morena" dio la señal de madrugada en una cadena de radio para la sublevación en los cuarteles; al igual que los claveles rojos con que la población de Lisboa obsequió a los militares que habían salido a la calle. Esa primavera se impregnó de un halo romántico que todavía sigue conservando.

    La revolución de los claveles, es el nombre dado al levantamiento militar del 25 de abril de 1974 que provocó la caída de la dictadura que dominaba Portugal desde 1933, la más longeva de Europa.

    El fin de este régimen permitió que las últimas colonias portuguesas lograran su independencia tras una larga guerra colonial y que Portugal se convirtiera en un estado de derecho democrático.
    Dos canciones en una emisora de radio serían las que darían la señal, significaba el comienzo de la libertad y el fin de una dictadura.

    Pasadas las 12 de la noche del 25 de abril de 1974, radio Renasçenza emitió una canción por todas sus emisoras. "Grandola Vila Morena", una canción prohibida por el régimen junto a otras muchas y que de esta manera se convirtió en símbolo de la ciudadanía y de la oposición al gobierno. Se decidió que sería la señal definitiva del comienzo de la revolución de un país dominado por el silencio.

    Se infiltraron en las principales emisoras de radio del país y comenzaron a emitir llamamientos para que la población no saliera de sus casas y para que la policía no interfiriese en las acciones de las tropas. Pero el pueblo estaba harto de un silencio triste que duraba casi cincuenta años. Querían todos gritar junto a los Capitanes de Abril.


    Al fin había caído la dictadura más antigua de Europa gracias a una revolución que sería recordada por un símbolo de la primavera, pues, mientras en Vietnam se lanzaban bombas, los militares del ejército portugués solo tenían claveles en sus fusiles, tallos verdes en los huecos de los cañones y pétalos de primavera desde donde, supuestamente, deberían salir balas.


    El  pueblo que ha dado un gran ejemplo al mundo.



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